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Trenes, autobuses, tranvías y aviones se vacían en Euskadi: el transporte se desploma hasta un 80% por la pandemia

Un avión con destino a Bérgamo (Italia) en el aeropuerto de Foronda justo antes de la pandemia

Iker Rioja Andueza

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Un día de esta semana a las 8.15 de la mañana una ejecutiva vasca que trabaja en la capital de España colgó en sus redes sociales una imagen desoladora de la gran pantalla de la terminal de salidas del aeropuerto de Loiu, el de más movimiento de pasajeros de Euskadi. Solamente mostraba tres vuelos: uno de Iberia a Madrid a las 9.25 horas, otro de la misma compañía también hacia la capital a las 17.35 horas y uno final a las 17.45 horas con destino a Barcelona y operado por Vueling. La pandemia ha llevado a que determinados medios de transporte hayan vendido billete solamente a uno de cada cinco usuarios habituales, como es el caso de los aeropuertos vascos. Esta semana también se han conocido los últimos datos de Aena, la entidad que gestiona los aeropuertos españoles, y los tres, Loiu, Hondarribia y Foronda, han perdido conexiones y pasajeros y se han llevado un golpe en forma de descenso de como mínimo el 75% de los viajeros.

Las restricciones a la movilidad en varias fases, la reducción de frecuencias o líneas y el temor a las aglomeraciones han generado la tormenta perfecta para trenes, tranvías, metros, autobuses y aviones en Euskadi. Los números son elocuentes. De 15 operadores analizados, el 'mejor' resultado lo presenta el tranvía de Vitoria con un pérdida del 38,62% de viajeros entre marzo y septiembre. La peor parte se la llevan los tres aeropuertos, con pérdidas próximas al 80% en octubre de 2020 en comparación con el mismo mes de 2019. Además, el segundo estado de alarma ha vaciado en parte las carreteras. Donde más se nota es en el peaje de Biriatou y en el resto de pasos entre Irún y Hendaya, en los que pasan un 64% menos de coches respecto a hace unas semanas, cuando no había limitaciones a uno y otro lado de la frontera.

Según datos del área de Transportes del Gobierno vasco, ahora dirigida por el consejero Iñaki Arriola, en el caso del transporte ferroviario la caída oscila entre el 38,62% del tranvía de Vitoria al 67% del tranvía de Bilbao. Las tres líneas del metro de Bilbao han perdido casi la mitad de los pasajeros y el Topo y los otros cercanías de Euskotren, más del 40%. Este porcentaje resulta de la comparativa para el período marzo-septiembre y no tiene en cuenta aún el segundo estado de alarma. El impacto es algo menor en las horas punta si se tiene en cuenta la cifra de octubre de 2019 y la de octubre de 2020. El descenso oscila entre el 17% y el 20,26%.

La probabilidad de exponerse al coronavirus depende de la duración media del trayecto y de la ventilación, ya que el uso de mascarillas es obligatorio desde hace meses. En las líneas 1 y 2 del metro de Bilbao se renueva el aire cada cuatro minutos para reducir el riesgo de contagio por aerosoles y en la 3 -operada por Euskotren- se hace cada 4,5 minutos. Se estima que un pasajero pasa 9 ó 10 minutos de media en el suburbano. En el caso del Topo (línea de Donostia a Hendaya) y las otras conexiones de Euskotren la ruta suele durar 18 minutos y el Gobierno afirma que el aire se renueva cuatro veces en ese tiempo.

En cuanto a los autobuses urbanos, la caída más fuerte la han sufrido las unidades rojas de Bilbobus, que han tenido un 53% de usuarios menos durante la pandemia. En hora punta, sin embargo, esa reducción es algo menor, del 39%. Tuvisa, la operadora pública de Vitoria, ha tenido un 50,11% menos de pasajeros en general. En Donostia, DBUS ha perdido el 40% en general y el 25% en los momentos pico. La ruta media dura en sus autocares 12 minutos. Las caídas son más grandes en los operadores interurbanos, gestionados por las Diputaciones forales. Álava Bus ha perdido un 56,13% de los usuarios y el 22,50% en los servicios en hora punta. En el caso de Bizkaibus el descenso es del 50,43% y del 20%. Lurralde Bus, el operador guipuzcoano, ha venido un 49,60% menos de billetes (16,50% en hora punta).

La siguiente derivada es el déficit económico que tendrán que asumir los diferentes operadores de transporte. Antes de la llegada de la COVID-19, había una previsión de pérdidas por valor aproximado de 279 millones. Según los datos de Transportes, se preveía una diferencia entre gastos e ingresos de 92,3 millones en Bizkaibus, de 69,7 millones en Euskotren, de 36,1 millones en Lurralde Bus, de 32,5 millones en Bilbobus, de 18,2 millones en DBUS, de 14,5 millones en Tuvisa, de 11,9 en el metro de Bilbao (sin la línea 3) y de 3,3 millones en Álava Bus (2,7 correspondientes a la red foral propiamente dicha y el resto el transporte comarcal).

La frontera francesa, donde más se nota el descenso del tráfico rodado

Por su parte, el Departamento de Seguridad actualiza cada día en este segundo estado de alarma la evolución de las restricciones a la movilidad en el tráfico rodado. Según el informe del 13 de noviembre, que compara los datos del día con la jornada equivalente de la semana del 19 al 25 de octubre, el tráfico en las capitales ha descendido entre un 14,5% en Vitoria a un 24,4% en Bilbao, con Donostia con una caída del 16,1%. No obstante, en el primer fin de semana con los confinamientos municipales, el toque de queda y el resto de medidas en vigor el desplome fue de entre el 47% al 65%.

Los desplazamientos considerados “de largo recorrido” han caído un 18,8% de media, aunque es muy desigual la medición de coches (- 26,7%) que de vehículos pesados (-1,1%). De hecho, el tránsito de camiones por la frontera entre España y Francia ha crecido un 1,7%. En paralelo, esa movilidad transfronteriza en coche particular ha caído un 63,9%.

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