La ‘cuadrilla’ inversora devuelve Ibermática a Euskadi... pero abre una brecha con la Kutxa y el PNV de Gipuzkoa
La 'cuadrilla' inversora, como le gusta al consejero Mikel Jauregi, guipuzcoano y del PNV, denominar al consorcio vasco que ha capitaneado la compra de Talgo y la vuelta de su sede social a Álava, se prepara para que se materialice en los próximos días una segunda operación de gran envergadura. Es la compra de la división tecnológica de Ayesa (Ayesa IT), en la que se incluye la antigua Ibermática y que en teoría deberá firmarse antes del 31 de diciembre. Después pasarán tres o cuatro meses antes de que se culmine definitivamente la operación.
Los actores son casi los mismos que en el caso de la compra de Talgo, a excepción del presidente de Sidenor, José Antonio Jainaga. Repite el Gobierno vasco, también la BBK y podría sumarse la fundación Vital. Además de estos tres, que son socios en Talgo, participa Indar, el instrumento inversor de Kutxabank, y la recnológica Teknei. La Vital está preparando contrarreloj subirse al carro de esta inversión después de que Kutxa, su hermana guipuzcoana, decidiera no sumarse a la compra, pese a que la antigua Ibermática tiene sus centros de trabajo en Gipuzkoa y en Bizkaia. Con la entrada de la Vital se reforzaría el empleo tecnológico en Álava. Kutxa, con los votos en contra de Podemos y del PNV guipuzcoano, decidió quedarse fuera de la operación, que no ve clara, sobre todo por el papel de Teknei. Se interpreta como un portazo a la política de retorno de empresas que han alejado el centro de decisión de Euskadi que capitanea el Gobierno vasco de Pradales y un consejero guipuzcoano.
Lo cierto es que fue BBK la primera en lanzarse a la piscina inversora para la compra de esta división de Ayesa en cuanto se puso el cartel de 'se vende' por parte del fondo que tiene la propiedad mayoritaria de la empresa andaluza. Es A&M Capital Europe (AMCE), que decidió poner a la venta la empresa en dos partes. Por un lado, la división de ingeniería y, por otro, la tecnológica en la que se integra la antigua Ibermática. Después se unió Kutxabank, a través de Indar, aunque se da la paradoja de que el banco vasco fue uno de los vendedores de Ibermática a Ayesa hace tres años. Posteriormente, se sumó el Gobierno vasco a través de Finkatuz, el fondo para garantizar el arraigo empresarial que también ha entrado en Talgo. La 'cuadrilla', como denomina Jauregi a esa unión de fuerzas, y de dinero, claro, ha permitido adelantar desde Euskadi a fondos internacionales que estaban también pujando por Ayesa IT. Este mes la negociación ha sido en exclusiva con el consorcio vasco, pero el plazo de la exclusividad se termina el día 31.
La idea era sumar otro actor a la 'cuadrilla' para repartir el esfuerzo financiero, que es considerable, y Kutxa era la primera de las opciones, por tener centro de trabajo en Gipuzkoa. La negativa de Kutxa -criticada por PSE-EE, EH Bildu y PP- ha hecho a Vital valorar su entrada en la operación, que debe ya concretarse. En principio la oferta por Ayesa Ibermática asciende a unos 500 millones de euros, de los que 177 corresponden a asunción deuda. En lo que se refiere a la aportación de dinero, 200 millones se reparten entre BBK y Kutxabank. El Gobierno vasco actúa de “comodín”, en palabras del consejero Jauregi, por lo que pone los 77 restantes que disminuirán con la aportación de Teknei -donde ha recalado recientemente la ex 'número dos' del PNV, Mireia Zarate- y de Vital si se materializa, finalmente. La fundación alavesa podría participar con 10 millones de euros.
A la espera de que se concrete finalmente la operación y se clarifiquen los actores que participan en ella y sus aportaciones, el proceso ha dejado en evidencia la brecha con Kutxa entre las fundaciones accionistas de Kutxabank, pero también dentro del propio PNV guipuzcoano con su consejero y con el resto del partido. En un dato que muestra qu se mantiene la politización en las antiguas cajas de ahorros, Kutxa no entra en la operación después de una votación en la que los votos contrarios fueron del PNV y de Podemos, y que ha sido criticada por el resto de los partidos, desde EH Bildu al PP pasando por el PSE-EE, socio institucional de los nacionalistas.
Pero además, el PNV de Gipuzkoa ha considerado que la decisión adoptada por la fundación Kutxa, a cuyo frente hay un excargo del PNV, de no participar en la compra de Ayesa IT se sustenta en “razones de peso mantenidas por la dirección técnica” de la entidad. En este sentido, consideran desde el PNV guipuzcoano que se trata de una operación que “no tiene un fácil encaje en el enfoque y las previsiones del plan estratégico de la fundación”, y que la conclusión del informe elaborado por el cuerpo técnico de fundación Kutxa sobre la idoneidad de participar en dicha operación afirma que “pese a los elementos positivos, se considera que el trinomio negocio-riesgo-retorno no justifica la inversión”. Son unas razones que parecen ignorar el resto de los actores que se lanzan a la compra.
Ayesa compró Ibermática hace tres años, tras llegar a un acuerdo con ProA Capital y otros accionistas minoritarios de la antigua empresa vasca, entre los que estaban ONCE y Kutxabank. Pago por la empresa vasca 160 millones. Ahora la oferta es más del triple, pero es por toda la división tecnológica de Ayesa, no por la parte de Ibermática, que por cierto, hace tiempo que perdió ya su nombre de las sedes vascas.
Con esta serán tres las grandes operaciones culminadas a finales de este año 2025. Hace unos días se firmó la compra de Uvesco, matriz de las marcas BM Supermercados y Super Amara, por un consorcio vasco de inversores privados liderado por el consejero delegado (CEO) de la empresa, Ángel Jareño, al fondo francés PAI Partners. En este caso no participa el Gobierno vasco. El cierre definitivo de la operación está previsto para el primer trimestre de 2026, una vez se completen los trámites administrativos habituales en este tipo de procesos.
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