La lucha contra el racismo se mueve a ritmo de 'flashmob'
La Plaza Circular de Bilbao ha bailado este jueves a ritmo de un singular 'flashmob', protagonizado por miembros de la organización pluriétnica e internacional SOS Racismo, en el que han recreado la escenografía de un control de identificación como los que a diario sufren personas de diversos perfiles étnicos y en los que “se produce en muchas ocasiones un abuso de la fuerza o autoridad”, señalan desde la asociación.
“Hombres y mujeres magrebíes, gitanos, latinoamericanos o negros, que incluso han nacido aquí, acuden a nuestra oficina para denunciar que están siendo constantemente parados para ser identificados o detenidos”, explica Brígida Ridruejo, miembro de SOS Racismo. En los últimos tiempos, la organización, que ya tenía conocimiento de la situación, ha observado un crecimiento de reclamaciones sobre este ámbito entre las personas atendidas. Asimismo, según han indicado, hace un mes que tuvieron conocimiento de una circular de la Ertzaintza de la Comisaría de Sestao “donde se daban indicaciones para fichar e identificar a negros, toxicómanos y árabes”.
Con el objetivo de denunciar lo que consideran “controles totalmente arbitrarios que violan los derechos de las personas, puesto que en muchos casos se da un abuso de la autoridad” se han lanzado a la calle con una coreografía que muestra “lo que puede ser una detención habitual”. Para reproducir la escena se han basado en los relatos de las personas que han acudido al centro denunciando esta situación. “En el 'flashmob' usamos máscaras porque nos hemos encontrado con el problema de que muchas personas tienen miedo a ser identificadas y no quieren que se les reconozca”, señala Ridruejo.
Además, la organización ha elegido la Plaza Circular porque “es un sitio de paso” en el que “a diario” se producen controles identificativos. “Cualquiera viene caminando por aquí y un par de ertzainas o varios policías nacionales, vestidos de paisano, paran a las personas. Así consiguen que el resto de la sociedad, que no tiene contacto con esta realidad, en su imaginario social piensen que si se les detiene es porque algo habrán hecho, cuando no es cierto”, detalla la portavoz sobre una realidad que conlleva también “la criminalización pública de las personas que sufren este tipo de discriminaciones”.
Del mismo modo, SOS Racismo reclama que no se respetan sus garantías jurídicas, como puede ser ponerse en contacto con sus abogados. “Muchos de los que se encuentran en situación irregular, una vez identificados, son conducidos a un centro de internamiento y en la mayoría de las ocasiones terminan expulsados”, cuenta Ridruejo. “Además, cuando llegan a estos centros, a pesar de que consigan establecer contacto con un familiar, amigo o asociación que pueda acreditar su arraigo, resulta muy difícil paralizar la expulsión porque ya están en Madrid”, apunta.
Como ejemplo de esta realidad, desde SOS Racismo explican que la semana que viene se realizará un juicio por una denuncia de una persona que había sido testigo de un abuso policial en una identificación en las inmediaciones del parking de Bailén en Bilbao. “En concreto, esta persona estaba siendo identificada por ser negra y según la testigo en ningún momento puso resistencia y, a pesar de ello, ha sido acusada por desobediencia a la Autoridad”, cuenta Ridruejo. “La Policía Nacional le agarró del brazo, le redujo y se lo retorció. Estas son las técnicas que tienen los cuerpos de seguridad para defenderse y quedar impunes de la acción que han cometido”, insiste la portavoz.
Este es el día a día de SOS. “Las personas inmigrantes y el pueblo gitano son constantemente identificadas”, aseguran desde la organización. “El otro día nos dijo un chaval: es que a mí no hay día que no me paren, yo ya no sé qué más tengo que hacer, si tengo todo en regla”.