¿Investidura o falsa investidura?
Las direcciones de PSOE y de Unidas Podemos se encuentran ante la disyuntiva de negociar y acordar una investidura de verdad, que permita la formación de un Gobierno de legislatura, o la de, con apariencia de negociación o sin ella, no llegar a un acuerdo para la formación de Gobierno, aunque ello no implique la no investidura de Pedro Sánchez.
La no investidura y la consiguiente repetición de elecciones no es una opción. No debería serla para ninguno de los dos partidos. En todo caso, no debe serla para Unidas Podemos. No sé si es verdad esa leyenda que corre de que el presidente en funciones se siente tentado con base en la estrategia diseñada por Iván Redondo de ir a la convocatoria de elecciones, pero, sea verdad o no, Unidas Podemos no debería dejarse arrastrar jamás en esa dirección. El voto negativo de Unidas Podemos a la investidura de Pedro Sánchez no puede ser en ningún caso la coartada del PSOE para convocar elecciones.
Esta semana Unidas Podemos ha hecho pública su propuesta de negociación para un Gobierno de legislatura. Propuesta abierta, como expresamente se deja dicho, que incluye las cuatro alternativas que en ella figuran, pero que podría cerrarse con alguna otra que se acordara en la negociación. Debería emitir otro comunicado en el que dejara claro que con esa propuesta está ofreciendo al PSOE su compromiso para la legislatura, pero que la no aceptación de su oferta, no comportaría el voto negativo en la sesión de investidura. Simplemente comportaría que el PSOE tendría que ganarse la confianza o “vencer la desconfianza”, si se prefiere hacer uso de esta expresión, de Unidas Podemos desde el día siguiente de la investidura. Le ofrecemos gobernar con mayoría parlamentaria durante toda la legislatura. De usted depende aceptar la oferta o preferir gobernar con un grupo parlamentario de 123+1 escaños.
Unidas Podemos tiene que dejar claro que es el PSOE el que tiene que decidir si quiere gobernar con la seguridad de que tiene un apoyo parlamentario superior a los 151 escaños que movilizan las derechas o quiere gobernar con la incertidumbre de que aunque no hay mayoría de censura, sí hay mayoría parlamentaria para arrastrar al Gobierno por el barro durante toda la legislatura. Esta es la responsabilidad del PSOE.
La vicepresidenta dijo la semana pasada que “el día a día” sería insoportable con un Gobierno de coalición con Unidas Podemos, aunque se hubiera alcanzado un acuerdo. Y que por eso el Gobierno de coalición no es viable. No sé cuáles son los motivos por los que piensa de esa manera. En mi opinión, ocurre justamente lo contrario. Es la investidura sin acuerdo con Unidas Podemos el que va a hacer insoportable el día a día.
En esta misma semana han podido comprobarlo los socialistas. Las tres derechas se ha puesto de acuerdo para solicitar la comparecencia del presidente en funciones ante la Diputación Permanente para exigirle explicaciones por la gestión del “Open Arms”. Ha sido el grupo parlamentario de Unidas Podemos la que ha evitado dicha comparecencia, con el desgaste que la misma hubiera supuesto en este momento. Emboscadas parlamentarias va a sufrir el Gobierno socialista desde el día siguiente de la investidura sin un momento de respiro. Y con sus 123+1 escaños no tiene fuerza para impedirlo.
Esta es la realidad con la que el PSOE tiene que enfrentarse. Ni ahora mismo ni aunque tuviera 15 o 20 escaños más, el PSOE va a tener fuerza para enfrentarse a la confluencia de las derechas españolas, acompañadas, además, de la que Xavier Arzallus denominaba la “Brunete mediática”. Para gobernar, el PSOE necesita un pacto con la izquierda no socialista como paso previo para contar con la complicidad de los nacionalismos catalán y vasco. Sin ese pacto y sin esa complicidad la gestión del “día a día” se convierte en insoportable.
La dirección socialista está viviendo una ensoñación. No puede gobernar con 123+1 escaños. No tiene en la sociedad española el apoyo suficiente para gobernar en solitario. Eso es lo que traducen esos 123+1. Esa es la fuerza que el cuerpo electoral le ha proporcionado. Es mucha y por eso únicamente Pedro Sánchez puede ser presidente del Gobierno. Pero es también poca y por eso con esa fuerza no se puede gobernar. Lo va a comprobar en la comparecencia de la vicepresidenta ante la Diputación Permanente. Sin el escudo protector de los parlamentarios que no están en la derecha de la Cámara, el PSOE queda a merced de la confluencia de las derechas españolas.
Este es el espejo en el que Unidas Podemos tiene que obligar a la dirección del PSOE a mirarse. Le ofrecemos nuestro compromiso para gobernar. Si lo rechazan, no por eso vamos a impedir la investidura. No vamos a ser la coartada para la disolución. Ustedes sabrán lo que hacen.