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IU confía en generalizar los pactos territoriales con Podemos

Alberto Garzón, candidato de IU a la presidencia del Gobierno.

Aitor Riveiro

El paulatino cambio de estrategia que ha mostrado Podemos a lo largo del verano en relación a los acuerdos electorales de cara a las elecciones de diciembre ha terminado por trasladar el debate desde el partido de Pablo Iglesias hacia Izquierda Unida. Así lo reconocen en la propia coalición, que ha iniciado el debate interno sobre la unidad popular. Aunque desde la coalición aseguran que la posición de su candidato, Alberto Garzón, es la misma que cuando el pasado 5 de junio lanzó su llamamiento por la “unidad popular”, fuentes de la dirección asumen que IU tendrá que tomar una decisión: aceptar un acuerdo asimétrico o pelear por uno global.

La fecha para tomar esa decisión, o al menos para perfilarla, es el próximo 13 de septiembre, cuando se celebrará una Presidencia federal de IU. Hasta entonces, el debate está en las distintas federaciones, como la recién reconstituida de Madrid. Precisamente, Madrid es uno de los territorios que explícitamente ha señalado el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, como susceptible de que se alcance la confluencia. A esta región hay que añadir las de Aragón y Andalucía.

La fórmula que maneja Podemos pasa por analizar uno a uno los espacios unitarios que se han generado en los últimos meses en cada provincia. Allí donde se cumplan sus criterios, se abrirán a la integración. Todo pasará, eso sí, por un proceso de primarias abiertas, una cuestión que para el partido de Iglesias es imprescindible e innegociable.

En IU confían en que se abra el abanico y que la atomización favorezca que se generalicen los procesos unitarios. Si en Cataluña el acuerdo para las generales ya está hecho, en la Comunidad Valenciana y Galicia se trabaja para pulir las diferencias, en algunos casos formales y en otros más de fondo. En la dirección de la coalición se preguntan si se podrá detener el proceso si la confluencia cristaliza en seis comunidades, incluidas las más pobladas. Y si el resto de autonomías, o al menos parte de ellas, no acabarán por entrar también en el proceso.

“Desde que Iglesias nos llamó pitufo gruñón hasta el 31 de agosto han pasado muchas cosas”, señalan desde IU. La primera, el referéndum que se convocó pocos días después y en el que se abría la puerta a la territorialización de la confluencia. “Han llegado a la conclusión de que hay que abrirse”, creen las mismas fuentes.

La constatación de este cambio de actitud llegó con la rueda de prensa de inicio del curso político. El secretario general de Podemos daba carta de naturaleza a extender la unidad popular: “Estaría encantado de trabajar con personas que tienen el carné de otro partido y ojalá se pudiera dar la fórmula para trabajar con Garzón en espacios locales”, señalaba entonces.

El candidato de IU recogió el guante ese mismo día. Garzón publicaba en su blog una entrada que bajo el título Una candidatura unitaria, más cerca en la que aseguraba que “las palabras de Pablo Iglesias alimentan esa posibilidad y, a mi juicio, devuelven el optimismo al panorama actual”.

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