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Urkullu defiende su gestión como una referencia en la lucha contra la pandemia “aunque la situación vasca no sea la peor”

Urkullu, en una conferencia telemática con otros presidentes autonómicos

Iker Rioja Andueza

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El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha situado su gestión de la pandemia como “puntera” en España y no ha dejado margen para la autocrítica. En la sesión de control al Gobierno que ha celebrado este viernes el Parlamento Vasco, en la que ha contestado a preguntas de EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU sobre el nuevo estado de alarma y la situación sanitaria, Urkullu ha asegurado que Euskadi fue la primera en decretar la emergencia sanitaria en la primera ola (13 de marzo) y en la segunda ola (15 de agosto) y también ha remarcado que la pasada semana dio el paso de ser el primero en solicitar al Gobierno central el segundo estado de alarma para aplicar después medidas “estrictas”, “las medidas más drásticas del Estado aunque la situación vasca no sea la peor” y siempre con el objetivo de “evitar” el confinamiento total de primavera.

El jefe del Ejecutivo vasco también se ha felicitado por haber ampliado la capacidad de UCI del Servicio Vasco de Salud (Osakidetza), por haber contratado a más rastreadores o por hacer un volumen alto de PCR en relación a otras comunidades autónomas. Y, en el plano económico, ha defendido las medidas de choque puestas en marcha en busca de un “equilibrio”. “Todo esto lo estamos haciendo”, se ha felicitado en la Cámara Urkullu en sus respuestas a la oposición parlamentaria, aunque sí ha reconocido que el escenario epidemiológico es “grave” y que se está produciendo un “tensionamiento al alza” en Euskadi en las últimas jornadas, en que se están sucediendo los máximos de contagios diarios y está incrementándose la presión asistencial.

El lehendakari ejerce ahora mismo como autoridad delegada para la gestión del estado de alarma en la comunidad autónoma. Ha manifestado que mantendrá como organismo asesor a la mesa de crisis denominada LABI en euskara y que sienta a varios consejeros del Gobierno, a las diputaciones, a los alcaldes de las tres capitales y al delegado del Gobierno de España, Denis Itxaso. En este sentido, ha enfatizado que la colaboración con el Ministerio de Sanidad es permanente. A falta de una fórmula para el control parlamentario del estado de alarma a nivel autonómico, ya se ha anunciado una comparecencia semanal de la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, para dar información sobre la evolución de la pandemia.

La oposición no ha comprado estos mensajes. “Le ruego que actúe”, ha implorado la jefa de la oposición y portavoz de EH Bildu, Maddalen Iriarte. “Señor Urkullu, le ruego que actúe porque no tomar medidas de salud necesarias por miedo a dañar la economía termina dañando la economía y la salud”, ha aseverado Iriarte, que ha apuntado que los datos vascos en materia de positivos y fallecidos son de los más elevados “del mundo”. La representante abertzale ha mencionado la existencia de problemas en atención primaria y que el equipo de rastreo da síntomas de estar desbordado. Iriarte ha pedido “invertir” en la Sanidad pública y ha recordado que no solamente hay que atender los casos de COVID-19 sino también el resto de patologías.

Desde la bancada de Elkarrekin Podemos-IU, Jon Hernández ha considerado que Euskadi “no ha aprovechado los meses de tregua” para rearmarse ante la segunda ola. La coalición de izquierdas cree que el personal sanitario llega exhausto a esta nueva fase. También ha denunciado los “mensajes cambiantes” del Gobierno, como cuando el portavoz de Salud, Ignacio Garitano, cuestionó los confinamientos perimetrales pocos días antes de que fueran decretados, o que no se apliquen medidas más severas de control en ámbitos como el transporte público, donde los aforos se mantienen al 100%.

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