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Ayuso decreta de nuevo el cierre selectivo en contra del criterio de Ciudadanos e impone un umbral que antes calificó de “arbitrario”

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el vicepresidente del Gobierno, Ignacio Aguado.

Fátima Caballero

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Ni estado de alarma. Ni fronteras. Y una hora más para los bares. Isabel Díaz Ayuso ya tiene lo que quería, aunque no está claro si durará después de que el Gobierno haya convocado para este domingo un Consejo de Ministros que abordará un decreto de estado de alarma para todo el país. De momento, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha rescatado su polémica medida que limita la movilidad en aquellas zonas básicas de salud con mayores incidencias del virus. Ayuso ya ha pedido al Gobierno que, de decretar el estado de alarma como piden el resto de autonomías, incluya en el decreto sus medidas por áreas sanitarias así como el cierre de bares a las 00 horas.

El estado de alarma que impuso el Gobierno de Pedro Sánchez en Madrid decae este sábado a las 16.47 horas y la dirigente del PP ya venía avisando toda la semana de que su plan era volver a implantar su medida estrella para contener la expansión del virus. Y así lo ha hecho. Una vez más en contra del criterio de su socio de coalición, Ciudadanos, partidario del paraguas nacional en toda España. “El estado de alarma tenemos que decir que ha ralentizado la mejora de los indicadores al facilitar el movimiento”, zanjaba este el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz-Escudero.

En el centro de su enfrentamiento con Ministerio de Sanidad estuvieron precisamente estas restricciones –aunque con algunos cambios– que supusieron un choque de trenes que desembocó en la imposición de un estado de alarma para mantener el cierre perimetral de Madrid y otros ocho municipios cuando el Tribunal Superior de Justicia de Madrid tumbó la orden previa impuesta por Sanidad que el Gobierno de Madrid acató a regañadientes.

La novedad son los criterios que Madrid pone sobre la mesa para decidir qué zonas básica de salud son las afectadas por las restricciones que limitan las entradas y salidas en estas áreas [consulte aquí todas las medidas]. Ahora, la incidencia acumulada que se tendrá en cuenta es la de 500 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. La misma que hace unas semanas cuando la impuso el Gobierno central el Gobierno regional calificó de “arbitraria” porque no estaba basada en “criterios técnicos”. El mismo umbral que Ayuso llevó a los tribunales.

Hace 21 días, la Comunidad de Madrid decidió que la barrera se fijaba en los 1.000 casos por 100.000 habitantes. Hace tan solo dos semanas la rebajaba a una incidencia de 750 casos. Ahora ya aceptan a los de 500. ¿Qué ha cambiado? De haber aceptado este umbral, el Gobierno regional tendría que haber cerrado la ciudad de Madrid hace dos semanas, algo que quería evitar a toda costa pero que acabó sucediendo por la imposición del Gobierno. Ayuso entonces acudió a los tribunales. Ahora que la incidencia acumulada ha bajado en toda la región, en muchos lugares por debajo de ese umbral, la presidenta madrileña se ha abierto a rebajar unos criterios que antes atacó. 500 contagios por 100.000 habitantes menos en Valdezarza que tienen 967 pero donde no han decretado la medida.

Sin embargo, Ayuso está cada vez más sola. Su socio de Gobierno, Ciudadanos no está cómodo con estas medidas que conocía a través de la rueda de prensa del consejero de Sanidad. La presidenta las aprobaba a espaldas de la mitad del Gobierno, algo que desde la formación de Inés Arrimadas han calificado de “desleal” e “impresentable”. El vicepresidente, Ignacio Aguado, dejaba claro después que es partidario de un estado de alarma que imponga un toque de queda en la región, una medida que fuentes del entorno de la presidenta descartan en estos momentos, pero que ya han pedido otras comunidades. “Pedimos que el Gobierno de España tome el control de la pandemia de una vez”, decía Aguado en su perfil de Twitter.

Como novedad, el Gobierno de la Comunidad de Madrid impondrá restricciones a la reunión de personas en el ámbito público y privado desde las doce de la noche a las seis de la mañana, una suerte de toque de queda que ellos mismos pusieron sobre la mesa pero que ahora no quieren mentar. Para Ayuso, “lo más importante” es la economía, según declaró este miércoles en una rueda de prensa sorpresa sin mucho contenido. Este viernes, tras conocerse las medidas, insistía: “Se trata de hacer el menor daño posible a la economía”.

El consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, también anunciaba que el horario de cierre de los bares y restaurantes se amplía a las doce de la noche –la misma hora en la que empieza el toque de queda que ahora no quieren llamar toque de queda–. Durante el estado de alarma, la hostelería ha tenido que cerrar la persiana a las 23 horas. “Esto es así porque si lo hiciéramos antes provocaría el efecto contrario y no solo arruinaría a la hostelería, a toda la restauración, sino que las reuniones privadas y las cenas se podrían trasladar a los domicilios”, decía Ayuso para justificar este nuevo horario.

La Comunidad de Madrid ya dejaba claro este jueves que su estrategia sigue siendo la de la confrontación pese al cambio de registro del líder del PP, Pablo Casado, durante la moción de censura de Santiago Abascal. El Gobierno regional era el único junto a Euskadi que se abstenía del plan de Sanidad que establece escenarios de actuación. Ayuso había sido la que más había abogado por estas medidas pero ahora que se producen su argumento para rechazarlas es que “llegan cuatro meses tarde”.

Catalunya, Euskadi, Navarra, Extremadura, Asturias y La Rioja solicitaron este viernes formalmente al Gobierno de Pedro Sánchez que decrete el estado alarma en sus respectivos territorios. Este domingo el Consejo de Ministros se reúne para abordar esta cuestión. Lo hacen por la alta incidencia del virus, como una forma de tener un paraguas legal que les permita aprobar medidas más restrictivas para la contención de la pandemia.

De momento, Madrid, pese a ser una de las más regiones afectadas en la primera ola y ahora en la segunda, ha decidido seguir por libre. Ayuso ha hecho, no obstante, un ruego: que se incluyan las zonas básicas de salud y el horario nocturno de cierre de bares que están, ha dicho, “bien estudiados” en caso de decretarse el estado de alarma para todo el país. Y ha insistido en la economía: “Es una estrategia sanitaria que nos está dando resultados y ayuda a la economía”.

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