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El PP recrimina a Vox el “regalo” a Sánchez por la moción de censura, pero se abstendrá

La portavoz del PP, Cuca Gamarra, durante de su intervención en la moción de censura de Vox.

Aitor Riveiro

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Un “inexplicable regalo” a Pedro Sánchez. Una “promoción personal” para “fabricar relatos adulterados”. “Alivio momentáneo para un Gobierno agónico”. “Ociosa”. “Propaganda electoral”. Una “derrota” que permitirá a la coalición “exhibir una unidad que no tiene”. Así ha calificado la 'número dos' del PP, Cuca Gamarra, la moción de censura liderada por Ramón Tamames a propuesta de Vox que este miércoles concluirá en el Congreso, y que será derrotada por una amplia mayoría que, pese al diagnóstico, no contará con el voto del PP, que se abstendrá. Gamarra ha dicho que por “respeto” al nonagenario economista que la encabeza, pero su jefe de filas, Alberto Núñez Feijóo, comprometió su voto el pasado mes de diciembre, antes de conocerse el nombre de Tamames.

“No', no vamos a votar”, dijo Feijóo el pasado 13 de diciembre durante una entrevista en esRadio. El locutor, Federico Jiménez Losantos, le inquirió sobre su posición ante una iniciativa que en aquel momento no tenía candidato. De hecho, la imposibilidad de la ultraderecha de encontrar a alguien que quisiera poner su cara al ideario de extrema derecha puso sobre la mesa que fuera el propio Santiago Abascal quien la encabezara.

Incluso bajo esa premisa, Feijóo se comprometió a no rechazar la iniciativa. Y así lo ha ratificado este miércoles su portavoz parlamentaria, quien ha aprovechado para situarse en un punto equidistante entre Vox y el Gobierno de coalición que, creen los estrategas de Génova, 13, es el “centro” político que les conviene ante el ciclo electoral de este 2023.

“Este año habrá otra moción en las urnas”, ha planteado Gamarra. El PP no solo ha criticado la propia moción de censura, sino el calendario de Vox, que ha tardado meses en que fraguara la iniciativa, lo que ha permitido al Gobierno afrontarla alejados de las reformas de la sedición y la malversación que la oposición esgrimió para justificarla, e incluso del punto más álgido de otras fuertes polémicas, como la 'ley del solo sí es sí'.

“Lo de hoy es extemporáneo e inútil, y el PP seguirá su propio camino”, le ha espetado a Vox. Y se ha dirigido al candidato: “España está esperando una alternativa, pero no es usted. No vamos a votar 'sí' por respeto a los españoles, y no vamos a votar en contra por respeto a usted”. Gamarra también ha reprochado a Tamames que haya aceptado el encargo pese a la supuesta distancia ideológica con los proponentes: “Su programa no se identifica con el del partido que lo propone”.

La portavoz del PP ha señalado que el Gobierno “se merece la censura” solo por cómo llegó Sánchez a la Moncloa: a través del mismo mecanismo. Gamarra ha dado la vuelta a la historia y ha defendido a Mariano Rajoy como una persona “honesta” que fue “injustamente” desaloja del Ejecutivo en junio de 2018 por un Pedro Sánchez que “llegó como adalid de la corrupción” para “terminar enfangado en casos como el del Tito Berni, con dos presidentes condenados por los ERE o investigados por chivatazos. Y todavía es incapaz de pedir perdón cuando la corrupción ha llegado al seno del Grupo Socialista lo que han hecho es taparla”.

Unidad del Gobierno

La principal molestia para el PP es que la votación de este miércoles servirá para dar una imagen de unidad del Gobierno de coalición que, según su relato, no es tal. Y un apoyo mayoritario de la Cámara que, también según los argumentarios internos de Génova, no representa ya el sentir de la sociedad.

Gamarra ha reconocido, por ejemplo, que la sesión del martes sirvió para que la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, fuera “entronizada” como candidata en las próximas generales, aunque luego la ha tildado de “marca blanca” de Pedro Sánchez.

La portavoz del PP ha señalado al Gobierno como “uno de los más caóticos, cainitas e inestables de la Unión Europea”, pese a que el Ejecutivo ha aprobado tres Presupuestos Generales en tiempo y forma, con una amplia mayoría parlamentaria muy superior a la absoluta y que agotará su mandato al final de la legislatura. “Gobiernos de coalición ha habido muchos, pero como el suyo ninguno”, ha añadido, obviando las crisis de los gobiernos autonómicos de coalición del PP con Ciudadanos, apoyados en Vox, que se han roto en Madrid, Murcia o Castilla y León.

Así, Gamarra ha ofrecido un hipotético Gobierno de Feijóo “solido y unido”. Y ha colocado al PP fuera de la “política de bloques” que, ha dicho, rechazan “en la teoría y en la práctica”. Pero la secretaria general del PP ha omitido que la dirección de la que forma parte ya ha apostado por gobernar cueste lo que cueste en cuantos más sitios posibles a partir del 28 de mayo.

Las autonómicas y municipales servirán, han teorizado en Génova, como lanzadera de Feijóo en las generales. Y el presidente del PP está dispuesto a aliarse con Vox para lograrlo en gobiernos autonómicos y locales. Pero no solo. En la derecha asumen con naturalidad que es probable que su única forma de llegar a la Moncloa pase por una alianza con Vox. Así lo indican todas las encuestas de las que presume el dirigente gallego.

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