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“Aernnova se ha dedicado a montar empresas fuera de Euskadi con el dinero de los vascos”

Juan Carlos Gómez, presidente del comité de empresa de Aernnova, durante la entrevista.

Eduardo Azumendi

Juan Carlos Gómez, presidente del comité de empresa de Aernnova, reconoce que la presión social, mediática y, especialmente, la política ha llevado al grupo Aernnova a dar marcha atrás a su decisión inicial de aplicar un ERE que iba a suponer el despido de 133 trabajadores de la planta de Berantevilla (Álava). Pero el alivio que siente la plantilla es momentáneo porque advierte de que el grupo “lleva años tratando de desmantelar la planta de Berantevilla y no ha dicho que renuncie a ese objetivo”. Gómez asegura que “Aernnova se ha dedicado a montar empresas fuera de Euskadi con el dinero de los vascos”, lo que ha provocado la indignación de las instituciones, que se han lanzado en tromba contra la compañía. La firma ha reconocido a la plantilla que la intromisión de “diferentes agentes ajenos al ámbito industrial han hecho inviable el avance de la negociación en condiciones normales”. Una velada alusión a la presión ejercida en las últimas semanas por el Gobierno vasco, la Diputación de Álava y el Ayuntamiento de Vitoria.

Alivio, pero la empresa advierte de que el problema persiste.

Lo que demuestra la retirada del ERE es que los motivos que alegaba la empresa para presentarlo son falsos. Si hubieran sido ciertos, hubiera seguido hacia adelante. La empresa ha pretendido engañar a la sociedad y a las instituciones, pero ambas han reaccionado a este abuso. La firma ha decidido parar, de momento, por la repercusión mediática.

La coincidencia del anuncio del ERE con la creación de 145 empleos en Toledo ha sido el detonante del malestar.

La sociedad y la plantilla tenían muy claro lo que estaba haciendo la empresa, pero el caso es que las instituciones han estado apoyándola económicamente. Hace dos semanas, la propia consejera Tapia defendió en el Parlamento que la empresa seguía en Euskadi gracias a subvenciones públicas. El anuncio de los empleos en Toledo ha sido una bofetada directa a la plantilla y a las instituciones, que le habían dado cobertura constantemente. Nos alegramos de la actual reacción del Gobierno vasco porque es algo que hemos echado en falta durante años.

¿La salida a Bolsa que ultima la compañía ha podido llevarla a presentar el ERE para hacer más atractivo el proyecto de cara a futuros accionistas?

Detrás de la decisión de despedir a 133 trabajadores hay múltiples factores. La salida a Bolsa es una. El intento de chantaje a las autoridades para que den más dinero puede ser otro motivo….La empresa hace años que intenta que la planta de Berantevilla se reduzca y por eso han ido quitándole carga de trabajo.

El grupo aduce que la planta ya no resulta competitiva.

No tiene razón. Es falso. Lo que ocurre es que la empresa ha decidido que el mayor rendimiento a esta planta lo puede sacar desarrollando prototipos, es decir, que necesita muy poca gente para sacarlos adelante. Se hacen seis o siete unidades y se acabó el prototipo. Esto provoca una gran inestabilidad a la factoría.

La dirección insiste en que hay exceso de trabajadores.

Lo que resulta preocupante es que la empresa retira el ERE, pero sigue con las amenazas y el chantaje. La situación de la plantilla no ha mejorado con la retirada del ERE, tan solo hemos conseguido un poco más de tiempo a la espera de los nuevos pasos. Se ha producido un alivio, pero conocemos las intenciones de la empresa. Lleva años tratando de desmantelar la planta y no ha dicho que renuncie a ese objetivo. Creemos que sigue en la misma línea. Debe apostar con hechos por la planta, con inversiones y carga de trabajo.

¿Realmente cree que una multinacional como Aernnova ha dado marcha atrás al ERE por unas críticas institucionales? ¿Qué hay detrás de esa decisión?

Eso hay que preguntárselo a la empresa. Nosotros solo le pedimos corresponsabilidad social con el entorno y la sociedad. Ese dinero que le ha dado el Gobierno vasco ha salido del bolsillo de los contribuyentes. Aparte de que ya se haya podido devolver, con ese dinero se ha montado Aernnova. Y la empresa debe mucho a la sociedad vasca. Y el Gobierno está en su derecho y obligación de exigir responsabilidades a la compañía. Otra cosa, es que la firma opte por hacer caso omiso.

La empresa también ha hecho mucho por la sociedad alavesa y ha puesto a Euskadi en el mapa de la aeronáutica.

Es cierto que en un principio se creó mucho empleo en un sector que no existía en el País Vasco. Pero en los últimos años, con el dinero de los contribuyentes se ha dedicado a montar empresas fuera de Euskadi. Y las que tiene en el País Vasco han ido a menos. No se puede permitir que se abandone la comunidad autónoma para desarrollar proyectos en otros lugares con el dinero de todos. Lo que hay aquí se debe mantener porque es el origen de la compañía.

¿Cree que en la empresa priman los intereses económicos por encima del bienestar de los trabajadores?

Desde luego. Nos trata como meras herramientas. Llevamos años amenazados y presionados para rebajar nuestras condiciones salariales. A medida que más erosiona nuestras condiciones, más sigue exigiendo. Solo queremos que nos deje trabajar en paz y sin chantajes.

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