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Eider Hurtado: “La estrategia de diferenciar a Felipe VI de Juan Carlos I está bastante definida y está calando”

Eider Hurtado

Maialen Ferreira

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En medio de una pandemia, desde lugares distintos y entre tres personas. Así se ha trazado 'La armadura del Rey', un relato sobre la monarquía española, pero no en contra de ella, al menos así lo confirman sus creadores, Eider Hurtado, Albert Calatrava y Ana Pardo de Vera. Se trata de una investigación periodística basada en testimonios de los implicados en varias investigaciones judiciales como las cuentas offshore, las tarjetas black, chantajes, comisiones a empresarios y gobernantes de países árabes a los que el Borbón llamaba “hermanos”, además de aquellos responsables de medios de comunicación que aun siendo conscientes de informaciones acerca del rey Juan Carlos I optaban por mirar a otro lado debido a la “armadura” que durante años le protegía.

“En el libro hay testimonios interesantes como el del subdirector de Interviú, Miguel Ángel Gordillo, que cuenta las informaciones que tuvo en sus manos, las fotografías del rey desnudo en la cubierta de un yate o las grabaciones de Bárbara Rey que él pudo escuchar, pero ni se les pasó por la cabeza en Interviú publicarlo porque sabrían que tendrían automáticamente al Gobierno, entonces socialista, encima y nadie quería tener a todo el Estado en contra. Le protegían porque estaban de acuerdo en hacerlo porque estaban sus propios intereses en juego”, señala a elDiario.es/Euskadi Eider Hurtado.

La periodista y directora del programa 360 grados de ETB, apunta que la estrategia que sigue la Casa Real para preservar una buena imagen como institución es la de desvincular las actuaciones del rey emérito de las de Felipe VI. Una estrategia que “está bastante definida y está calando” y es el principio de la construcción de “la armadura de Felipe VI” a pesar de que “la falta de transparencia sigue imperando, el rey sigue siendo inviolable y hay muchas cosas que no cambian”.

¿Cómo ha sido escribir un libro con tantos testimonios en medio de una pandemia y entre tres autores?

Complicadísimo. El encargo de la editorial nos llega en verano. Ana y Albert viven en Madrid y yo en Bilbao y empezamos a hablar con las fuentes después de verano, en pleno confinamiento. El tema de las fuentes fue complicado por la temática, porque todavía cuesta muchísimo que la gente hable, pero también porque de este tema nadie quiere hablar por teléfono y en una situación de pandemia donde las comunicación son básicamente telemáticas, pues es más complicado todavía. Al final, conseguimos hacer muchas entrevistas juntos, nos hemos movido como hemos podido y milagrosamente la cosa salió.

No sabemos cómo ha actuado durante 40 años el jefe del Estado

¿Cómo hubiera sido la trayectoria del rey Juan Carlos I sin la armadura de haber “salvado la democracia” en el 23-F?

Si fuera una institución sometida a la transparencia como deben ser todas las instituciones en un estado democrático, tendríamos mucha más información y el control podría haber sido mucho más efectivo. Es difícil saber cómo podría haber sido porque es que ni siquiera sabemos a ciencia cierta cómo ha sido. La cuestión es que no sabemos cómo ha actuado durante 40 años el jefe del Estado. Lo que sí sabemos es que hay informaciones que apuntan a que su actuación no fue en absoluto edificante y que estuvo incluso presuntamente al margen de la ley, pero claro, es inviolable, entonces es muy difícil saber realmente cómo ha sido. 

Durante la presentación del libro en Bilbao, señalaron que “la estrategia clara es diferenciar a Juan Carlos I y Felipe VI”. ¿Está funcionando esta estrategia?

Cada vez que sale una información sobre Juan Carlos, se trata de explicar la actuación de Felipe respecto al padre, de diferenciarlo claramente y que no se mezclen unas actuaciones y otras. La estrategia está bastante definida y está calando. Es la construcción de la armadura de Felipe VI. En el momento en el que se descubre el pastel y se descubre que el padre ha actuado de la forma en la que las investigaciones judiciales apuntan, ya no hay forma de salvarle y lo que queda es salvar la institución y quien está al frente de la institución en estos momentos es Felipe VI. ¿Cómo lo salvamos? Dejando caer al padre, reconociendo de alguna forma los errores que pudo cometer, pero sin asunción de responsabilidades. Nadie sale diciendo 'esto estuvo mal, ¿qué vamos a hacer para que no vuelva a ocurrir?' porque esa es la cuestión. Está muy bien de cara a la galería vender una imagen de que Felipe VI es diferente, pero realmente la falta de transparencia sigue imperando, el rey sigue siendo inviolable y hay muchas cosas que no cambian. ¿Cómo la ciudadanía puede tener garantías suficientes de que esa imagen de Felipe VI que nos quieren dar se corresponde con la realidad? No hay una forma efectiva de saber realmente qué es lo que hace y cómo actúa el jefe del Estado. 

¿Cómo y cuándo se rompe el pacto de silencio con la prensa y se comienza a hablar de Juan Carlos I?

Realmente el pacto de silencio hace aguas cuando estalla el caso Nóos y aquello empieza a ser una cosa muy grave que señala a la Casa Real y se empieza a informar y a señalar conductas en el entorno del monarca que no se corresponden con lo que pensábamos que hacía el campechano o no corresponde con lo que se le presupone a la Casa Real y su entorno. Yo creo que sobre todo la venda se cae en Botsuana cuando la opinión pública sabe que el rey tiene una amante y que está cazando elefantes con ella en medio de una crisis gravísima y se da cuenta de que el rey actúa de una forma que no espera la sociedad española. 

¿Cómo manipulaba el rey para que nadie denunciara o publicara lo que estaba ocurriendo?

No es tanto que el rey manipulara, es que los responsables de grandes medios de comunicación y de las grandes empresas hay un momento durante la Transición y a partir del 23-F en el que asumen que hay que proteger al rey como garante de que no haya un retroceso a un pasado que se quiere dejar atrás. A partir de ahí, en todas las redacciones se asume que no se puede tocar a la monarquía. En el libro, periodistas destacados reconocen que no se les hubiera pasado por la cabeza publicar cosas que supieron. Es algo asumido y además, se da también la imposibilidad de publicar porque si en tu medio de comunicación no te amparan ¿para qué vas a investigar siquiera? 

Le protegían porque estaban de acuerdo en hacerlo porque estaban sus propios intereses en juego

En el libro hay testimonios interesantes como el del subdirector de Interviú, Miguel Ángel Gordillo, que cuenta las informaciones que tuvo en sus manos, las fotografías del rey desnudo en la cubierta de un yate o las grabaciones de Bárbara Rey que él pudo escuchar, pero ni se les pasó por la cabeza en Interviú publicarlo porque sabrían que tendrían automáticamente al Gobierno, entonces socialista, encima y nadie quería tener a todo el Estado en contra. Le protegían porque estaban de acuerdo en hacerlo porque estaban sus propios intereses en juego. 

¿Qué cree que pueden llegar a esconder sobre el rey los documentos protegidos por la Ley de Secretos de 1968?

La Ley de Secretos ampara muchísimos temas, pero temas muy graves que se tienen que esclarecer. El 23-F por ejemplo ¿por qué no se pueden conocer los documentos de aquella jornada? ¿Por qué siguen siendo secretos? La ley de Secretos Oficiales solo se sostiene porque hay algo que ocultar, sino no se explica. Es secreto hasta la decisión de declarar secretos a ciertos temas por tanto no sabemos realmente hasta dónde llega esta ley. Es una anomalía democrática y no tiene sentido quese mantengan en secreto para siempre. Si el argumento de la Ley de Secretos Oficiales es la seguridad, esa seguridad se debería garantizar durante “x” años, no para siempre. 

¿Y cuándo los conoceremos?

Veremos si llegamos a conocerlos. Yo creo que os documentos de la historia más reciente mientras haya personas implicadas en activo o vivas que puedan verse afectadas no los conoceremos. 

¿Cómo fue la supuesta implicación del rey con los GAL?

Hay fuentes suficientes que apuntan que el rey no solo era conocedor, sino que también estaba en las reuniones en las que se tomaban decisiones. El rey hizo política, política con mayúsculas cuando el papel del rey no es ese y se nos vendió que tras el 23-F se retiraba y se dedicaba a sus vacaciones en Mallorca. El rey sabía y no solo sabía, también decidía en materias muy importantes en cuestiones de Estado. 

¿Hoy en día quiénes son 'juancarlistas' reconocidos?

La verdad es que cada vez quedan menos, pero sí que hay. Algunos responsables de medios de comunicación siguen protegiendo a Juan Carlos por encima de todo. Sí que se mantiene la idea de que Juan Carlos fue el artífice de la Transición, una pieza importante de la Transición, el rey que salvó la Democracia y sí que se han mostrado resistencias ante todos estos escándalos por temor a que la versión oficial fuera a hacer aguas. En cuanto se conocieron los escándalos han salido destacados ex ministros de la Transición, responsables de la Transición, apuntalando el papel de Juan Carlos en aquellos años y su aportación a España. Eso es lo que se trata de preservar porque eso es lo que ha mantenido la armadura y lo que ha permitido que no hubiera fisuras y que nadie cuestionara al jefe del Estado incluso haciendo lo que estaba haciendo. Eso es lo que le falta a Felipe VI porque no ha demostrado su utilidad, cuál es la utilidad del rey. ¿Por qué la monarquía tiene que continuar? Eso es algo que las nuevas generaciones tampoco llegan a comprender.

El rey hizo política, política con mayúsculas cuando el papel del rey no es ese

¿La monarquía aguantaría un referéndum?

Hay encuestas de medios independientes que apuntan a que son más los que optarían por una república en lugar de una monarquía, pero yo creo que ese referéndum es muy difícil que llegue a materializarse. El blindaje de Felipe VI como la armadura de Juan Carlos I se basan en que no se cuestione el modelo de Estado. Hay bastantes indicios de que puede estar bastante cuestionada la monarquía. 

¿Volverá el rey emérito a España?

Si por él fuera, desde luego. Otra cosa es que a nadie le interesa tenerlo cerca en España porque las informaciones son ya incontenibles, las investigaciones siguen adelante, su figura está más que cuestionada, está absolutamente demonizado y a nadie le interesa tenerlo cerca. Es mejor que no se le vea, que el ruido se pueda aplacar sin tener fotos suyas y poder tener controlada de alguna forma todas esas informaciones por el impacto que puedan tener en el actual jefe de Estado y porque evidencian también la protección que ha tenido y sigue teniendo.

¿La detención de Urdangarín fue una prueba para demostrar que se intervenía si se descubrían irregularidades en el entorno de la Casa Real?

Nos decía el juez Castro que el caso Nóos no se podía entender sin la figura de Juan Carlos. Urdangarín fue el que se comió el marrón, el que pagó el pato y su detención yo no creo que fuera un mensaje de 'esto no puede ocurrir' porque realmente la Casa Real trató por todos los medios de desvincularlo de la propia Casa Real, sacándolo fuera, tratando de hacer ver que era un caso aislado y que nada tenía que ver con la familia real, pero el propio juez apunta que no se entendería sin Juan Carlos. 

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