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El sector cripto asalta los cromos de fútbol para meter a los jóvenes en el trading

Sorare

Carlos del Castillo

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— ¿Cuál es el cromo más caro?

— De los que tengo aquí ahora mismo, el Messi del Mundial.

— ¿Cuánto vale?

— Cinco euros.

Contesta Raúl, uno de los fijos de Quintana, una plaza madrileña donde cada domingo se reúnen decenas de jóvenes para intercambiar cromos, la mayoría de ellos niños acompañados por sus padres. Él lleva una mesa plegable y enormes álbumes de cromos de varias colecciones para venderlos por unidades. Conoce la nueva moda de las cartas de futbolistas que se venden como NFT pero pone cara de “no va conmigo”. “Panini ha sacado cromos en NFT... pero aquí no tenemos nada de eso. En la Plaza es todo físico”, apunta.

Entonces interviene un chico que está frente a su mesa.

— Eso en el fútbol todavía no ha explotado del todo. A mí últimamente me ha dado por coleccionar también NBA y ahí sí que es sangrante. Ahí hay mucho más.

En EEUU el sector cripto descubrió que asociarse a personajes famosos y, especialmente, a deportistas era un formidable método para acercarse a públicos que no se habían sentido atraídos por la inversión en criptomonedas. La puerta de entrada son los NFT, artefactos que utilizan esa misma tecnología para registrar la propiedad de archivos digitales. Pueden ser imágenes vendidas como obras de arte... o elementos coleccionables de tiradas limitadas, como cromos.

En el fútbol el sector cripto también está intentando hacerse un hueco a través de los NFT. Están en la camiseta del Atlético de Madrid y tienen acuerdos con el Fútbol Club Barcelona, el Valencia, el Sevilla o la Real Sociedad. Todos ellos venden criptoacciones que permiten a sus compradores participar en pequeñas decisiones de los equipos, como la decoración de los vestuarios.

La relación entre ambos mundos se amplía poco a poco. LaLiga, la empresa que gestiona la competición, acaba de firmar un acuerdo con una empresa cripto para vender vídeos de las mejores jugadas como NFT. Un pack de tres vídeos vale 199 euros. Pero el gancho es que, como las criptoacciones de los equipos, “se pueden comprar y vender” al precio que el propietario le quiera poner. Como las criptomonedas, los NFT de fútbol están pensados para que se pueda especular con ellos.

Entre la maraña de empresas cripto que están pagando mucho dinero por el derecho a usar la imagen de los futbolistas y equipos de primera división está Sorare. “La de Piqué”, como se la conoce en Quintana cuando elDiario.es pregunta por ella. Esta startup francesa promocionó a bombo y platillo la asociación con el jugador del Barcelona en 2020, cuando aún estaba despegando.

Sorare ya no es la misma de entonces. En 2021 consiguió ser una de las startups europeas que levantaron más dinero de fondos de capital riesgo. Hoy está valorada en 4.000 millones de dólares y ficha a las mayores estrellas del deporte. El último ha sido el francés Kylian Mbappé, al que este verano reclutó como inversor, embajador y “socio de impacto social”.

“Fuera de la cancha, lo más importante para mí es ayudar a empoderar a jóvenes que pueden no tener acceso a las mismas oportunidades que los demás para realizar sus sueños e impulsar su potencial”, afirmó el futbolista francés: “Con las grandes oportunidades que presentan las nuevas tecnologías, quería asociarme con una marca tecnológica ambiciosa y alineada con los jóvenes cuyos sueños estamos apoyando”.

La vía que Sorare ofrece a los jóvenes con menos “oportunidades” para “impulsar su potencial” es el criptopelotazo con cromos de fútbol. Invertir en cartas de jugadores, apostar a que tengan un buen rendimiento futuro y especular con ellas cuando su valor suba. Trading con imágenes de deportistas.

Criptopelotazo con cromos

Sorare se define a sí misma como un juego fantasy. Es el nombre que reciben aquellos que se basan en el rendimiento real de los deportistas: los jugadores confeccionan un equipo de futbolistas profesionales y reciben puntos en función del rendimiento de cada uno. Si uno marca un gol en su partido de la jornada, da una bonificación en puntos. Si comete un penalti o le expulsan, tendrá una penalización.

Hay innumerables fantasy en todo el mundo de prácticamente todos los deportes de equipo. Asociar a los deportistas un valor económico es intrínseco a estos juegos, ya que hay unos que dan más puntos que otros y están más cotizados. La inmensa mayoría de juegos fantasy utilizan dinero inventado. Lo que ha hecho que Sorare llegue a valer 4.000 millones es que se juega con criptomonedas.

En el juego de Sorare los futbolistas (o jugadores de la NBA o de fútbol americano, deportes en los que también está presente) se compran con Ethereum, la segunda cripto más importante tras el Bitcoin. Al crear la cuenta en Sorare automáticamente se crea también una “billetera”. Esta muestra el saldo de ethers (ETH) que se haya “recargado” con la tarjeta u obtenido de otros jugadores a través de la venta de jugadores. Sorare cobra una comisión por cada “recarga” de ethers, con un mínimo de 2,49 euros por operación. Para comprar cualquier jugador primero es necesario tener en la billetara su valor en ethers y luego hacer la adquisición.

Aunque a los cromos en formato físico también han llegado las lógicas del capitalismo salvaje, Sorare se mueve en un universo diferente, propio del entorno cripto. Si el Messi más caro de las colecciones físicas actuales vale cinco euros, aquí el cromo de Messi más barato no baja de los 1.000 euros. Lo mismo ocurre con todas las demás estrellas. El cromo más caro hasta el momento fue uno del noruego Erling Haaland vendido por 614.000 euros.

Las reglas de Sorare indican que para jugar hay que ser mayor de 18 años. Sin embargo, según ha podido comprobar elDiario.es, no lo verifica en ningún momento durante el registro o la compra de los jugadores. Este medio ha preguntado a Sorare cómo vigila que no haya menores en la plataforma, así como otras cuestiones citadas en este reportaje, retrasando la publicación mientras la startup analizaba las preguntas. Finalmente, esta ha notificado que rechaza responder a ninguna de ellas y participar en esta información.

En la bolsa del fútbol

El hecho de que las transacciones estén siempre unidas a la inversión en criptomonedas une un primer elemento de especulación a Sorare. El valor en dinero real de los futbolistas está directamente ligado a las fluctuaciones de Ethereum, que a día de hoy se cambia a unos 1.500 euros. Sin embargo, el trading es una parte intrínseca del juego, en el que la compraventa de futbolistas juega un papel fundamental.

Comprar un jugador tiene un componente de apuesta sobre su rendimiento futuro y se va a poder rentabilizar la inversión. “En el mercado de fichajes es el usuario el que fija el precio al ponerla a la venta. Hay que estar atento a jugadores sospechosamente baratos (suelen estar lesionados o calentando banquillo)”, explican en la página Sorare Fans. Una de las preguntas de elDiario.es a la startup fue su relación con esta web, que incluye mucha información sobre el juego y sobre cómo meter dinero en él, no tiene publicidad de otras marcas pero sí constantes banners para registrarse en Sorare. Tampoco ha sido respondida.

En la práctica, el mercado de jugadores de Sorare es muy similar a operar con las apps de trading que se reproducen en los últimos tiempos y que han copiado muchas de las lógicas de las apuestas. El objetivo es enganchar al usuario. “Hay una cultura de la búsqueda de la apuesta y de la aleatoriedad dentro de las inversiones, como en las criptomonedas, que se relaciona con problemas de adicción”, avisa Juan Lamas, director técnico de la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados.

Empezar es gratis

Empezar en Sorare es gratis. El juego regala paquetes de sobres con cromos básicos que permiten inscribirse en campeonatos “de novatos”. También los utiliza para ofrecer gratificaciones constantes a los jugadores, como por meterse en el juego cada día o completar tareas sencillas, para generar el hábito.

De fondo está la posibilidad de subir de nivel sus equipos con cromos más raros si tienen “suerte” y les toca una carta rara. Esta es otra de las mecánicas que incorpora Sorare y que son propias de un determinado tipo de videojuegos que busca enganchar a sus jugadores introduciendo elementos de los juegos de azar. El Gobierno ha propuesto prohibirlas en menores y regularlas para el resto de jugadores.

“Son unos componentes muy parecidos a los que utilizan los operadores de juego y a la idiosincrasia que tiene el juego de azar. Esas lógicas de aleatoriedad en las que tú nunca sabes lo que te va a tocar son muy adictivas”, expone Lamas, psicólogo especializado en ludopatía.

Son unos componentes muy parecidos a los que utilizan los operadores de juego y a la idiosincrasia del juego de azar. Esas lógicas de aleatoriedad en las que nunca sabes lo que te va a tocar son muy adictivas

Juan Lamas director técnico de la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados

“Normalmente estos juegos lo ponen muy fácil para empezar, con una inversión nula o muy baja al principio que pueda ser asumible por personas que no tienen una economía para manejarse en esos terrenos”, explica el experto.

Empezar en las ligas de principiantes es fácil. El juego te va regalando las cartas básicas para hacerlo y promete que a poco que el usuario esté atento a las alineaciones, superará los primeros niveles fácilmente. Lo difícil viene después. Para entrar en las ligas más avanzadas hacen falta cromos de una determinada categoría, de esos que solo aparecen con un 2% de probabilidad en los sobres.

Después de superar las competiciones de novato, para ganar no queda otra que pasar semanas alineando futbolistas desconocidos de la liga belga o la coreana a la espera de tener suerte con los sobres. O pasar por caja.

En crecimiento

Sorare también se ha negado a comunicar a este medio cuál es su número de jugadores actualmente y en qué rangos de edad se distribuyen. Según su información promocional, en abril contaba con 600.000 usuarios. El 40% juegan desde Europa, el 30% desde EEUU, el 15% desde Asia, el 10% desde Latinoamérica y el 5% restante desde África.

Para ampliar su base de usuarios la startup ha sido muy agresiva para hacerse con los derechos de casi todas las ligas profesionales. Ya tiene más de 300 equipos. En España paga a LaLiga para utilizar la imagen de los clubs de primera división desde 2021. Este verano ha comprado también los derechos de la segunda división. Además planea sacar un juego especial para el Mundial.

“En este tipo de juegos es clave la utilización de modelos de la juventud como deportistas famosos, que son los que nos dan una apariencia de éxito”, detalla Lamas, que recuerda la presencia de Neymar o Rafa Nadal en la publicidad de casas de apuestas o videojuegos de póker.

“Juntando a las criptomonedas con las estrellas de fútbol, ¿a quién te estás dirigiendo? ¿Cuál es tu objetivo de mercado? Claramente apuntas a las personas que aún no tienen una personalidad formada o son más influenciables”, concluye.

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