Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Rueda usa al nacionalista y republicano Castelao en un discurso de fin de año en que vuelve a prometer previsibilidad

El presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, ante el óleo 'Os cegos' de Castelao en el Museo de Pontevedra durante la grabación de su discurso de fin de alis

Daniel Salgado

1

Alfonso Rueda eligió como escenario para su discurso de fin del año en que se han conmemorado 75 años de la muerte de Castelao el Museo de Pontevedra. El centro alberga una de las mayores colecciones de obras del que, además de dibujante y escritor, fue líder político del nacionalismo gallego, republicano y escorado a la izquierda, muerto en el exilio argentino. El presidente de la Xunta de Galicia usó su figura como telón de fondo para una intervención en la que insistió en uno de sus lemas recurrentes, el de la previsibilidad, y repitió su intención de rectificar políticas de gobiernos del PP de los que formó parte en materias como la vivienda pública y social o el I+D+1.

Castelao no fue el único galleguista histórico al que citó, pero sí el más progresista. “Algunas de las ideas que él defendió y que entonces eran revolucionarias”, afirmó sin concretar, “hoy forman parte del acervo común de gallegas y gallegos”. Según su interpretación, la arquitectura institucional, política y cultural de la Galicia actual, la derivada del Estatuto de Autonomía en vigor desde 1981, se debe a “los sueños” del autor de Sempre en Galiza y de otros intelectuales y políticos, estos de querencia más conservadora: Vicente Risco, Ramón Otero Pedrayo o Alfredo Brañas. Pero más allá de la mirada a la historia y de los dibujos del álbum Nós y los óleos de gran formato que decoraron la alocución de Rueda, esta se regodeó en sus argumentos habituales.

No faltó la mención a la ola de incendios que el pasado verano se convirtió en la más devastadora de las ocurridas en la comunidad y cuya deficiente gestión política tuvo consecuencias recientes: el cese de la cúpula de la Consellería de Medio Rural esta misma semana. “Es necesario trabajar todos a una para tener un monte mucho más productivo y más protegido”, afirmó este 31 de diciembre. Al contrario de lo que acostumbra el presidente gallego, esta vez las críticas al Gobierno central fueron en sordina. “Seguimos creyendo que los gobiernos están para gobernar, no para entretener y mucho menos para indignar”, aseguró, antes de explicar una de las ideas que más veces explica: “Somos previsibles y mañana, día 1 de enero, entrarán en vigor los Presupuestos de la Xunta para 2026, como debe ser”. Su Partido Popular ocupa 40 de los 75 escaños del Parlamento de Galicia, es decir, mayoría absoluta.

Son esas cuentas de 2026 las que le sirvieron para enumerar unas prioridades que contrastan con las de años anteriores y ejecutivos del PP del que el mismo Rueda formó parte, la más llamativa la de la vivienda pública. Durante los mandatos de Feijóo, con Rueda como conselleiro o vicepresidente, la construcción de la misma se redujo al mínimo. También descendió respecto a las cifras del lejano Gobierno de coalición entre PSdeG y BNG (2005-2009) la inversión en I+D+i, de cuya recuperación presumió este miércoles Alfonso Rueda. Y si ahora este se encomienda a la economía circular y a las energías limpias, olvida que fue su propio partido el que paralizó su despliegue al suspender, con enorme coste, el plan eólico del bipartito.

Las sesiones parlamentarias suelen ofrecer la imagen de un presidente en línea con los argumentarios que emite Génova, en Madrid. Su discurso de fin de año tomó, sin embargo, algunas distancias. Frente a la entrega de Feijóo a las tesis y a los pactos con la ultraderecha, Rueda atacó el “proteccionismo comercial que cierra puertas injustamente”, es decir, la vía Trump que tantos aplausos e imitaciones cosecha en el PP, estatal y no solo. También habló de un “sistema sanitario público avanzado”, que en realidad y a decir de no pocos trabajadores del mismo se encuentra al borde del colapso en sectores como la atención primaria y sometido a presión privatizadora.

El presidente gallego despidió su disertación como la comenzó, de la mano de Castelao. “Non lle poñades chatas á obra mentres non se remata. O que pense que vai mal que traballe nela, hai sitio para todos [No le pongáis trabas a la obra mientras no se acaba. Quien piense que va mal que trabaje en ella, hay sitio para todos]”, lo parafraseó. Nada que ver con el Rueda que se lanza en tromba contra el BNG, partido más representativo de la oposición, y contra su líder, Ana Pontón, y que achaca cualquier protesta ciudadana por los más diversos asuntos -sanidad, educación, Altri, Palestina- a los alborotadores nacionalistas y de izquierdas.

“Siempre, aun cuando las tinieblas parecen más densas, hay una luz de esperanza que nos guía para seguir avanzando”, concluyó, sin evitar la mención jacobea, “como avanzan los peregrinos que recorren los distintos Camiños de Santiago”.

Etiquetas
stats