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Diez 'erres' para un Decálogo de Buenas Prácticas y asumir más (y mejor) responsabilidad ambiental

Escolares participan en una actividad sobre el decálogo de buenas prácticas en uno de los talleres organizados por PreZero y el Ayuntamiento de Murcia

Erena Calvo

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'Una sola Tierra' es el lema del Día Mundial del Medio Ambiente de este 2022, con el que se ha querido destacar la importancia de vivir de forma sostenible y en armonía con la naturaleza “a través de cambios sustanciales en nuestros hábitos cotidianos que nos guíen hacia estilos de vida más limpios y ecológicos”, explica Mamen Allepuz, responsable de Proyectos Educativos de PreZero, empresa concesionaria de los servicios de limpieza del Ayuntamiento de Murcia. Junto al Consistorio, organizan “durante todo el año distintas acciones dirigidas a colegiales, jóvenes, público familiar y, en general, a toda la ciudadanía para formar e informar hacia el respeto y cuidado de la naturaleza, así como hacia la lucha contra el cambio climático”, apuntala Mamen.

Para conmemorar este Día Mundial del Medio Ambiente, el Ayuntamiento y PreZero impulsan un Decálogo de Buenas Prácticas con 10 puntos para asumir más responsabilidad ambiental:

1. Reflexionar. Se trata, afirman, de pensar antes de actuar para encontrar soluciones más sostenibles. La información y la educación ambiental son “clave” para mejorar nuestros hábitos cotidianos desde un punto de vista sostenible. Por eso, una vez que comenzamos a desarrollar la conciencia ecológica, mejoramos nuestra forma de consumir, tomando decisiones “sensatas y comprometidas” con el entorno.

2. Rechazar. Practicar un consumo responsable. Este es un “pequeño gesto” que cuando lo implantamos en nuestros hábitos de consumo genera grandes cambios, explican desde PreZero. “Basta con decir no a aquello que no necesitamos, también a envases y productos de usar y tirar, embalajes innecesarios… sustituyéndolos por materiales fácilmente reciclables, más respetuosos y de métodos de fabricación sostenibles”.

3. Reducir. El mejor residuo es el que no se produce. Consumiendo de forma responsable, adquiriendo productos y servicios ajustados a las necesidades de cada uno. De esta forma, “disminuimos el volumen de residuos y la explotación de los recursos naturales y ahorramos materias primas, agua y energía, generando menos contaminación”. Desde PreZero proponen, por ejemplo, planificar el consumo, comprar a granel llevando siempre bolsas y envases; seleccionar productos que tengan el mínimo desperdicio; huir de embalajes innecesarios o servir raciones adaptadas para no desperdiciar los alimentos.

4. Regalar, haciendo un consumo colaborativo. Hacer trueques o donar aquello que ya no nos sirve pero que está en buen estado y puede usar otra persona. “El consumo colaborativo supone un cambio cultural y económico en nuestros hábitos: compartir libros, música, coche... donar ropa, calzado, juguetes para alargar la vida útil de muchos productos”.

5. Reutilizar. Volver a utilizar los bienes o productos antes de desecharlos para darles un uso igual o diferente a aquel para el que fueron concebidos. “Así, evitamos que se conviertan en un residuo, y además, contribuimos al ahorro doméstico”. Una de las formas, es adquirir productos que se puedan usar muchas veces, como las bolsas de tela para hacer la compra, reutilizar los botes de cristal, aprovechar el agua de limpiar la fruta para regar, el agua del aire acondicionado para fregar…

Desde PreZero dan más ideas como decorar latas o envases de cristal y convertirlos en un jarrón; forrar las cajas de cartón para usarlas de almacenaje o para fabricar juguetes, y también proponen reconvertir latas en semilleros o maceteros para un huerto urbano. Se trata de poner a prueba imaginación y habilidades.

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6. Reparar contra la obsolescencia programada. “Ya lo hacían nuestros abuelos, arreglar antes de tirar; intentar reparar aquellos productos que se han estropeado antes de comprar uno nuevo”. Actualmente, “tendemos a desechar rápidamente aquellos productos que 'se rompen' sin preocuparnos por intentar darles una solución para que vuelvan a funcionar como antes”. Es una forma también de apoyar el trabajo de artesanos y comercios de barrio.

7. Replantear las compras en casa para evitar desperdicios. Desde PreZero se plantean si “nos paramos lo suficiente a pensar en la cantidad de comida que tiramos y no llegamos a consumir” o “si dedicamos tiempo a planificar nuestras compras antes de ir a la tienda para evitar malgastar los alimentos después”. Y aconsejan organizar menús semanales, hacer listas de la compra, mantener un correcto almacenaje de los alimentos, calcular las cantidades, aprovechar las sobras, congelar bien los alimentos…

8. Reciclar para convertir los residuos en recursos. Una vez agotadas las opciones anteriores, llega el momento de separar y poner cada residuo en su lugar. Y el ciudadano tiene mucha responsabilidad en este paso porque de sus acciones y de una buena separación depende si ese residuo tendrá o no la posibilidad de convertirse en un nuevo recurso, una materia prima susceptible de transformarse en nuevos objetos y envases, evitando la extracción de más recursos naturales. Se evita además que los residuos terminen en un vertedero, alargando la vida útil de estos depósitos de rechazos, en donde acabe solamente aquello que realmente no se puede aprovechar.

9. Responsabilidad medioambiental. Porque todas las ecodecisiones importan. La preocupación por el medio ambiente ha propiciado cambios importantes en las conductas de la ciudadanía. Y esa responsabilidad medioambiental sirve para evaluar hasta qué punto las acciones cotidianas se comprometen con el cuidado y equilibrio del entorno. Una propuesta interesante es generar redes ciudadanas con capacidad de llegar a todas las personas e instituciones, por ejemplo, de un vecindario, barrio o municipio.

10. Reclamar. Este último punto incide en que como sociedad comprometida con el medioambiente, “debemos actuar como agentes de cambio a través de acciones individuales y colectivas, en la dirección de la resolución de problemas ambientales”. Y pone el foco en que cada ciudadano tiene la posibilidad por ley de reclamar y exigir acciones que contribuyan al disfrute del medio ambiente “sin mermar nuestras posibilidades futuras de desarrollo”. Actuar y alzar la voz por un municipio mejor.

Con este Decálogo de 'erres' basado en la 'Jerarquía de Residuos', PreZero y el Ayuntamiento de Murcia celebran el Día Mundial del Medio Ambiente, efeméride que este año además cumple medio siglo, al establecerse la fecha por primera vez por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1972 coincidiendo con la primera cumbre mundial del sector: la Conferencia de Estocolmo sobre el Medio Ambiente Humano.

Talleres en 'erre'

Para transmitir a la ciudanía las 'erres' de la Economía Circular siguiendo la llamada 'Jerarquía de Residuos' de forma “clara, didáctica, participativa y sobre todo práctica”, PreZero y el Ayuntamiento de Murcia realizan periódicamente una serie de talleres enfocados al público en general, que se han organizado de nuevo para este lunes 6 de mayo en la Plaza de Santo Domingo de 19.30 a 21.00.

Los talleres se realizan a través de juegos tradicionales -sopas de letras, crucigramas o puzles gigantes- en los que se propone “una nueva forma de pensar y de actuar como consumidores comprometidos, adquiriendo hábitos de responsabilidad también para la reutilización, reparación y un destino final que implique la separación para el reciclaje”, cuenta Mamen Allepuz, responsable de Proyectos Educativos de PreZero.

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