Operación quirúrgica financiera, literalmente
El miércoles 21 de septiembre de 2011 amaneció radiante en la Comunidad de Madrid. La presidenta regional, Esperanza Aguirre, iba a inaugurar su noveno hospital en ocho años de mandato. Todo un récord.
Después del recibimiento protocolario por las autoridades sanitarias –y el no tan protocolario recibimiento de los profesionales de la Sanidad madrileña– la presidenta se dio un paseo por el novísimo hospital de Torrejón. Aparatos de última generación, habitaciones diáfanas, batas blancas y sonrisas, que iban a quedar fantásticas en el telenoticias de Telemadrid.
En un momento del recorrido, y tras dejar claro que “este hospital se convertirá, por derecho propio, en uno de los mejores de España”, Esperanza Aguirre le preguntó ingenua a uno de los representantes de la empresa que va a gestionar el centro: “¿y cómo vamos a pagar esto?”. “Con paciencia”, le respondió.
El autor de tan “técnica” respuesta forma parte de una empresa llamada Ribera Salud. Esta sociedad había construido el hospital de Torrejón e iba a ser la encargada de gestionarlo. No sólo se haría cargo del mantenimiento, la cafetería, la limpieza o las máquinas expendedoras. No. También tendría a su cargo al personal sanitario del hospital. Todo.more
La Comunidad de Madrid había elegido a Ribera Salud por su experiencia en la gestión sanitaria pública. La empresa, fundada en 1997, había sido la pionera en España en la colaboración público-privada sanitaria a gran escala. Así, en la Comunidad Valenciana, no sólo gestiona cinco hospitales (La Ribera, Torrevieja, Denia, Manises y Elche), también gestiona la atención sanitaria de los cinco Departamentos (Áreas) de Salud y su población correspondiente.
Ribera Salud, como puede verse en su página Web (www.riberasalud.com), es “un grupo empresarial de gestión sanitaria líder en el sector de las concesiones administrativas sanitarias en España […] Su campo de actuación es la gestión integral de servicios sanitarios y socio sanitarios; así como el desarrollo de proyectos en el sector salud, a escala nacional e internacional”.
Ribera Salud no es una empresa como las demás, no es una empresa cualquiera, porque es responsable directa de la atención hospitalaria (y en algunos casos también de la atención primaria y especializada) de más de un millón de personas.
¿Cómo trabaja Ribera Salud? Para la construcción de los hospitales y la gestión de la atención sanitaria, Ribera Salud llega a acuerdos con empresas aseguradoras del sector salud como Adeslas, Asisa o DKV, y se presenta al concurso de concesión que convoque la comunidad autónoma de que se trate. En ocasiones tiene un porcentaje mayoritario de la concesión – como en el hospital de Torrejón donde tiene un 65% - y en otras un porcentaje minoritario – como en Denia donde tiene el 35%.
¿Y por qué Ribera Salud no gestiona directamente los hospitales, por qué requiere de un socio “sanitario”? Por una razón muy sencilla, Ribera Salud es una sociedad financiera. Pone el dinero para construir los hospitales y para que las empresas gestoras puedan llevar a cabo la prestación sanitaria. A cambio la concesión recibe un canon de la administración autonómica durante unas cuantas décadas.
¿Y quién es o quién hay detrás de Ribera Salud? Dos empresas, concretamente dos cajas de ahorros. ¿Adivinan?: la Caja de Ahorros del Mediterráneo y Bankia. Dos entidades financieras que no pasan, precisamente, por su mejor momento.
Si cruzamos los problemas del músculo financiero de Ribera Salud, con las exigencias de reducción del déficit de las comunidades autónomas en donde opera, me pregunto, ¿acabaremos rescatando también el negocio de la gestión privada de la Sanidad pública? Porque si hay algo claro es que la atención sanitaria de un millón de personas es, como dicen los economistas, “sistémica”, y no se la puede dejar caer.
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