Llevamos un tiempo asistiendo a una criminalización de las nuevas tecnologías, de las redes sociales y de twitter en general. La última excusa ha sido los insultos y amenazas tras el asesinato (por parte de dos militantes de su propio partido) de la Presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco. Este tipo de comentario y exabruptos, a todas luces condenables, serán de todo, pero no delito. Es más, cada fin de semana en cualquier campo de fútbol podemos asistir en persona a gritos e insultos públicos muchos más graves que los que encontramos en las redes. Sería interesante que la policía peinara los archivos de televisión de las retransmisiones deportivas como hace con las redes. Con los actuales criterios: no iba a haber cárceles...
Pero volviendo al título del post, ¿por qué no les gusta twitter? O mejor dicho: ¿por qué no les gusta el uso que TÚ puedes hacer de twitter?. Yo creo que los motivos se engloban fundamentalmente en torno a estas dos cosas.
1 – Todos somos un periódico, una tertulia, un medio de comunicación. Podemos crear opinión.
De repente twitter te permite tener repercusión. Trasladar un mensaje. Llegar a gente. Y todo esto, sin necesariamente: tener dinero, pertenecer a una élite política, empresarial o económica, poseer un grupo mediático, una licencia de emisión de TDT, contactos... De repente, se puede dar el caso que un tweet, una frase, un link, un post, una foto, un retweet..., lo que sea que tú decidas que es importante que se sepa, puede ser visto por cientos de miles de personas. Y eso no les gusta.
Hasta hace muy poco esta difusión de la información estaba más controlada. Sólo unos pocos podían decidir qué es lo que se sabe y cuando se sabe, por ejemplo: mediante la escaleta del telediario. Si no sales en el telediario, no existes. Ahora: si tu post llega a la portada de un servicio como meneame.net, hay bastantes posibilidades de que tu mensaje llegue a más gente que si sales en el telediario. De momento, los medios de comunicación tradicionales siguen dominándolo casi todo, claro. Pero es ese 'casi' el que les tiene nerviosos. Y la tendencia es clara.
Pues aquí estamos 500 años después, trabajando en otro cisma. Otro cisma que suponga mas Democracia, más igualdad, más oportunidades para todos, opino yo.
2 – Las redes sociales nos permite llegar a ellos. Conversar. La bidireccionalidad de la comunicación.
Hace ya unos años por cuestiones de la vida me encontré junto con un grupo de periodistas, expertos en redes y consultores políticos frente a un líder político de nuestro país. La cuestión iba de como usar las redes para la campaña. Cuando llegó mi turno le dije: “Mira, XXXXX, si yo fuera tú, pillaba el iPad, me encerraba en el baño y comenzaba a enviar una pregunta tras otra al candidato contrario firmando los mensajes. Le diría: -Hola YYYYY, soy XXXXX. Si ganas las elecciones, ¿qué vas a hacer con...?- y cosas de este tipo.” Intenté describirle una interacción en twitter entre dos líderes políticos como una conversación telefónica entre ellos dos, pero en la que todos los ciudadanos podemos escuchar, e íbamos a hacerlo con interés.
Y la cuestión es que hoy en día cualquiera, tú o yo podemos “telefonear” a cualquier líder político. Y toda la comunidad está mirando. Te contestarán o no (y no lo suelen hacer) pero insisto: todo el mundo puede ver como tú te diriges a esa persona, como le planteas determinada cuestión, y como este te ignora. O no. Por supuesto, la repercusión de esa llamada depende de muchos factores: tu número de followers, repercusión, apoyos que tengas, etc... Pero aún así, puedes “llamarles”. Hasta hace muy poco siempre te paraban en una puerta, buzón de correos, un asistente o un/una telefonista. Ahora llegas a la persona.
De repente, desaparecen esas distancias: los pódiums, pedestales, muros, paredes, guardaespaldas... Ya no es enviar una carta, meter una petición en el Registro del Congreso, pasar distintos trámites, bla, bla, bla... Es algo rápido, directo, y puede convertirse en viral. No cultivan mucho los políticos el dialogo entre ellos en redes, y menos todavía con ciudadanos, pero esa posibilidad de acceder a ellos no es baladí, y creo que es algo que no les gusta. Preferirían poder usar las redes en “modo mitin”, o sea: yo hablo, tú escuchas, aplaudes tal vez, y ya. Pero no. Es lo que tiene: nos pone a todos al mismo nivel.
Y aquí nos encontramos. En plena criminalización de las redes sociales y en plena cruzada para... ¿para qué?
Declaraciones del Ministro del Interior (El Periódico, 13 de mayo de 2014),
La gestión de este asunto que está haciendo el Gobierno está siendo pésima, además de éticamente cuestionable. Operaciones policiales de envergadura. Detenciones, alarma social. Grandes titulares en los medios...
Portada del diario ABC, 15 de mayo de 2014
Piense lo que piense, o desee lo que desee el Ministro del Interior, un gran número de juristas comparten la opinión de que todo esto no va a tener ningún recorrido jurídico, y todo esto que está sucediendo, opino ahora yo, parece más una especie de venganza ideológica extraña o un mero uso partidista de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado buscando otros fines que otra cosa. Tal vez sea una operación para desviar la atención de otras cosas como los procesos de corrupción que asolan al partido que sostiene al Gobierno, no lo sé. Pero debería reflexionar el señor Ministro, que como decía Spiderman, “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”.
El hecho es que las redes sociales son importantes e imprescindibles para las empresas, políticos y periodistas. Todos están en ellas. Todos. No se pueden permitir no estar. Son conocidos los casos de políticos que “se han ido” para volver en la próxima campaña electoral, o de aquellos que han dejado de usarla tras resultar elegidos. O no, y de los que a muchos volveremos a ver.
Y una cosa os digo para acabar. Estos políticos en el Gobierno hacen bien en asustarse. Los resultados de las pasadas elecciones del domingo han demostrado que las redes sociales son un elemento de comunicación ya no política sino social que va mucho más allá de la mera propaganda. Aún con ese restringido público, mensajes a través de las redes son capaces de crear opinión y de viralizarse y multiplicarse. El candidato de Podemos, el partido que ha dado el pelotazo en las pasadas Elecciones Europeas, tiene un programa diario en internet. En un canal de YouTube, una red social, con decenas de miles de suscriptores y que se promociona a través de twitter y facebook. Dos redes sociales. Sí, también participa semanalmente en tertulias de televisión convencional en la TDT, lo que sin duda le ha dado mucha exposición, pero me encantaría saber el papel de todo este trabajo digital en el éxito del partido. Creo que nos sorprenderíamos.
De momento somos pocos los que usamos twitter y otras redes para informar e informarnos. Pero ese número crece. Los medios tradicionales, poco a poco, muy lentamente, van ganando irrelevancia.
Creo que harían bien políticos y partidos en aprender a gestionar comunidades. Respetar la inteligencia de los ciudadanos, que no internautas, y aprender a navegar estas nuevas aguas. Es la realidad que les toca, que nos toca a todos.
Ellos verán que hacen. Sin ir más lejos, hace sólo dos días casi 2,6 millones de votantes le han hecho 'unfollow' al Partido Popular.
p.s. Esta situación de peligro que describo no se circunscribe a las redes sociales ni a twitter ni a estas fechas: internet, como ese campo de libertad y encuentro entre personas no les gusta. Ha sido atacado, lo está siendo y lo será en un futuro: la Ley Biden-Sinde-Wert, ACTA, SOPA/PIPA... La neutralidad en la red, prácticamente cualquier otra legislación sobre propiedad intelectual... Infórmate y defiende tus derechos civiles. En la calle y en internet.
Sobre este blog
Interferencia (Wikipedia): “fenómeno en el que dos o más ondas se superponen para formar una onda resultante de mayor o menor amplitud”.