Borja Fanjul, el árbitro de Almeida cuestionado por no expulsar a Ortega Smith tras su agresión a Rubiño

“Que tenga usted muy buenas tardes y una feliz Navidad”. Con estas palabras despachó Borja Fanjul las demandas para que expulsara a Ortega Smith del último pleno del año en el Ayuntamiento de Madrid el pasado viernes, 22 de diciembre. Se lo reclamó con insistencia Rita Maestre después de que el concejal de Vox hubiera agredido a su compañero y portavoz del grupo, Eduardo Rubiño, tirándole los papeles que tenía en la mesa, una botella e intimidándole diciendo “ahora, llora”.

“Se ha producido una agresión física y usted solo tiene una responsabilidad: defender al agredido”, le espetó enojada Maestre a Fanjul, casi al final del incidente con el que se cerraba el año político en Madrid. “Tiene usted una oportunidad más”, le advirtió antes de abandonar el pleno de Cibeles ante la falta de medidas de su presidente. “O le pondremos una queja por su comportamiento inaceptable como presidente del pleno”, terminaba amenazándole.

Fanjul, visiblemente nervioso, le respondía con la citada felicitación navideña, poniendo el apéndice a una actuación muy discutida por la oposición, en la que había intentado lidiar antes con la agresión dando la palabra a Ortega Smith para que se disculpara. No lo hizo y el cabreo en la bancada de Más Madrid fue a más. Algunos de sus concejales se llevaban incluso las manos a la cabeza, incapaces de comprender cómo la reacción de Ortega Smith iba a quedarse impune.

“Vean los vídeos”, reclamaba este lunes el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, para defender a su presidente del pleno, mientras reclamaba a la oposición que no quisiera “cobrarse” su cabeza, además de la de Ortega Smith. Pero los vídeos no dejan en buen lugar a Fanjul, sobre todo aquellos que comparan la dureza con la que corrigió el comportamiento de Daniel Viondi, el concejal socialista que tocó la cara al alcalde hace tres meses, expulsándole de inmediato, y la tibieza con la que se dirigió al de Vox.

Los vídeos de hace un par de años también pasan factura a Fanjul y su labor al frente del pleno del Ayuntamiento de Madrid, muchas veces discutida, aunque no tanto como en este momento, en el que hasta el PSOE ha pedido su dimisión o relevo por parte de Almeida. Como aquel del año 2021 en el que aseguraba que la Guerra Civil “no la ganó nadie” y acusaba a los socialistas de “revisionismo histórico” al proponer la retirada de calles con nombres franquistas que todavía quedan en la capital.

Las palabras de Borja Fanjul (Madrid, 1975) eran especialmente relevantes porque el bisabuelo del presidente del pleno, Joaquín Fanjul, participó en el golpe de Estado que derivó en la Guerra Civil española. El político y militar fue capturado por la república y condenado a muerte. En su memoria, la dictadura franquista le dedicó una calle al general en Aluche, que borró Manuela Carmena en 2017 para cumplir la ley de Memoria Histórica. Ahora se llama avenida de las Águilas.

Con una familia de honda tradición en la derecha (su abuelo era el diputado Juan Manuel Fanjul, que transitó desde la Falange hasta UCD después de la muerte de Franco), Borja Fanjul se interesó en la política “de casualidad”, aseguraba en una entrevista concedida en 2013 a Servimedia. Cinco años antes había empezado a trabajar como asesor del PP en el Congreso de los Diputados, cargo que compatibilizaba con el de secretario en la Comisión Nacional de Estudio de la Discapacidad del Partido Popular. Hasta que le llegó la llamada de Esperanza Aguirre e inició su carrera como cargo público.

La entonces presidenta de la Comunidad de Madrid lo colocó en sus listas y en el año 2011 entró como diputado del PP en la Asamblea de Madrid. Cuatro años después se lo llevaba al Ayuntamiento, pero al salir elegida Carmena se quedó en la oposición. Con su elección por tercera vez como edil municipal el pasado mes de mayo arrancaba su tercera legislatura en Cibeles, la segunda como presidente del pleno, labor que Almeida le lleva encomendando desde el inicio de su alcaldía.

Fanjul es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y cuenta con dos másteres, uno en Gestión de Carteras por IEB y otro en Aspectos Jurídicos y Gestión de Recursos en materia de Discapacidad por la Universidad de Castilla-La Mancha. Se especializó en esta última área después de sufrir un grave accidente de tráfico, que le postró en una silla de ruedas sobre la que ha discurrido toda su carrera política. “Cuanto más accesible es todo, menos discapacitado se siente uno”, decía a Telemadrid al inicio de su mandato en la Asamblea de Madrid, adelantando por dónde iba a ir su acción parlamentaria.

Sobre el siniestro que provocó su grave lesión recordaba en la citada entrevista de 2013 que “con 20 años, creyéndome el rey del mundo, cuando una noche de copas nos saltamos un semáforo, vino un coche y nos llevó por delante”. “Coche, copas y 20 años son los ingredientes que llevan a muchas personas a la silla de rueda de forma sobrevenida”, advertía sobre el incidente este aficionado al deporte con dos hijos.

El estilo de Fanjul al frente del pleno de Cibeles durante estos últimos cuatro años ha sido el de intentar mantener el orden y el tono tranquilo, aunque a veces ha sido tachado de partidista por parte de los concejales de la oposición, al favorecer con algunas de sus decisiones las posturas políticas del gobierno al que pertenece. La agresión a Rubiño ha puesto en duda su imparcialidad y habrá que ver si Más Madrid y PSOE aceptan su autoridad en el próximo pleno municipal, en el caso de que Almeida siga apostando por mantenerlo como moderador de los debates en el Ayuntamiento.