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La oposición en pleno carga contra la gestión sanitaria de Urkullu y contra su discurso de Nochevieja

El lehendakari, Iñigo Urkullu, y su jefe de prensa, Iñaki Bernardo, repasando el discurso antes de su grabación

Iker Rioja Andueza

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Escuchado el mensaje de Nochevieja del lehendakari, Iñigo Urkullu, la oposición en pleno ha cuestionado la gestión sanitaria del Gobierno de PNV y PSE-EE y considerado insuficiente la autocrítica. Han denunciado, igualmente, que se hagan apelaciones a la responsabilidad de la ciudadanía para superar la oleada de COVID-19 sin que aparentemente se ofrezcan certidumbres desde la Administración pública. Significativamente, la segunda fuerza parlamentaria, EH Bildu, ha descrito a Urkullu como un gobernante en una “torre de marfil” con políticas “autoritarias” cuando hace apenas unas semanas ha sellado un acuerdo presupuestario con el Ejecutivo para el ejercicio 2022.

Ha sido Nerea Kortajarena la representante de la coalición abertzale que ha escrutado las palabras de Urkullu y, según su análisis, ha visto que “seguramente está ya sobrepasado por la realidad”. El Gobierno “anda un poco como pollo sin cabeza” en la gestión de Osakidetza. “Quizá lo más preocupante es que no hemos podido vislumbrar en el mensaje del lehendakari ninguna señal de que tenga un plan para poder abordar la que nos viene encima”, entiende EH Bildu, que lamenta que el lehendakari “ponga deberes a los demás” y eluda las responsabilidades propias.

“Una vez más, pese a tener una mayoría absoluta, la debilidad de lehendakari Urkullu y su Gobierno han quedado en evidencia. Nos habla de defender la salud y eso tiene muy poco que ver con desmantelar la atención primaria, despedir a los profesionales de la salud, desmantelar las unidades de rastreo o llevar al colapso a la atención primaria y el caos que se ha montado”, entiende Kortajarena. “Dinero hay. Sin ir más lejos el lehendakari cuenta en estos presupuestos con 30 millones para reforzar la atención primaria a iniciativa de EH Bildu, que es lo que ha incorporado a estos presupuestos y lo que le pedimos es que los active sin perder más tiempo”, ha demandado la coalición soberanista.

Podemos e IU, coaligados en Elkarrekin Podemos-IU, han reaccionado por separado a la intervención de Urkullu. La coordinadora morada, Pilar Garrido, también ha lamentado que se apele “a la responsabilidad de los demás” y no haya “medios humanos y materiales para reforzar Osakidetza”. “Habla de bienestar y de bien común, pero no toma las medidas necesarias para hacerlo realidad y no acaba de entender que la mejor manera de servir y cuidar a los vascos en estos tiempos pasa por fortalecer nuestra Sanidad pública, ampliando sus recursos y cuidando a su personal. Pasa por poner en primera línea el reto de la salud mental. Pasa por construir una educación pública inclusiva y no segregadora. Pasa por construir un sistema público de cuidados”, considera Garrido. Y apostilla: “Necesitamos medidas eficaces, no sólo discursos y buenas palabras. Nuestro deseo para el 2022, nuestra exigencia al lehendakari, es que los 4.000 sanitarios [cuyos contratos no se renovaron tras el final de la anterior ola] vuelvan a trabajar a Osakidetza. Es momento de actuar”. “Un buen reconocimiento habría sido no despedir a más de 4.000 profesionales de la salud y mejorar las condiciones laborales tan adversas en las que trabajan”, ha señalado en la misma línea la máxima responsable de IU, Isabel Salud, que entiende que la autocrítica es “mea culpa sin propósito de enmienda”.

Desde la coalición PP+Cs, la secretaria general 'popular', Laura Garrido, ve el Ejecutivo “sin liderazgo y sin rumbo”, con “complacencia y victimismo” y “agotado y resignado”. Tras los calificativos y en la misma línea que el resto de formaciones políticas, PP+Cs cuestiona que se pase la pelota de la “responsabilidad” para combatir la pandemia a la ciudadanía para tapar una “mala gestión”. Esta semana, esta formación viene denunciando que falten medios y la vasca sea la única autonomía sin haber echado mano de los refuerzos militares propuestos por el Gobierno de Pedro Sánchez. Garrido, en clave más política, también ha lamentado que EH Bildu se haya convertido en socio presupuestario del Ejecutivo. En cuanto a Vox, su respuesta es la misma que esgrime en el grueso de los debates: la solución a los problemas es “más España”.

La réplica a todo ello la ha puesto el portavoz del PNV, Joseba Egibar. “Hay gente en la política vasca instalada en la desconfianza sistemática de lo que las instituciones vascas puedan haber hecho o puedan hacer en el futuro, en el pensamiento de que cualquier escenario peor políticamente les pudiera beneficiar. Y eso es un ejercicio absolutamente equivocado. Lejos de actuar desde la corresponsabilidad, están actuando desde un egoísmo particular pensando en que las cosas cuanto peor, mejor. Y eso no ha funcionado nunca así. Las cosas cuanto peor, peor”, ha aseverado. El PSE-EE, socio minoritario de Urkullu en el gabinete de coalición, no ha cuestionado las palabras del lehendakari. “Todos sabemos, como también lo sabe el Lehendakari, que la sociedad vasca reclama certezas. Quiere estar segura de que todos los recursos van a estar dedicados a combatir el virus, a dar pasos adelante en una salida a la crisis que cuente con todo el mundo y afrontar retos pendientes”, ha reseñado Ekain Rico.

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