La primera ministra británica planea imponer un precio máximo en la factura de la luz

La primera ministra británica, Liz Truss, ha anunciado en su primera sesión de control en la Cámara de los Comunes que este jueves anunciará en el Parlamento su plan energético “para ayudar a familias y negocios”. Los medios británicos sostienen que el anuncio consistirá en imponer un precio máximo a la factura de la luz para los hogares.

The Guardian y la BBC informan que el tope establecido para las familias será de alrededor de 2.880 euros al año. Actualmente el límite está en 2.280 euros, pero a partir del 1 de octubre estaba previsto que aumentase a 4.100 euros. Algunos analistas apuntan a que ese tope podría aumentar en enero a 5.780 euros.

El Partido Laborista había pedido un tope en la factura de la luz, pero este miércoles ha criticado a la primera ministra por la forma de financiar el plan, ya que Truss ha anunciado que está “en contra de los impuestos a los beneficios caídos del cielo” a las eléctricas.

Truss también ha abogado por mantener una política de bajos impuestos y parece que ha rechazado la posibilidad de meter el coste del plan en las facturas de los consumidores en los próximos años. En este sentido, el nuevo ministro de Hacienda, Kwasi Kwarteng, ha indicado que el Ejecutivo está preparado para pedir dinero prestado, según la BBC.

“Su primera medida es pedir prestado más dinero del que es necesario porque descarta un impuesto a los beneficios caídos del cielo”, ha denunciado Keir Starmer, líder laborista, en la Cámara de los Comunes. “Espero la declaración de mañana, pero el dinero tiene que venir de algún lado y sabe que cada libra no gravada de exceso de beneficios, es una libra que la gente trabajadora se verá obligada a devolver en las próximas décadas”, ha añadido.

El tope a la factura de la luz no afectaría a las empresas, según explica The Guardian. Las empresas que consumen mucha energía pueden negociar precios más bajos que el consumidor. El medio británico sostiene que el Gobierno aprobará un plan de 46.000 millones de euros para reducir el coste para los negocios.