Estos días hemos visto como en Berlín la agricultura murciana sacaba pecho. Allí se dieron cita empresarios y gobierno, asociaciones y oposición. Solo faltaba una representación de los trabajadores, los grandes olvidados.
Mientras, en España miles de agricultores han iniciado una batalla que debió comenzar hace mucho tiempo por el desfase existente entre el precio de origen y el precio final. Pero ‘nunca es tarde si la lucha llega’. Aquí en la Región de Murcia, Hostemur, la Asociación de Hosteleros de la Región, ponía el grito en el cielo ante el enésimo anuncio de retraso por la llegada del AVE a la Región. ‘A buenas horas mangas verdes’. Los primeros anuncios databan del año 2014 y 2015 de la mano y la boca del entonces eterno Ramón Luis Valcárcel.
El relator de la ONU, al igual que hizo hace unas semanas Cáritas, nos ha sacado algo más que los colores. Se hace más necesario que nunca abrir el debate serio, riguroso, técnico y profesional sobre si la agricultura actual que está produciéndose en nuestra tierra, es sostenible tanto medioambiental, como económica y laboralmente.
Muchos alcaldes llevan tiempo alertando del problema laboral y económico de la agricultura. Con salarios bajos y una alta temporalidad, los trabajadores y trabajadoras son en un gran porcentaje inmigrantes (en Huelva, debido a las precarias condiciones económicas que se ofrecen, los españoles se niegan a trabajar en la recogida de la fresa) que requieren servicios públicos que hay que costear lógicamente. Pero, sin duda, debido a los salarios que se ofrecen los ingresos municipales siguen bajando peligrosamente.
Curiosamente, el fenómeno VOX aprovecha esta situación para ‘criminalizar’ a los trabajadores de otros países, dándose la paradoja de que la cúpula de esta organización está muy vinculada al empresariado agrícola regional.
El segundo gran debate debería ser conocer quién o quiénes están detrás de las explotaciones de los grandes latifundios en esta Región. Todos los expertos coinciden en reconocer que el porcentaje de capital financiero que sustenta la parte más importante de las explotaciones agrícolas es de origen extranjero. Es decir, en palabras que a nadie gusta escuchar: “Nosotros ponemos los inmigrantes y el trabajo, y otros esquilman las tierras hasta reventarlas y dentro de unos años se dirigirán a otra región, a otra comarca, a otro país”.
El tercer gran factor a tener en cuenta pero quizás el más importante es la situación de deterioro que está sufriendo nuestro territorio. Los nitratos y los plaguicidas no solo están contaminando el Mar Menor, sino nuestras tierras, nuestro aire, nuestras vidas.
Es hora de que el Ministerio o quien corresponda decida formular una simple y compleja pregunta: ¿La Agricultura actual de la Región de Murcia forma parte del problema o de la solución?
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