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ELA lleva al Parlamento las pruebas que demuestran la precariedad denunciada en la obra pública

La cifra de negocios del sector de la construcción en Euskadi cae un 18,2% en 2013

Natalia González de Uriarte

ELA presentará en el Parlamento vasco las pruebas que demuestran la precariedad laboral en las obras públicas promovidas por el Gobierno vasco y que viene denunciando la organización sindical. En paralelo a la campaña emprendida para atajar estas irregularidades, los representantes sindicales detallarán los casos reales de “salarios de miseria”, “ritmos exagerados” de trabajo y “jornadas maratonianas” detectados. “Parece mentira que en las obras promovidas por el Ejecutivo vasco se den las condiciones infrahumanas que se están dando. Pero desgraciadamente se suele mirar hacia otro lado cuando prevalece el interés de la obra-negocio sobre las condiciones socio-laborales de los trabajadores y trabajadoras”, lamenta elresponsable del área de la construcción, Igor San José Izagirre, en la petición de comparecencia enviada a la Cámara vasca. Según San José estas irregularidades “constituyen una quiebra inaceptable de la legalidad vigente y fomentan la insoportable siniestralidad laboral que padece el sector”.

ELA no pretende sacar tan solo sacar los colores al Gobierno, que probablemente también dadas sus malas relaciones, sino que busca lograr un “cambio radical” en las políticas de adjudicación, que se premie calidad de empleo, seguridad y el proyecto por encima de los plazos y el precio. “Queremos que estas obras sean ejemplares desde el minuto uno, con adjudicaciones socialmente realistas, no al más barato y al mas rápido, y sin competencias desleales, precariedad o destrucción de empleo”.

Según ELA el verdadero problema no radica en quién hace la obra sino quién decide políticamente cómo se debe de hacer. La estrategia que impera según el sindicato es la “del rápido-rápido y barato-barato, tan arraigada en las instituciones públicas”.

“Obscena” la normalidad de las instituciones

El líder del sindicato, Txiki Muñoz, en la presentación pública de la campaña a través de pasquines para atajar la precariedad y “poner cara” a los “piratas” que se “forran con la miseria laboral”, no tuvo reparo en citar nombres de empresas que caían en estas prácticas. Incluso señaló a la empresa de construcción de la que es consejero delegado el presidente de Confebask, Roberto Larrañaga, como responsable de la creación de “una cadena de subcontratas” en la que se trabaja “once horas diarias a cinco euros la hora”.

Estas graves acusaciones fueron rechazadas por el aludido, Larrañaga, y provocaron la reacción inmediata del Gobierno que salió en defensa de los empresarios y en contra de la campaña agresiva emprendida por el sindicato. El consejero de Empleo, Ángel Toña, declaró que “con independencia de que haya trabajos precarios, no se puede identificar a personas concretas con nombre y apellidos como si fueran los malhechores de la sociedad porque estos mensajes no hacen más que dañar su imagen. Si las cosas se hacen mal hay que denunciarlas en los lugares correspondientes y no de esta manera”.

A ELA le desagradó la postura del Gobierno al que reprocha que le moleste “saber en qué condiciones se contrata a los trabajadores” y “cómo se valen de su miedo para imponerles la miseria y la explotación”. Para la central nacionalista, resulta “obscena la normalidad que muchas instituciones” dan a algunos empresarios que ofertan “miseria laboral”.

Este posicionamiento condescendiente con los empresarios mostrado por el Ejecutivo vasco ha sido el detonante para que el sindicato haya solicitado esa comparecencia parlamentaria. Ahora expondrá, de primera mano, y con toda minuciosidad, esa realidad denunciada pero cuestionada desde ciertos sectores. La duda es si durante su intervención ahondarán en las condiciones denunciadas de “once horas diarias a cinco euros la hora” en subcontratas vinculadas al consejero delegado de la patronal vasca.

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