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Error 404: Brexit not found

Theresa May, en el día de la Commonwealth, el 11 de marzo de 2019.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

Todo lo que no podía pasar está pasando. A diez días de la salida prevista del Reino Unido de la UE, el acuerdo de retirada no ha superado los trámites parlamentarios y, de momento, no hay plan B. Los líderes de la UE llegan este jueves a Bruselas para una cumbre, pero el martes por la tarde aún no habían recibido de Londres una petición de aplazamiento del Brexit. Y, por si fuera poco, han aparecido en los últimos capítulos dos actores secundarios que se están terminando de convertir en protagonistas en la finale del proceso: el fiscal general británico, Geoffrey Cox, quien con su dictamen aguó el acuerdo in extremis cerrado en Estrasburgo hace una semana Theresa May con Jean-Claude Juncker; y el presidente de la Cámara de los Comunes, John –“ordeeeeeeeer”– Bercow, quien este lunes torpedeó la posibilidad de una tercera votación al filo del precipicio sobre el acuerdo de retirada y agravó la crisis política británica.

Error 404: Brexit not found. Fallo del sistema.

El Reino Unido debería aprobar un acuerdo de retirada, pero el Parlamento lo tumba y, cuando May intenta llevarlo por tercera vez justo antes del 29 de marzo, en el último minuto, aquel en el que comienzan a temblar las piernas a los diputados y a encogerse el estómago de los grandes empresarios y lobistas británicos, Bercow le dice que ya en 1604 se decidió que no podía votarse lo mismo más de una vez, que se busque otra cosa para llevar a Westminster.

Y no queda nada.

De hecho, Downing Street ha anunciado este martes que la primera ministra británica, Theresa May, escribirá al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, sobre la prórroga del Brexit antes de la cumbre europea de este jueves y viernes en Bruselas.

Según ha publicado la BBC, May quiere un aplazamiento hasta el 30 de junio, con la opción de un retraso mayor. Tal y como están las cosas, el Reino Unido saldrá con o sin un acuerdo en 10 días. May necesita una extensión corta para obtener el apoyo en el Parlamento, si se vota de nuevo el acuerdo. Y una extensión larga si el acuerdo no vuelve a los Comunes o no logra su apoyo.

“O larga o corta”, ha respondido en Bruselas este martes el negociador jefe de la UE, Michel Barnier, sin poder ocultar el hastío y hartazgo con la situación: “Soy cartesiano, que digan para qué lo quieren y qué tiempo requieren. Pero una prórroga larga sólo tendría sentido si se produjera un gran acontecimiento político en Reino Unido, que no quiero describir [¿un segundo referéndum? ¿Unas nuevas elecciones?]. En todo caso, son los líderes los que tendrán que decidir, en función de las explicaciones que les dé May, qué prórroga dan”.

“Es decisión de los líderes –ha insistido Barnier– que tendrán que sopesar el coste de la prórroga, para las empresas y la economía de ambas partes. Es muy importante que sea útil y lógica, independientemente de que sea corta o larga. Una prórroga es una prórroga de la incertidumbre, y puede tener muchísimas consecuencias”.

Pero posponer el Brexit para evitar una salida sin acuerdo requiere de una petición formal del Gobierno británico que en Bruselas están esperando. Y este jueves se reúnen todos los líderes europeos pendientes de llevar estudiada una respuesta unánime a una pregunta que aún no se había formulado el martes por la tarde. Y en esa pregunta May tiene que concretar qué quiere –de qué plazo estamos hablando– y para qué lo quiere.

May tenía previsto someter por tercera vez a votación su acuerdo del Brexit, pero se ha topado con John –“ordeeeeeer”– Bercow y su dictamen. A pesar de ello, el portavoz de la residencia oficial de la primera ministra indicó que hay una “absoluta determinación” de encontrar la manera de que el Parlamento pueda votar salir de la UE con un acuerdo. El objetivo de May era buscar que los parlamentarios aprobasen esta semana o la próxima el acuerdo de retirada en un tercer intento, y solicitar después una prórroga del Brexit hasta el 30 de junio de carácter técnico.

Si eso no fuese posible, la jefa del Ejecutivo podría pedir un retraso del Brexit mucho más prolongado.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha asegurado que el Gobierno británico tendría que plantear en el Consejo Europeo de esta semana “con qué fin” pide “más tiempo”, informa Irene Castro. El Gobierno de Sánchez nunca ha querido mostrar una posición oficial sobre las posibles soluciones a la espera de una conjunta de la UE, aunque en una entrevista en Politico, el presidente admitió que si él fuera el jefe del Ejecutivo británico apostaría por una segunda consulta.

Sánchez ha asegurado que tras las votaciones en contra del acuerdo del Brexit en el Parlamento Británico “podemos concluir lo que el Reino Unido no quiere, pero no lo que el Reino Unido quiere”. “Tenemos un acuerdo de retirada que es el mejor posible, el único posible”, ha defendido Sánchez, para quien Reino Unido se anticipó al echar a “cara o cruz” su futuro. Bajo su punto de vista, debería haber apostado por una tercera “opción” que “no tuvo en cuenta” que fue abogar por quedarse en una “Europa mejor”.

El secretario de Estado para Europa en el Ministerio de Exteriores alemán, Michael Roth, ha reconocido este martes en Bruselas que su país está “realmente agotado. El tiempo se está agotando y estamos realmente agotados por estas negociaciones y espero propuestas claras y precisas del Gobierno británico: por qué tal extensión [de la negociación] es necesaria”.

Por su parte, la ministra francesa de Asuntos Europeos, Nathalie Loiseau, admitió que “si el Reino Unido pide un retraso, debe decir por qué. Hace falta una iniciativa creíble y por el momento no sabemos cuál es. Una prórroga corta para finalizar la ratificación del acuerdo de retirada, evidentemente, sería acordada. Han dicho no a una salida sin acuerdo y han dicho no a un acuerdo realista. Deben cambiar de opinión sobre una de las dos opciones”.

Como ha reconocido este lunes en Bruselas el ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell: “Ya sabemos lo que Reino Unido no quiere, nos gustaría saber qué quiere. Y no lo saben. Lo ideal sería que el Parlamento británico, puesto que la señora May le va a volver a preguntar por el acuerdo de retirada, lo aceptara, francamente”, ha dicho Borrell, “así saldríamos todos de dudas y se podría conceder una prórroga meramente técnica, de algunos días, para instrumentarlo. Esto sería lo ideal. De lo contrario, mucho me temo que esto se va a alargar más de la cuenta”.

Como daño colateral, están las elecciones europeas: si Reino Unido es un Estado miembro de la UE, debe participar. ¿O no? Depende de los plazos de la prórroga, y de la institución que conteste. Según el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, Reino Unido debe participar en las elecciones si está en la UE en la fecha en la que se celebran –26 de mayo–; según el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE, deberían participar si no se han ido para cuando se constituya la nueva Cámara, el 2 de julio.

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