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Malasaña, una gran trampa de hielo que tratan de salvar los caminos vecinales

Vecinos despejando la esquina de Espíritu Santo con Madera

Antonio Pérez / Diego Casado

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Espíritu Santo es a día de hoy una de las calles por donde mejor se camina de Malasaña: el hielo ha dado paso a un espacio de tres metros de ancho, por donde se puede pasar sin temor a resbalones. Las aceras también están despejadas, mientras las placas heladas se acumulan junto a los bolardos. Pese a que se encuentra despejada, esta calle no está en el listado de vías limpias del Ayuntamiento de Madrid, porque ningún trabajador municipal se ha pasado por allí para retirar la nieve acumulada. Los que han abierto camino son los vecinos y comerciantes de Malasaña.

La autogestión vecinal de los barrios de la capital en la lucha contra la nieve y el hielo que ha traído a las calles de Madrid la borrasca Filomena ha dejado de ser noticia por la proliferación de improvisadas cuadrillas de ciudadanos que se pueden ver trabajando en casi cualquier esquina luchando por retirar la nieve convertida ahora en hielo. Un histórico del asociacionismo vecinal en la capital como Félix López Rey escribía en su cuenta de twitter: “¡Palas, cepillos y sal para el pueblo!” y en esa misma red, a través de la etiqueta #CaminosVecinales, promovida por la Federación de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), se pueden seguir muchas de las actuaciones organizadas que se están llevando a cabo en distintas zonas.

En Malasaña, después de los ejemplos de los que informamos el domingo, hemos ido encontrando más. De entre ellos, destacar la actuación de quienes de forma casi improvisada se juntaban para limpiar la manzana acotada por la citada Espíritu Santo y las calles Jesús del Valle, Don Felipe y Corredera de San Pablo, algunos de los cuales habían despejado también la calle Escorial. El turno de tarde de este mismo grupo, al que se unieron otros voluntarios alentados por el ejemplo, fue el que logró despejar el camino hasta San Bernardo, abriendo un importante eje de paso este-oeste en el corazón del barrio.

El tener o no palas determina la velocidad con la que los trabajos avanzan y, sin duda, es el elemento de trabajo más requerido y prestado. Conseguir sal para consolidar lo despejado es aún bastante complicado. Algunos voluntarios apuntaban que el punto más cercano donde se podía obtener sería el cantón municipal de limpieza de la calle Reyes, aunque de forma no oficial. También en la comisaría de policía de la plaza de la Luna hubo quien consiguió un poco. En cualquier caso, es previsible que a partir de hoy la Junta Municipal de Centro pueda hacer llegar sal a los barrios en puntos aún sin concretar. De momento solo lo ofrecía en las lejanas Plaza de la Cebada y en la Junta de Centro. A más de un kilómetro del barrio.

La estrategia del Ayuntamiento de Madrid está centrada en despejar de nieve las grandes vías de comunicación que circundan los distritos. En Malasaña se han limitado a abrir paso por la calle San Bernardo, la parte peatonal de la calle Fuencarral, y las vías que rodean al barrio (bulevares y Princesa). La limpieza no ha pasado por los ambulatorios, ni por las entradas a los centros escolares o residencias de mayores. En el interior, todavía aguardan la llegada de las quitanieves, tres días después de que cayeran los últimos copos.

Mientras unos esperan, otros vecinos siguen a lo suyo: este martes, desde las doce de la mañana, la red de apoyo solidaria Malasaña Acompaña llama a crear más caminos vecinales. El objetivo es liberar de nieve y hielo el centro de salud de Palma y la calle San Andrés. ¿Quién se apunta?

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