¿Sigue teniendo sentido tener un coche en propiedad si vives en Malasaña?
No es que la movilidad en el centro de la ciudad sea uno de los temas del momento en Madrid, es que es el tema del momento. Tras años hablando de la necesidad de limitar la circulación de vehículos de motor en las grandes urbes por contaminación atmosférica y acústica y también por una cuestión de falta de espacio y de recuperación de la vía pública para el peatón, la inminente puesta en marcha de Madrid Central y las remodelaciones y reordenaciones urbanísticas que se están llevando a cabo indican que estamos ante un punto de no retorno en cuanto a movilidad se refiere y en un momento en que todas las miradas se dirigen hacia lo que va a pasar con el uso del coche particular, mientras las políticas municipales premian iniciativas de desplazamiento alternativo e inciden en promover la concienciación ecológica del ciudadano.
¿A quién le gusta respirar aire contaminado, perder su tiempo en atascos, desesperarse buscando aparcamiento, pagar precios desorbitados por un garaje o soportar los gastos fijos de un vehículo si no se utiliza a diario? Cada vez son más los vecinos de zonas como Malasaña que piensan “quiero vender mi coche. Además, distintos estudios indican que son los más jóvenes quienes están más dispuestos a prescindir de la propiedad de un vehículo de cuatro ruedas, siempre que haya opciones que les permitan hacerlo.
El buen funcionamiento del transporte público, las empresas de alquiler de coche compartido -con unidades disponibles en garajes céntricos- (Bluemove, Respiro, Avancar), las nuevas compañías de alquiler de vehículos eléctricos para moverse dentro de la M-30 (Car2GO, Emov…), las plataformas de la economía colaborativa para compartir coche y viajes (Amovens, SocialCar, Drivy), las motos eléctricas en alquiler, la extensión del servicio de alquiler público de bicicletas y las mejoras para circular en este tipo de vehículos… Todos estos factores cuentan a la hora de decidirse a dar el salto hacia una vida en la que el coche sea considerado un servicio y no un bien que se ha de tener en propiedad.
Económicamente, está claro que mantener un vehículo en propiedad en el centro de Madrid no resulta rentable si no es que se le da un uso diario. Empresas de alquiler de vehículos compartidos indican que sus usuarios podrían tener un ahorro de unos 2.500 euros al año (teniendo en cuenta los costes fijos y los variables de mantener un vehículo en propiedad) sobre quienes tienen coche propio pero no lo utilizan cada día.
Fijándonos en el aspecto ecológico, el Ayuntamiento prevé que la restricción a la circulación en la almendra central de vehículos que no sean de residentes, o no sean Cero emisiones o de etiqueta ECO, supondrá un 40% menos de contaminación del aire. Además, aunque en una primera instancia los coches de los vecinos no tendrán problemas para circular por el llamado Madrid Central, ojo a una fecha no tan lejana: 2025. Entonces, los residentes tampoco podrán acceder a la zona con vehículos sin etiqueta, salvo que estén matriculados como vehículo histórico. Esta medida coincidirá con la restricción a los vehículos más contaminantes recogida en el Plan A de Calidad del Aire y Cambio Climático.
Pese a todo lo anteriormente expuesto, no faltan las voces que reivindican medidas que garanticen que los residentes en el distrito Centro de Madrid puedan seguir ejerciendo su inalienable derecho a tener un coche en propiedad si así lo desean. En este sentido, el Ayuntamiento ha reservado ya para ellos todas las plazas de aparcamiento en superficie que existen en la zona, mientras estudia aumentar el número de plazas para ellos en los garajes de titularidad pública.
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