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“Quieren un Podemos dócil para buscar un pacto con el Partido Socialista y Geroa Bai”

Laura Pérez, exsecretaria general de Podemos Navarra.

Miguel M. Ariztegi

“Me han eliminado para controlar las listas del Parlmaento”, afirma la exsecretaria general de Podemos en Navarra, Laura Pérez. Es la viva imagen de los dilemas que vive un partido que cosechó más de 46.000 votos y 7 parlamentarios en las elecciones forales y se demostró fundamental para propiciar el cambio en Navarra. Su expulsión de la formación morada, en medio de “calumnias” y acusaciones personales de todo tipo -personalismo, indisciplina, corrupción, acercamiento a tesis nacionalistas…- ha dejado a Podemos en una difícil situación que se extiende al conjunto del cuatripartito que sustenta al Gobierno, y por extensión a todo el arco político: una hipotética ruptura de su grupo parlamentario entre el sector oficial y el crítico dejaría al cuatripartito en minoría en la Cámara foral.

¿Qué ocurre para que el partido revelación de las últimas elecciones en Navarra viva unos momentos tan bajos?

Existe una gran decepción, generalizada. El proyecto de 2015 era muy claro: propiciar un cambio de gobierno sin contar con los partidos del régimen: UPN, PSN y PP. Entendíamos que no cabían alianzas posibles con el PSN, que debido a agostazos y marzazos (en referencia a las ocasiones en que el PSN pudo y no propició el cambio anteriormente en Navarra por razones de estado) había frustrado diversas posibilidades de cambio y mantenido a la derecha en el poder. Ese cambio iba a exigir diferentes alianzas con partidos nacionalistas, como Bildu, al que no establecíamos ningún veto; el cambio de Gobierno se basó en un ambicioso Acuerdo Programático

¿Un pacto que incluía a Bildu disgustó a la dirección estatal del partido?

Existía temor a las reacciones de la caverna mediática, pero lo que siempre defendimos es que se respetara la pluralidad navarra por encima de fronteras identitarias, entre los que se sienten navarros, vascos o españoles, reconociendo nuestro mestizaje y el euskera  como riqueza y no como elemento de confrontación. Navarra es una comunidad pequeña en población, pero simbólicamente muy importante, el centro de grandes contradicciones por su propia constitución histórica. Los partidos de ámbito estatal han sacrificado en las últimas décadas a Navarra en aras de otros intereses. Aquí no queríamos que Podemos fuera un Partido Socialista dos.

Su proyecto defendía la autonomía del partido en la Comunidad foral.

Con esos planes, mi candidatura salió elegida contra todo pronóstico frente a otra con el apoyo de la dirección estatal en la que se les pedía que renunciaran a la marca Podemos, para no perjudicar la estrategia de partido a escala nacional. Hubo muchas presiones. Yo me presté a ser secretaria general porque creía en el proyecto político. Lo hice para garantizar que hubiera un equipo dispuesto a hacer valer la voluntad de cambio en Navarra frente a intereses políticos centralistas, porque por una cuestión de ética política no podíamos permitir que se sacrificara de nuevo Navarra.

¿De ahí que le acusaran de acercarse a las tesis del nacionalismo radical?

Aunque Bildu es un partido completamente legal, según sentencia del Tribunal Constitucional, sí que se encendieron algunas alarmas por cómo podía afectar a la estrategia del partido a escala nacional. Aunque creo que luego valoraron nuestro trabajo, nuestra capacidad de pacto y de hacer política en Navarra.

Si el pacto con Bildu no fue determinante, ¿dónde está el origen de las desavenencias internas?

Es una cuestión, además de estatal por sus posibles alianzas con el PSOE, también navarra. Gente que estaba en mi equipo, entre otros el actual secretario general, era partidaria de entrar en el Gobierno a cualquier precio. Y otras defendimos que una decisión de ese calado debía llevarse a una asamblea abierta, tal y como se hizo, ya que fueron las bases las que apoyaron el cambio de gobierno sin entrar en él. Pensábamos que la entrada en el Gobierno nos hubiera podido crear graves contradicciones en materia de infraestructuras (TAV), política fiscal, educación concertada, Banca Publica… no olvidemos que dentro de Geroa Bai (9 parlamentarios) tiene un gran peso el PNV… y además se nos ofrecían cargos subalternos, en lugar de una representación democráticamente proporcional a los resultados obtenidos. Yo era partidaria de no entrar en el Gobierno, pero sí de garantizar el cambio. Esa fue la primera fractura con el actual secretario general de Navarra, a la sazón en mi equipo.

Y a partir de ahí todo fue a peor, no fueron capaces de entenderse

Con falsas acusaciones. En el ecuador del mandato de la secretaría general y el consejo ciudadano, forzaron unas nuevas primarias con el apoyo de destacados miembros de la dirección estatal como Ione Belarra o la senadora autómica Idoia Villanueva; basándose en la necesidad de meros cambios organizativos cuando se trataba de discrepancias políticas de calado:  defensa de la necesidad de superar el techo de gasto, una mayor progresividad fiscal indispensable para materializar el Acuerdo Programático, devolución de la extra de los funcionarios, reversión de los recortes y empoderamiento de los sindicatos en sus luchas laborales, frente a la posición sumisa del actual secretario respecto de las políticas del Gobierno de Geroa Bai.

Se dice que apoyar al Gobierno desgasta más que estar en la oposición

Hemos tenido que asumir las contradicciones de un Gobierno que ante el desacuerdo en el seno del cuatripartito ha actuado de forma unilateral. Yo reconozco que he sido molesta, pero porque nuestro compromiso fue ser exigentes en el cumplimiento del acuerdo programático. Otros, entre ellos el secretario general actual, han sido más complacientes. Les ha dado igual que Podemos haya quedado completamente deslegitimado en su viraje político y purgas internas. Les importa bien poco. Esto podría favorecer posibles alianzas entre PSN, Geroa Bai -que ya funciona en el País Vasco-  con un Podemos dócil.  Se diría que algunos estén  preparando su puerta giratoria para ese posible Gobierno.

De ahí que los encuadrados como sector crítico no devuelvan sus actas de parlamentarios. ¿No reconoce a Podemos en el actual partido?

Lo hemos visto a cada paso. Quienes hoy se alinean con el actual secretario general, nos decían que no cada vez que queríamos ir más allá. No querían nuestra interpretación rupturista, exigente con el cumplimiento del Acuerdo Programático. Tachaban nuestras ideas de maximalista y descabelladas. El cambio de dirección en el partido se produce por 28 votos y deciden no integrar a ninguno de los críticos en el nuevo Consejo de Coordinación. A mí me quitaron de la portavocía, pese a ser la única euskaldun y mujer, la más votada en el seno del Grupo Parlamentario.

El expediente de expulsión lanza acusaciones muy duras contra usted

Ellos hablaban de hiperliderazgo por mi parte. En el expediente de expulsión se me acusa de haber cuestionado el cambio de portavocía; lo cual no es cierto, dado que, según corroboran los informes jurídicos del Parlamento, éste se hizo contraviniendo el Reglamento de la Cámara. También que firmara un manifiesto de apoyo al 1 de octubre, que por otra parte también suscribieron otras personas de Podemos, sin que ello tuviera consecuencia sancionadora alguna.

¿Se siente atacada personalmente?

El colmo es cuando me tacharon de corrupta en un expediente lleno de infamias para justificar mi expulsión. Decían que yo había utilizado mi cargo en beneficio propio cuando lo que había hecho fue defender a 2.400 interinos excluidos de las listas, que era una demanda generalizada de todos los sindicatos, por el hecho de que yo estuviera cursando el CAP (Hoy Máster en Profesorado de Secundaria), desde varios meses antes y no con posterioridad como dijeron, sin que existiera ningún conflicto de intereses.

En cualquier caso, el resultado fue la expulsión del partido

Se me expulsa por hacer mi trabajo y por cumplir el programa. Durante cinco meses se han dedicado a difamarme. Incluso me dirigí a Pablo Iglesias para que mediara en la situación pero tal petición fue desatendida. Ha sido muy humillante. Después de cuatro años dejándome la piel y actuando de forma absolutamente leal con el partido, me han eliminado para controlar las listas al Parlamento y poder dar así un cambiazo político al proyecto presentado en 2015, sin debate interno alguno, ni de programa, ni de alianzas electorales o futuros pactos de gobierno.

Acusaciones de hiperliderazgo, falta de cohesión interna, acercamiento a tesis nacionalistas… son muchas cosas

Es falso que yo me acercara a tesis nacionalistas. Siempre hemos defendido alianzas en función de objetivos. Sí, en cuestiones sociales hemos coincidido con Bildu, lo mismo que hemos coincidido con Izquierda-Ezkerra; no supone una vinculación con el nacionalismo. Fuimos las primeras en defender el derecho a decidir en Navarra para asegurar el cambio, convencidas, además, de que para tener un Podemos fuerte a escala estatal no tenemos que resolver nuestras discrepancias de arriba abajo, sino procurar el arraigo en los territorios, que son quienes mejor conocen su realidad; por lo que respetar la democracia interna y que las decisiones se tomen en los territorios es fundamental.

La estabilidad interna de Podemos es fundamental para hacer viable la mayoría en la que se asienta el cuatripartito

La irresponsabilidad de la dirección actual es tal que no han calculado las consecuencias. Si el grupo parlamentario se divide, en la Mesa y Junta de portavoces perderíamos las mayorías. No nosotros, el cuatripartito. La labor parlamentaria se bloquearía, porque la mayoría la tendrían UPN, PSN y PP. Si todos somos responsables, la unidad del grupo parlamentario se tiene que mantener. Con el nombre que sea. No se respetan ni en el fondo ni en la forma las ideas y el programa con el que nos presentamos, y se están produciendo bajas en el partido por la deriva que está tomando no solo aquí en Navarra, sino a escala estatal.

Dicen no sentirse representados por la actual dirección

Tanto otros que se han dado de baja como yo, que he sido expulsada, seguimos defendiendo los principios fundacionales de Podemos e insitimos en recuperar el debate sobre qué proyecto necesitamos para Navarra. La gran pregunta es dónde se deben tomar las decisiones, si aquí o en Madrid. Y qué grado de profundidad ha de tener el cambio. ¿Hemos cumplido las expectativas? Esto no incumbe solo a Podemos, sino a todas las personas que apostaron por el cambio.

¿Y ahora qué? ¿Cuál va a ser el siguiente paso?

Mi situación es muy complicada porque yo ya no puedo defender ese proyecto dentro de Podemos, menos encabezarlo. Hay que devolver a la gente la ilusión que generamos en un principio. Más allá del nombre lo que importa son las propuestas políticas. Los partidos políticos son herramientas, no fines en sí mismos.  Y cuando la gente vote a Podemos debe saber qué está votando y con quién se va a aliar para conseguirlo. Nosotros tenemos claro que con el PSN no. Y cabe preguntarse si el cambio lo puede seguir liderando un partido en el que el PNV tiene tanto peso. Yo cumplí con mi papel en un momento dado, lo hice por responsabilidad y porque la gente me lo pidió. Ahora mismo tengo muchas decisiones personales que tomar y no me hago responsable de lo que pueda suceder. Me preocupa mucho evitar que se divida el espacio político que ocupó Podemos, es crucial preservarlo desde la unidad e incluso ampliarlo. Y en todo lo que pueda contribuir a ello lo haré. Me gustaría que la actual decisión dirección reculara en algunas decisiones por el bien del cambio.

Hablando de nombres, este viernes no llegó a celebrarse una reunión interna orientada a cambiar el nombre del grupo parlamentario y quizá más cosas, teniendo en cuenta que los críticos son mayoría

Respecto al cambio de nombre del grupo parlamentario, hay mucha gente con la que hablar, pero debemos resolverlo de la forma más cordial posible ya que no solo incumbe al grupo parlamentario. Lo que hay que discutir aquí es sobre contenidos políticos y cómo profundizar en el cambio iniciado en 2015.

Llegados a este punto, no parece muy probable la reintegración

El diálogo, la mediación y la integración hubieran sido más fáciles que las purgas. Yo soy la única expulsada, pero han expedientado a muchos. Iban a por mí no por mí, sino por las ideas que represento. Quieren un Podemos  dócil que se adapte al posibilismo, integrado en el Régimen del 78.  A mí el Podemos que me ilusionó fue el que decía que venía a romper los candados de la Constitución y a aspirar no a gobernar, dentro del marco de lo políticamente correcto, sino a cambiarlo todo.

¿Si no lo puede hacer en Podemos lo hará en otros sitios?

Yo he estado en política toda mi vida. He participado en diferentes colectivos sociales, me considero bastante heterodoxa: lucho por causas sin mirar con quién. Esto nos lo enseñaron movimientos como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca o el movimiento feminista, que ahora apunta a la raíz de los problemasde un sistema patriarcal y jerárquico que nos invisibiliza. Y eso creo que hay que hacer, lo seguiré haciendo allá donde esté.

El parlamentario Rubén Velasco se ha dado de baja en el partido porque le sobran los motivos, según dijo, y habló directamente del chalé de Pablo Iglesias e Irene Montero. ¿Qué opina sobre el tema?

La compra del chalet es un error político porque refuerza la idea de que la política no sirve para mejorar la vida de la gente sino la propia de quienes participan en ella. Supone una contradicción entre lo que decíamos ser y lo que hacemos. Y somos lo que hacemos, no lo que decimos. Si decíamos que no queríamos depender de los bancos porque ello podría condicionar nuestra acción política, esto no solo puede ser como partido. También en nuestros actos personales. Y en ese sentido, hipotecarse a 30 años en cantidades tan exorbitantes te obliga garantizarte unos ingresos muy por encima de los que percibe la mayoría de la gente; cuando en política, si te enfrentas al poder,  te la juegas. Me parece un riesgo que podría coartar la independencia ideológica, e hipotecar también tus principios. No tiene por qué estar ligado, pero existe el riesgo; además de aislarse de una realidad que debemos conocer para poder transformar. Y lo que ya me parece un error de calado es trasladar esa consulta a las bases, porque entonces esa incoherencia no la asumen quienes la han cometido, sino todo el partido. Este proyecto pertenece a mucha gente y ha habido una confusión entre el partido y las decisiones personales.

¿Cómo ve el futuro de Podemos en Navarra?

Las condiciones estructurales del surgimiento de Podemos siguen existiendo, cuando no se han agravado. Vemos una degradación de nuestra democracia brutal. Si hay que reinventarse, hagámoslo. Pero que nuestros errores no abran la puerta a una extrema derecha que está creciendo. Eso sería echar por la borda el futuro de este país.

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