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The Guardian en español

Ciudadanos rusos pagan hasta 28.000 euros por un asiento en un jet privado para huir del reclutamiento

Un hombre con una maleta en Moscú este septiembre.

Pjotr Sauer

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La demanda de asientos para viajar en jets privados se ha disparado en Moscú después de que Vladímir Putin ordenara la primera movilización desde la Segunda Guerra Mundial, mientras los rusos más adinerados buscan salir del país en medio de informaciones que indican que las autoridades planean cerrar las fronteras para los hombres en edad de combate. 

Según la información disponible, los pasajeros se dirigen sobre todo a Armenia, Turquía y Azerbaiyán, países que permiten entradas de rusos sin visado. Pagan entre 22.000 y 28.000 euros por un asiento en un jet privado. El precio para arrendar un jet de ocho asientos completo oscila entre 90.000 y 156.000 euros, muchas veces más caro que la tasa normal. 

“La situación en este momento es una locura”, dice Yevgeny Bikov, director de una compañía de alquiler de aviones, Your Charter. “Solíamos recibir 50 consultas diarias; ahora son 5.000”. 

La decisión del Kremlin de anunciar una movilización parcial ha producido una avalancha de hombres en edad militar que intentan huir del país, lo que ha empezado una nueva fuga de cerebros, quizás sin precedentes. Se han formado embotellamientos de kilómetros de largo en los cruces fronterizos de Rusia, y la mayoría de los vuelos comerciales para los próximos días están agotados. 

Vuelos comerciales y jets privados

Bikov dice que su compañía había comenzado a alquilar aviones comerciales, en un esfuerzo por satisfacer la demanda y bajar los precios. “Pero sencillamente no podemos conseguir sitio para todos”, dice, y agrega que el asiento más barato para un avión comercial alquilado con destino a Yerevan es de alrededor de 200.000 rublos (más de 3.000 euros). 

FlightWay, que ofrece vuelos en jets privados, dice que ha experimentado un aumento en las consultas sobre billetes de ida a Armenia, Turquía, Kazajistán y Dubai. “La demanda ha crecido 50 veces”, dice Eduard Simonov, director de la compañía. 

También dice que la disponibilidad de jets para alquiler se ha reducido desde que la UE y el Reino Unido aprobaron sanciones contra Rusia que incluyen la prohibición de alquilar y asegurar aviones para ser usados en Rusia. 

“Todas las compañías europeas de jets privados salieron del mercado. Ahora hay más demanda que oferta, y los precios están en las nubes en comparación con seis meses atrás”, dice Simonov. 

No sólo los muy ricos buscan jets privados: algunas compañías alquilan aviones para que sus empleados varones puedan escapar. Según Kommersant, una publicación rusa de información económica, una compañía de diseño de videojuegos en Moscú alquiló un avión completo para que sus empleados salieran del país. 

“Estamos recibiendo una base de clientes completamente nueva, tanto empresas como personas que nunca antes habían usado aviones privados”, dice Simonov. “Hay muchos que tienen algún dinero extra y quieren escapar”. En Rusia hay un temor extendido de que el Kremlin cierre completamente las fronteras esta semana. 

La huida de los rusos ricos

Grupos de derechos humanos independientes han dicho que desde el domingo los guardias fronterizos del único cruce operativo entre Rusia y Georgia han impedido la salida de algunas personas, alegando la ley de movilización rusa.

Ante la pregunta acerca de la posibilidad del cierre de fronteras durante una llamada con periodistas este lunes, el portavoz del Kremlin Dimitri Peskov dijo: “No sé nada de esto. En este momento, no se ha tomado ninguna decisión al respecto”. 

Según un estudio, ya se estimaba que Rusia perdería el 15% de sus millonarios este año, puesto que muchos de los ciudadanos más ricos se han mudado al extranjero. Se espera que la movilización aumente este éxodo, lo que potencialmente exacerbará el daño a la economía rusa. 

“La mayoría de nuestros clientes jóvenes y hombres se fueron la semana pasada, cuando Putin anunció la movilización”, dice un empleado de una compañía de servicios de conserjería de lujo de Moscú. “Yo solía llamar a restaurantes y bares en Patriarch Ponds para conseguirles reservas”, dice, en referencia a la exclusiva zona del centro de Moscú. “Ahora me paso el día en buscadores de vuelos para conseguirles un asiento en un avión a Ereván”, dice en referencia a la capital de Armenia.

El éxodo de los rusos ricos y poderosos podría ser el disparador de la tensión que se observado en las zonas más pobres del país, las que parecen estar más afectadas por el alistamiento de manera desproporcionada. 

Una broma telefónica que involucró al hijo de Peskov puso de relieve la creencia de muchos de que los políticos y altos cargos rusos mayores y sus hijos no serán llamados a luchar en Ucrania. 

En la llamada, orquestada por dos activistas vinculados con Alexéi Navalnki, el líder de la oposición encarcelado, se puede oír a Nikolai Peskov diciendo que “obviamente” no se va a alistar en el ejército, cuando se le pide que se presente en la oficina militar al día siguiente a las diez de la mañana. 

“Usted debe entender que no está bien que yo esté allí. Tengo que resolver esto en otro nivel”, se oye decir a Nikolai Peskov. 

Ante la pregunta acerca de esta llamada, su padre dijo que “sabía de ella”, y dijo que aún no se había publicado una transcripción completa. 

The Guardian ha tenido acceso a pruebas de que el hijo de un destacado miembro de la Duma, un alto cargo que suele hacer frecuentes declaraciones patrióticas y antioccidentales, se fue del país en un vuelo hacia Estambul el sábado. Según mensajes de texto a los que ha accedido el diario, el diputado de la Duma acompañó a su hijo a un aeropuerto en Moscú para asegurarse de que pudiera salir del país. “La gran fuga”, decía una historia de Snapchat enviada a un grupo privado por el hijo en el avión a Turquía.

Traducción de Patricio Orellana

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