'En tierra extraña' y 'A 10.000 Kms'
Para comprender cabalmente las consecuencias sociales y, sobre todo, personales de esta crisis debiera ver 'En tierra extraña' de Iciar Bollaín. La película es un ejercicio de humildad en si mismo, ponerse al servicio de las voces de otras personas, y también lo es por parte de las personas que aparecen en ella: emigrantes.
Son hombres y mujeres jóvenes, con estudios universitarios casi todos, que se han visto obligados a marchar porque en España no tenían trabajo, perspectiva y tampoco esperanza. Muy lejos de aquellas generaciones que forman parte de nuestra memoria inmediata, personas que llegaban con su desconcierto y su maleta de cartón de regiones atrasadas de Europa a las grandes capitales, sin conocer siquiera el idioma en muchos casos. Y sin embargo, con tener estudios y manejar más o menos lenguas, no dejan de ser emigrantes, personas que se han marchado de su tierra contra su voluntad. La generación anterior tenía la confianza en que mejoraría, ésta tiene la amargura de haber comprobado que su país prescindía de ella.
La ministra de Trabajo de su país llegó a decir que la “movilidad exterior” hay que verla con naturalidad, y es tal la inmoralidad en el país que dejaron atrás que nadie la obligó a dimitir. Pero la medida de la inmoralidad social y política de esa sociedad la da que cuando quedó probado en un juzgado que el partido gobernante se había financiado con dinero negro durante quince años, es decir que había alcanzado el poder mediante delitos o faltas, y que esos gobernantes recibían ilegalemente sobres con dinero de origen desconocido, los partidos que decían ser oposición no hicieron una moción de censura para deponer al gobierno o exigieron su dimisión.
La oposición avalaba así que la corrupción era algo normal y, en la práctica, aceptable. La medida de la impunidad de la corrupción también la daba que el hombre que manejaba innúmeras cuentas secretas de innúmeros millones, el dueño de los secretos oscuros de ese partido gobernante y ese gobierno, iba a salir libre bajo una fianza de la quinta parte de un millón de euros.
En España campaban libres, impunes, gobernando, los corruptos mientras ellos estaban condenados a emigrar. Y no eran personas ignorantes, sabían perfectamente todas esas cosas. ¿Qué debían pensar y sentir esas personas emigradas del país que habían tenido que abandonar? Pensaban que España no tenía arreglo, que era un país corrupto y sentían rencor y amargura. Una pregunta que no es insignificante: ¿Qué cosa es el patriotismo en un país así?
Sin embargo los seres humanos nos hacemos a todo y muchas de esas personas no sólo encontraron oportunidades de trabajo, aunque precario, sino también lugares donde se les reconoció y se les permite imaginar una vida allí. Se quedarán, y harán su vida enriqueciendo otro país. Desde los años ochenta oímos anunciar periódicamente “la generación mejor preparada de la Historia”, ya van varias y dos o tres de ellas fueron exportadas. Sintiéndose ellas deportadas. Es un fracaso histórico socialmente y son miles y miles de pequeños o grandes dramas personalmente.
De todos modos quien habla en 'En tierra extraña' es quien puede hacerlo, personas con información, perspectiva, capacidad crítica. Pero no podemos dejar de ver que junto a esa juventud emigrada por el mundo consciente de la injusticia está una gran cantidad de personas que llenan los campos de fútbol más o menos alegremente o se presentan a la selección para “Gran Hermano”.
Este año pasado se presentaron 70.000 jóvenes, por lo oído. Toda generación crítica se ve obligada a arrastrar un peso enorme que le dificulta o le impide realizar su tarea. Siempre hay gente lúcida y siempre hay una gran masa que mamonea.
En todo caso, 'En tierra extraña' ofrece algo impagable, frente a la mirada abatida, sometida a los amos de la realidad, esas personas ofrecen la mirada desde fuera de los exiliados. Deshace el tópico español de “somos la alegría del mundo” y obliga a encarar una sociedad en verdadera crisis moral.
Y 'A 10.000 Kms' de Carlos Marqués-Marcet enlaza con la anterior, trata de los costes personales de la separación física. Este momento de la civilización se basa en el cuento de que todo es posible, que las distancias no existen y que todo puede ser substituido por tecnología, pero somos lo que somos, animales que nacemos y morimos, mamíferos que se huelen, se tocan, se impregnan.
Las personas ponen distancia de su lugar e incluso de las personas que quieren por necesidad, por legítima ambición o por las dos cosas, el filme trata de que algo muy simple, el precio personal que se paga por emigrar.
Hace mucho tiempo que no veo una película que me deja sin palabras tras verla. Un actor y una actriz a pelo y alguien oculto tras la cámara consigue que olvidemos esa desnudez y que acompañemos a ese pareja en su camino.