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Audi consigue sus primeros litros de gasolina sin emplear petróleo

Audi anuncia que ha producido 60 litros de la llamada e-gasolina.

Pedro Umbert

Desde 2013 hemos escuchado un goteo de informaciones acerca de los experimentos de Audi con combustibles sintéticos, esto es, no obtenidos a partir de petróleo. Esto suena, en principio, a ciencia ficción, pero la marca alemana acaba de anunciar que ha producido 60 litros de esta e-gasolina gracias al esfuerzo conjunto con su socio Global Bioenergies S. A.

Recordemos, para situar con rigor las cosas, qué es exactamente un combustible sintético. Puede que hayas oído usar esta expresión para referirse, por ejemplo, al metanol, el dimetiléter o el butano. También se adjudica en ocasiones al metano sintético, obtenido de la reacción de CO2 que se genera por combustión en centrales eléctricas con hidrógeno y que se puede emplear como combustible directamente o bien transformarse en líquido. Pero la alquimia de Audi no va por ahí.

Lo que han hecho la firma de Ingolstadt y su partner ha sido obtener en laboratorio un equivalente de la gasolina a partir de agua, dióxido de carbono y biomasa en un proceso que –a riesgo de pecar de demasiado técnicos– se resume así: en una primera fase, Global Bioenergies produce isobutileno o isobuteno gaseoso (C4H8); en una segunda, éste se transforma, con hidrógeno, en el isooctano líquido C8H18 en que consiste la llamada e-gasolina.

Para entender un poco mejor tanto la técnica como los beneficios ambientales que reporta, diremos que los combustibles sintéticos capturan el CO2 durante el proceso de fabricación para transformarlo en materia prima a partir de la cual se puede producir, como en este caso, gasolina, o bien gasóleo o un sustituto del gas natural. Básicamente, se obtienen mezclando hidrógeno, extraído del agua, con carbono captado del aire durante los procesos en que la biomasa se transforma en energía. Al capturar CO2, se los considera neutros en carbono.

Audi asegura que su combustible no contiene azufre ni benceno, por lo que es “especialmente bajo” en gases contaminantes cuando se quema. Además, como se trata de un carburante “de alta pureza con muy buenas propiedades antidetonantes”, ofrece la posibilidad de incrementar la compresión del motor y aumentar así su eficiencia.

A nadie se le escapa que nos encontramos ante una tecnología aún en una etapa embrionaria de desarrollo y que precisa de considerables cantidades de energía para funcionar. La marca germana confía en poder superar este inconveniente recurriendo a excedentes de energía de plantas renovables, por ejemplo hidroeléctricas.

Por lo demás, los socios del proyecto pretenden que a medio plazo la biomasa pueda quedar fuera del proceso de producción, de tal manera que el CO2 y el hidrógeno –producidos a partir de fuentes renovables– serían material de origen suficiente para la elaboración de combustible sintético.

Sesenta litros de e-gasolina, que no dan para llenar el depósito de un A4, no son gran cosa, dirás, pero la cuestión no es la cantidad, sino las posibilidades que abre esta nueva técnica de laboratorio. Ahora llega el momento de probar el combustible y ver qué resultados produce, durante la combustión y en materia de emisiones, en un motor de prueba, de nuevo en el laboratorio.

Audi lleva más camino recorrido en lo tocante al e-diesel, que investigó a fondo entre 2014 y 2016 en una planta piloto en Dresde. Ahora se está planteando expandir su producción en Laufenberg a una nueva instalación que generará unos 400.000 litros de este nuevo carburante al año.

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