La segunda ola de la COVID-19 desborda Asturias tras contener la pandemia en verano: “Lo peor aún está por venir”
Asturias ha pasado de ser el ejemplo de gestión en verano a presentar datos cada vez más preocupantes en otoño. La pandemia de COViD-19 se ha disparado en la comunidad autónoma y los hospitales se llevan la peor parte. “La incidencia ha aumentado mucho”, explica la directora del Servicio de Salud del Principado de Asturias (SESPA), Concepción Saavedra. “Esperábamos un incremento a mediados de noviembre, pero nos ha sorprendido que fuera tan pronto, en octubre”.
Asturias era hace cinco semanas la región con los hospitales más vacíos. Actualmente es la tercera con mayor ocupación por coronavirus. El 7% que se registró a comienzos de octubre ha escalado hasta el 27% y se han multiplicado por 10 los ingresos hospitalarios de pacientes por la COVID–19. En total, hoy en día, 757 personas están siendo tratadas por alguna patología relacionada con el virus en los hospitales asturianos.
“Ahora mismo estamos a un nivel de hospitalización del 70%” explica la directora del SESPA, donde el foco se centra en las UCI. Según ha informado Saavedra, la ocupación de las camas de cuidados intensivos ha alcanzado el 56% de su capacidad que se sitúa en 240 plazas. “El cansancio va en aumento, la gente está cada vez más angustiada y lo peor es que no vemos el final”, afirma Pablo Díaz, médico de Urgencias del hospital de Cabueñes (Gijón), el más castigado durante esta segunda ola, con una ocupación del 80%.
Tras dos semanas de restricciones y medidas severas, los sanitarios, empresarios, hosteleros, comerciantes y el resto de población esperan con impaciencia unas cifras esperanzadoras que no terminan de llegar. “Lo peor aún está por venir”, en palabras de doctor Javier Padilla, miembro del Comité Asesor y de Seguimiento de la segunda ola en Asturias. La cuestión ahora es: ¿está preparado el sistema sanitario para lo que viene?
No descuidar el resto de patologías
La curva de contagios en el Principado no ha parado de crecer. Salud ha confirmado hoy 605 nuevos casos por coronavirus en la región, que mantiene 46 brotes activos, 16 de ellos detectados en la última semana. La tasa de positividad se sitúa en el 10,26%, tras haber realizado el miércoles 5.893 pruebas PCR.
“El Principado apela una vez más a que la ciudadanía guarde un confinamiento domiciliario y limite a lo estrictamente imprescindible la movilidad y la vida social para frenar los contagios”, comunican desde el Gobierno asturiano, preocupado por el aumento de la mortalidad y la incidencia del virus en la población de mayor edad. Según el último informe de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica, más de la mitad de los ingresados por coronavirus en España tiene más de 60 años y según el Instituto Nacional de Estadística, Asturias es la población más envejecida del conjunto nacional (224,58 ciudadanos mayores de 64 años por cada cien que aún no cumplieron los 16). Hasta hoy en la comunidad se han contagiado por coronavirus 16.395 personas, y han fallecido 635.
“Asturias puede responder a una mayor presión asistencial, pero va a ser a costa de que tengamos que dejar la actividad habitual de lado”, afirma Luis Antuña, director del área de Urgencias del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). El reto de la red hospitalaria no es sólo contener la COVID–19, sino no descuidar el resto de patologías.
Agotamiento de los sanitarios
Los sanitarios doblan jornadas, trabajan fines de semana, cambian de especialidad y se ven obligados a no coger vacaciones pese al estrés acumulado desde marzo. “Más allá de la reconversión, el problema es que la gente está muy cansada”, añade Padilla.
Los profesionales están al límite y los hospitales adaptan sus instalaciones sobre la marcha para crear los espacios que demanda la creciente llegada de enfermos con COVID-19. El 9 de noviembre eran 117 personas ingresadas por el coronavirus. Entre infectados y sospechosos, esta cifra se ha multiplicado por 7 y duplica ya los peores datos de la primera ola, entre marzo y abril.
Sin embargo, la presión asistencial no va a disminuir todavía, como sostiene Padilla. “Tenemos que esperar al menos 15 días de aumento de la saturación de los sistemas sanitarios”. ¿Cuál es la realidad en los hospitales de Asturias?
Oviedo y Gijón, dos realidades diferentes
“En Oviedo estábamos teniendo una evolución muy buena hasta el viernes”, comenta Luis Antuña, jefe de Urgencias del HUCA. “Desde el sábado se han triplicado las cifras de ingresos”. El de Oviedo es el hospital de referencia de la región con la mayor capacidad y recursos para lidiar con el impacto de la pandemia. “Estábamos soportando las tasas de contagio de Gijón, Avilés y el resto de Asturias” añade el urgenciólogo. “Ahora mismo estamos en una media de 200 urgencias al día. Con la gripe soportábamos picos de 450”. El hospital dispone de 34 camas UCI, de las cuales 19 se abrieron el martes.
En cambio, “la situación en Cabueñes, en Gijón, es dramática”, en palabras de Pablo Díaz. En este hospital, un tercio de los pacientes que ingresan tienen COVID-19 y tanto las infraestructuras como la capacidad del personal se encuentran al límite. “Todos los titulares que vemos son ciertos” añade Díaz, “tenemos una presión muy alta en el circuito COVID”.
En Cabueñes, las áreas de Urgencias, Medicina Interna y UCI, donde se han habilitado ocho camas nuevas, son las que mayor carga de trabajo soportan. “Se han abierto varias áreas que se nos atribuye que cubramos y no somos capaces de hacerlo con el personal que hay”, explica el médico. “Las jornadas son agotadoras”.
Medidas y respuestas
Ante el incremento de la presión asistencial, el SESPA ha habilitado el hospital de campaña H144 en el recinto de la Feria de Muestras de Gijón, que ya se dispuso para la primera ola y nunca fue usado. El primer paciente acogido tiene una sintomatología leve que precisa aislamiento, según fuentes de Salud del Principado.
Los hospitales periféricos también se preparan para recibir enfermos por coronavirus del área central de Asturias, la más golpeada por la pandemia. En esta zona se han organizado concentraciones en defensa de los servicios de sanidad pública además de manifestaciones de empresarios, comerciantes y hosteleros ante el cierre de toda actividad comercial no esencial. Después de dos semanas de “medidas drásticas”, en palabras del presidente Adrián Barbón, lo único en lo que se confía es en que las cifras mejoren. De momento toda Asturias sigue esperando.
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