Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Más pobres, y sin derechos

Rosa Paz

Hay que reconocer que desde que empezó el escándalo del tarifazo eléctrico, es decir, desde hace un par de semanas, el Gobierno ha aparcado la campaña publicitaria del inicio de la recuperación y de la luz al final del túnel, cuestiones ambas que vienen a ser la misma y que ojalá fueran ciertas.

Seguro que este viernes las vuelve a recitar el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en su balance de fin de año. Pero no es esa la percepción que se obtiene al escuchar a vecinos, paisanos, amigos, conocidos o, simplemente, a ciudadanos que caminan por la calle o están sacando la cartera del bolsillo en la caja del súper.

Sus comentarios no concuerdan con las grandes esperanzas que trata de imbuir, no se sabe a quién, el Ejecutivo. No digamos ya el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que enhebra frases tan increíbles como que la recuperación es de tal calibre que “somos el asombro del mundo”.

A los ciudadanos lo que se les oye es quejarse de cinco años de crisis, de una sociedad sin esperanza, del paro, de las rebajas salariales, de los recortes en la educación, la sanidad, las becas... Y peor, se les nota una gran irritación por el tijeretazo a los derechos ciudadanos, que empezó con el hachazo a los derechos laborales, pasó por los de expresión, manifestación e información, y concluye con el intento de laminar el derecho de las mujeres a decidir sobre su maternidad.

A su indignación contribuye también la retahíla de casos de corrupción. Desde el yerno del rey, a Bárcenas y la supuesta contabilidad B del PP, trufadito todo de facturas infladas de UGT, eres andaluces, correos de favores a amiguetes cruzados entre el expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa y políticos peperos. En fin, que más que llueve sobre mojado se podría decir que llora sobre llorado.

Que está todo como para llorar, ¡vamos! Salvo, según las estadísticas, los sueldos de los grandes ejecutivos y las fortunas de los más ricos, que esos no sólo no se han visto afectados por la crisis sino que, por lo que se desprende de las documentaciones oficiales al respecto, ganan más y se han hecho más ricos. A esos, ni siquiera es que les suban moderadamente los salarios, como dice Montoro de la generalidad de los españoles, quebrando todas la leyes de la realidad y los datos oficiales de su propio ministerio, que confirman la bajada salarial.

A ese colectivo, al de los favorecidos, la crisis les sale más que rentable; les multiplica sus beneficios mientras las clases medias se empobrecen a marchas forzadas y los pobres son tan pobres como no se podía ni imaginar. Así que el balance de 2013 para esa mayoría silenciosa a la que apela el Gobierno cuando se encoge ante las grandes manifestaciones es malo. Sus esperanzas de futuro, tirando a nulas. Y su grado de irritación, alto y con tendencia a empeorar.

Si quienes tienen la posibilidad de variar de rumbo, de cambiar de política económica, de abandonar los recortes, restituir los derechos y crear empleo no lo quieren ver, será peor para todos. También, para ellos. Pero, sobre todo, para los que ya están pasándolas canutas, aunque esto no parece que les conmueva lo más mínimo; si no, habrían acabado ya con tanta crueldad.

Etiquetas
stats