Barrios Abertos: la integración como proyecto comunitario
Los barrios de Fontiñas y San Pedro concentran la cuarta parte de la población inmigrante residente en Compostela. Su otra característica diferencial es la fortaleza de su tejido asociativo. Sin embargo, la realidad es que esta población con orígenes en otros países no suele participar en las asociaciones y entidades que funcionan en sus barrios, una participación que podría ser un elemento fundamental para favorecer su integración completa. La Asemblea de Cooperación pola Paz (ACPP) inició hace meses el proyecto Barrios Abertos, que además de en Galicia también se está realizando en Asturias y Castilla-La Mancha. El objetivo es la integración social, cultural, educativa y sanitaria de las personas de origen extranjero, haciendo de los barrios “el núcleo primario de la socialización”.
Alejandro Quiñoá, delegado de ACPP-Galicia, destaca que el objetivo es doble. En primer lugar, promover la integración, entendiéndola “como la participación en la actividad cotidiana del barrio y en que sean conscientes de sus derechos como ciudadanos y los reclamen”. Por ese motivo el proyecto incide mucho en la participación en las estructuras educativas, en las AMPAs, “para que puedan reclamar su derecho a la educación” y también promoviendo que la interculturalidad sea un valor que se transmita desde los propios colegios e institutos. También se hace hincapié (en colaboración con Médicos del Mundo) en el ámbito sanitario, promoviendo el acceso igualitario e informado a los servicios de salud pública y, al mismo tiempo, sensibilizando a los y las profesionales de la salud para que puedan dar una atención eficaz y de calidad a las personas procedentes de otras culturas. El segundo gran objetivo está destinado a la sociedad en general, poniendo en valor la riqueza que supone vivir en un espacio multicultural, como una característica típica de la sociedad actual.
El proyecto también se liga con la reivindicación de los derechos que todas las personas tienen, “siendo conscientes de que la población migrante es uno de los colectivos que más están sufriendo la desigualdad, que está aumentando en los últimos tiempos”, destaca Quiñoá, quien quiere hacer un llamamiento a que la defensa consciente de sus derechos sea un elemento de combate contra esta desigualdad y, al mismo tiempo, que suponga un elemento que favorezca su integración.
Quiñoá destaca que San Pedro y Fontiñas, barrios interconectados que comparten muchos servicios, “son barrios en los que está muy afianzado el tejido comunitario”, con el que la ACPP se puso en contacto en primer lugar. “No tendría sentido que impulsásemos ningún movimiento asociativo nuevo, sino que lo que hacemos es coordinar el proyecto con las redes de movimientos asociativos que trabajan en los dos barrios”, señala. “Si hiciéramos esto en otros barrios o en otras ciudades, correríamos el riesgo de fracasar, porque no está tan estructurado el movimiento asociativo ni hay tanto conocimiento mutuo. Para nosotros es la principal fortaleza del proyecto”, destaca, al tiempo que define Barrios Abertos como “un proyecto de integración de gestión comunitaria”.
De hecho, los primeros pasos del proyecto fueron precisamente la realización de reuniones con las distintas asociaciones, centros educativos, ONGs, centros culturales, y unidades de trabajo social con actividad en estos barrios. De esos encuentros surgieron muchas propuestas, una red de contactos y la información necesaria para poder elaborar los materiales de difusión. El primer acto de presentación pública del proyecto fue la Festa da Primavera del barrio de San Pedro, el pasado mes de mayo. Allí se instaló un photocall con el objetivo de facilitarle a la ciudadanía una forma de expresar su apoyo a la integración de manera pública, original y lúdica. Por allí pasaron más de 200 personas, que se fotografiaron con frases como “Tú eres de chocolate y yo de vainilla”, “Las fronteras son muros mentales, derríbalos” o “¿Qué pienso cuando te miro? Lo que podría descubrir”.
También se busca potenciar la participación de todo el vecindario en las actividades socioculturales, de manera que las personas de origen extranjero contribuyan a la organización de estos encuentros y que puedan aportar nueva riqueza cultural y social. Para facilitar la participación, se editará una guía de servicios del sector, enfocada a la población inmigrante, en la que se recopilará información sobre las organizaciones con las que se puede colaborar, sobre los servicios públicos y privados que ofrece el barrio y sobre los distintos trámites que se necesita cumplir cuando se llega al país.
Quiñoá destaca que muchos de los elementos del proyecto están basados “en las experiencias del trabajo que hacemos en el sur”. “Nos parece muy interesante trasladar las herramientas y metodologías que se demostraron útiles allí. Quisimos que los procesos de aprendizaje norte-sur, a los que estamos acostumbrados, se trasladaran a otra lógica, sur-norte”, dice. Entre estos elementos está el uso de herramientas audiovisuales, como la radio o la producción de filmes documentales. Ya se ha llevado a cabo, por ejemplo, un taller audiovisual en el que chicos y chicas de origen inmigrante, juntos a otros nacidos en Galicia, aprendieron las herramientas necesarias para hacer un documental –que se podrá ver en los próximos meses– en el que ellos mismos contarán de primera mano cómo viven su experiencia como migrantes.