El conselleiro de Sanidade que Feijóo fichó por su perfil técnico da el salto a la política y se afilia al Partido Popular

El conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, ha pedido el ingreso en el Partido Popular de Galicia. La recepción del carné de la formación política le llega al dirigente de la sanidad gallega a las puertas del congreso en el que se renovará el poder interno del PP gallego para los próximos cuatro años, con Alberto Núñez Feijóo al frente. Con la incorporación de Comesaña a la política orgánica solo queda tres conselleiros en el gabinete gallego sin carné del partido: María Jesús Lorenzana, responsable de empleo; Francisco Conde, vicepresidente económico, y Valeriano Martínez, responsable de Facenda. Los otros nueve asientos restantes en el Consello de la Xunta están ocupados por destacados militantes del PP gallego.

La condición de independiente con la que la Xunta vendió el fichaje de Comesaña para sustituir a Jesús Vázquez Almuiña tras las elecciones de julio le sirvió a Feijóo para defender que la gestión de la pandemia no estaba dirigida en Galicia por cálculos partidistas, sino que las decisiones se adoptaban en arreglo a criterios estrictamente técnicos. En la biografía que publica la página web de la consellería de sanidade se repasan todo su historial de cargos en la sanidad gallega, en donde empezó a asumir responsabilidades durante el Gobierno del socialista Emilio Pérez Touriño.

Este viernes, el presidente gallego volvía a hacer gala de la independencia de las decisiones sanitarias de su gobierno, frente a un Pedro Sánchez al que acusó de primar los “criterios políticos” frente a los sanitarios al anunciar el fin de las mascarillas en exteriores a partir del próximo 26 de junio. Durante un acto en Vigo, el jefe del ejecutivo gallego advirtió de que todas las decisiones adoptadas por la Xunta durante la pandemia han sido adoptadas siguiendo el criterio de un comité de técnicos, al frente del cual se encuentra Julio García Comesaña. Desde el pasado 1 de junio, el principal técnico de la sanidad gallega es otro compañero de partido más.

En los meses en los que ha ostentado el puesto, Comesaña se ha convertido en uno de los dirigentes gallegos con mayor proyección, superando en presencia y conocimiento a muchos de sus compañeros de gabinete. Sus ruedas de prensa semanales para anunciar las decisiones adoptadas por el comité clínico le han situado como uno de los rostros de referencia en la comunicación de la administración gallega. Su desempeño como conselleiro de sanidade se ha caracterizado por la cara amable con la que ha abordado la gestión de una crisis en la que Feijóo no ha dejado de buscar el cuerpo a cuerpo con el gobierno de Pedro Sánchez. Mientras el presidente de la Xunta criticaba con la misma vehemencia la puesta en marcha del estado de alarma y el posterior anuncio de su derogación, el principal dirigente de la sanidad gallega evitaba entrar en la refriega política.

La excepción a su neutralidad, Vigo y su alcalde

La neutralidad de Comesaña tiene una excepción: Vigo y su alcalde, Abel Caballero. A finales del pasado mes de mayo el responsable del Sergas emprendió una refriega con el alcalde socialista de la primera ciudad de Galicia al que le echó en cara su gestión del tráfico en la ciudad. De fondo estaban los problemas de algunos vecinos que no conseguían llegar a tiempo al punto de vacunación elegido por la Xunta, el Instituto Ferial de Vigo (Ifevi), por los colapsos del tráfico y el transporte público. La crítica fue tan contundente que Caballero salió al paso y retó al responsable sanitario, vecino de Vigo, a poner la Polícía Local bajo su mando. En el PPdeG enfrían cualquier especulación sobre los escarceos políticos de Comesaña en su ciudad natal. “Si se está haciendo ver en Vigo más que antes no se debe a que haya recibido un encargo del partido”, aseguran fuentes de la dirección en conversación con elDiario.es.

Ya sin cruce de acusaciones de por medio, Comesaña volvería a aparecer por la ciudad del sur de Galicia el pasado 14 de junio para fotografiarse con el portero del Celta de Vigo, Sergio Álvarez, con la excusa de premiar la contribución del deportista en las campañas de donación de sangre. La directiva del club de fútbol, abiertamente enfrentada con alcalde de la ciudad, puso todo de su parte para que el evento se pudiera celebrar y que el conselleiro y uno de los jugadores más queridos por la afición compartiesen imagen con el escudo de la entidad de fondo. Para entonces, el conselleiro ya llevaba en el bolsillo su nuevo carné del PP.