El pozo sin fondo del Museo de Historia de Madrid
El pasado martes 18 de noviembre se publicaba en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el anuncio de licitación de las obras para la restauración y rehabilitación de la capilla del Museo de Historia de Madrid, situado en el número 78 de la calle Fuencarral. Un edificio cerrado al público hace años y en el que ya se ha invertido una considerable cantidad de dinero para su rehabilitación, pero que parece necesitar aún más fondos para recuperar todo su esplendor de antaño.
En concreto, el presupuesto base total de la licitación de estas nuevas obras es de 502.472,27 euros (IVA incluido), con un plazo de ejecución de seis meses, y comprende la rehabilitación de carpinterías, techos, iluminación y la adaptación de la plataforma a las normas de accesibilidad, así como una mejora del sistema de ventilación (con la instalación incluso de extractores de humo) y de extinción de incendios.
Además, se abrirán dos huecos en la antecapilla que, además de facilitar el control del flujo de visitantes, contectará la sala con la fuente de la Fama. Otro importante cambio en la fisionomía actual del edificio tendrá lugar en las vidrieras, que serán sustituídas por alabastro. En cuanto a las pinturas de las pechinas, se separarán del muro para facilitar su futura restauración y evitar posibles deformaciones durante las obras.
En cuanto a los requisitos específicos que deberá reunir el contratista relativos a la solvencia económica y financiera y solvencia técnica y profesional se detallan en el Anexo I “Características del contrato” y comprenden la acreditación de una cifra de negocios global anual en los ejercicios de 2011, 2012 y 2013 igual al presupuesto base de licitación y haber realizado al menos tres obras en los últimos cinco años (de 2009 a 2013) por un importe mínimo en cada una de ellas igual al presupuesto base de licitación de este contrato. Además, se deberá acreditar documentalmente mediante certificado la buena ejecución de cada una de esas obras.
Un edificio eternamente en obras
Considerado Monumento Histórico-Artístico desde 1919, ya en 1990 se planteó que la capilla fuese el centro alrededor del cual girase toda la institución. Un proyecto que se paralizó hasta que en el año 2002 comenzaron los primeros trabajos de rehabilitación integral del edificio, según un proyecto firmado por el arquitecto Juan Pablo Rodríguez Frade (autor también de la alabada rehabilitación del Museo Arqueológico Nacional), que se planteaba en tres fases y partía del mantenimiento de la estructura original del edificio, incrementando la superficie del edificio a través del patio y la construcción de una nueva planta en el sótano.
En 2007 el Ayuntamiento publicaba que la rehabilitación del Museo Municipal entraba en su recta final y autorizaba la contratación de la que decía era la tercera y última fase. Pero, muy lejos de finalizar las obras y de abrir sus puertas totalmente al público en 2010, como adelantaba el entonces alcalde de la ciudad, Alberto Ruíz-Gallardón en su visita a las obras, desde hace años sólo se ha podido acceder de manera limitada al edificio para visitar la exposición Topographias y narrativas urbanas y la maqueta de Madrid en 1830.
En el año 2013 el Ayuntamiento decidió instalar una polémica y antiestética reja para proteger de los grafiti la fachada del edificio. Una verja que permanece cerrada desde el 28 de octubre y que impide el acceso de visitantes por trabajos de preparación y montaje de la exposición permanente.
Y, aunque en la reciente inauguración de la Biblioteca Mario Vargas Llosa Ana Botella habló en su discurso de la inminente reinauguración de este espacio que –junto a los Jardines del Arquitecto Ribera– completará el nuevo entorno de Barceló, esta nueva licitación parece apuntar que todavía queda bastante tiempo por delante para que esté totalmente terminado.
Un costoso pozo sin fondo
Una de las mayores incógnitas que envuelven al Museo de Historia es, sin lugar a dudas, la cantidad de fondos públicos que se han destinado para la rehabilitación de un edificio que parece no tener fin. Allá por el año 2010 Ruíz-Gallardón cifraba el gasto del proyecto en 18 millones de euros, pero tanto el dilatado proceso en el tiempo como las múltiples partidas presupuestarias aprobadas para este proyecto hacen muy difícil su cuantificación.
Suponiendo que el montante desembolsado hasta la fecha sea efectivamente de 18 millones de euros, al sumar la cantidad que se destinará a la rehabilitación y recuperación de la capilla, las obras le supondrán a los madrileños un gasto superior a los 18 millones y medio de euros para un edificio que es, hasta la fecha, un costosísimo contenedor de aire.
Una pena que, entre tantas obras, una de las tres piezas del Museo de Historia que destacaba Gallardón como excepcionales –La Virgen de la leche de Pedro Berruguete– haya abandonado la Calle Fuencarral para trasladarse a las salas del Museo del Prado, al que se cedió por un plazo de cinco años prorrogables.
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