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La Fiscalía investiga a la residencia Caser de Vitoria por enviar tarde al hospital a un interno con COVID-19

Entrada de Caser Alto del Prado en el momento de la entrega de la televisión para Carlos

Iker Rioja Andueza

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La Fiscalía de Álava ha comunicado este miércoles que ha iniciado unas diligencias de investigación a raíz de una denuncia interpuesta por tres trabajadores de los servicios sociales contra la residencia privada Caser Alto del Prado de Vitoria, en la que han fallecido 19 internos directamente por COVID-19 más un trabajador, aunque hay otro exceso de mortalidad no confirmado. Uno de los internos que falleció no fue trasladado durante días a un centro hospitalario y cuando ingresó tras la mediación de la Ertzaintza nada se pudo hacer para salvar su vida.

La mujer del finado, de 84 años, trasladó a los trabajadores sociales -que conocieron al residente en una etapa anterior, en cursos y comedores de los centros de mayores de Vitoria- que tras muchos intentos llegó a hablar con su pareja, y que sintió que él estaba aislado y desatendido. “No puedo más”, cuenta que le dijo por teléfono a finales de marzo, el momento más crítico de la pandemia en Vitoria. Este hombre entró a principios de 2020 a la residencia -que tiene algunas de sus plazas concertadas- tras ser diagnosticado de cáncer para recibir mejores cuidados y con un coste mensual de alrededor de 3.000 euros. Allí contrajo el Sars-Cov-2, como otros muchos de los internos y trabajadores.

Ante las dificultades para obtener información certera, la mujer recibió la ayuda de los trabajadores sociales. Descubrieron que le alimentaban mal y que había sufrido varias caídas. Por las llamadas, iban notando un empeoramiento en el ánimo y en la respiración con el paso de las jornadas. Y eso que a veces no atendía nadie el teléfono de la habitación: el enfermo estaba tirado en el suelo y no podía moverse. Según les trasladó la residencia, no lo enviaban al hospital de Txagorritxu porque él se negaba. A la mujer le dieron otra versión: “Pero mujer, con lo que está pasando en el hospital, aquí está mucho mejor”. Además, le afearon que saliera sin permiso de la habitación porque era así como se había contagiado.

Los hechos se precipitaron el 30 de marzo. Tras una llamada la Ertzaintza, se activaron algunos resortes, aunque un trabajador de la residencia comunicó que había otro caso más urgente que derivar. Finalmente, en la madrugada del 31 de marzo el luego fallecido fue enviado a Txagorritxu. Ingresó con neumonía bilateral originada por la COVID-19. “Cuando entró al hospital, la médica que me llamó me dijo que había entrado en muy mal estado, que cómo era posible que hubiese llegado así, que de dónde venía. [Me dijo] Que le tenían que hacer llevado días antes al hospital. Me destacó que había entrado muy bajo de oxígeno, pero en la residencia me decían que el oxígeno estaba a tope. En la residencia me decían hasta su ingreso que Carlos no tenía más que nervios”, relata. Falleció el 3 de abril por la mañana sin pasar por la UCI, entonces llena y su caso era irreversible.

“15 minutos después del fallecimiento, recibí una llamada de la residencia. Era una mujer. 'Llamamos desde la residencia Caser'. Me dijeron que me acompañaban en el sentimiento pero que había muerto con muchos dolores. '¿Ves lo que has conseguido llevándole al hospital? Tenías que haberle dejado que se hubiera quedado aquí'”, cuenta la pareja del finado. “Son unos criminales”, denuncia ella.

Éstas y otras muchas declaraciones se han incorporado a la denuncia que ahora analiza el ministerio fiscal, que hasta ahora no había comunicado la existencia de ningún procedimiento penal en Euskadi. En el expediente consta también que cobraron al finado la mensualidad de abril, aunque luego hicieron la devolución de parte del dinero. Todavía nadie ha podido entrar a recoger los objetos personales olvidados en la habitación 127 de la residencia.

Se investiga otro foco en Gipuzkoa

Por otro lado, este miércoles Euskadi ha registrado un ligero repunte de casos positivos de COVID-19, con 15 nuevos contagios, cinco en cada territorio. Todos los de Álava son de Vitoria y en Bizkaia se reparten en cinco municipios. En Gipuzkoa son tres en Irún y uno en Renteria relacionados con dos casos anteriores de Arrasate-Mondragón y se investiga un posible nuevo foco en el ámbito “familiar y social”. Por otro lado, el quinto caso, en Donostia, es sospechoso de estar relacionado con el foco iniciado en Orio y que se ha extendido ya a otros municipios.

Son ya más de 21.000 los infectados totales, aunque los casos activos en este momento son 1.250 ya que hay 18.141 recuperados y dados de alta y 1.615 fallecidos, dos en las últimas horas. Con este incremento de casos el R0 -indicador que mide positivos derivados de un contagio- vuelve a subir a 0,93 y a acercarse a la barrera de 1. Por encima se considera que la pandemia está en expansión. Quedan seis personas graves en la UCI y hay 188 hospitalizadas. Se pueden leer aquí más datos por barrios, municipios o residencias.

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