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Ecologistas exigen la dimisión del director del CSIC en Andalucía

Miguel Ferrer, coordinador del CSIC en Andalucía

Alejandro Ávila

Indignación y preocupación. La destitución del director de la Estación Biológica de Doñana (EBD), Juan José Negro, se ha recibido con una mezcla de incredulidad e inquietud por parte de los propios investigadores de la EBD y de las asociaciones ecologistas como WWF, SEO/Birdlife y Ecologistas en Acción, que trabajan en el espacio protegido andaluz.

Las críticas más duras contra dicho cese ha procedido precisamente de Ecologistas en Acción, que ha exigido que se restituya a Negro y se cese a Miguel Ferrer, coordinador del CSIC en Andalucía, a pesar de que la decisión se ha tomado oficialmente por su presidente en Madrid, Emilio Lora-Tamayo. Fuentes de la propia institución insisten: el coordinador de Andalucía, Ferrer, no ha tenido nada que ver.

Desde el CSIC se han limitado a calificar el cese de “pérdida de confianza”.“No es un cargo de confianza, sino un cargo investido por los investigadores y que luego lo refrenda el coordinador del CSIC. Es un cargo de confianza, pero de confianza de los investigadores, no del presidente”, replican los propios trabajadores de la EBD.

Lora-Tamayo, vendrían a decir desde la dirección del CSIC, habría perdido la confianza en Juan José Negro tras una serie de actuaciones y decisiones tomadas por el director de la EBD en las que, supuestamente, no se habría tenido en cuenta ni informado a la dirección central.

La explicación no convence ni a ecologistas ni a investigadores de la Estación Biológica consultados por este diario. Es más, ante la ausencia de “razones técnicas y científicas”, los ecologistas sostienen que se trata de un cese con tintes políticos. A la luz de estos argumentos, los ecologistas aseguran que “no parece descabellado relacionar la destitución de Negro con presiones ejercidas por Ferrer”. Se trata de “una maniobra orquestada por el coordinador del CSIC en Andalucía”, resumen investigadores de la EBD.

Negro y Ferrer no solo guardaban una enemistad personal pública, sino que mantenían posturas enfrentadas respecto al dragado del Guadalquivir y la reapertura de la mina de Aznalcóllar.

La postura de Negro, diametralmente opuesta a la de Ferrer en ambos casos, ha molestado especialmente a la dirección del organismo de investigación en los últimos tiempos. En el caso del dragado, Negro se alineó con la comisión de expertos del CSIC que desaconsejaban las obras en el río por su perjuicio para el río. Las conclusiones del llamado informe Losada, por su autor (investigador del CSIC), han sido asumidas no solo por el Tribunal Supremo, sino por la propia Unesco. Ferrer, en cambio, que en 2012 afirmaba que el río se encontraba en una situación “realmente grave”, se preguntaba dos años más tarde “por qué el dragado afectaría gravemente a Doñana”.

En el caso de la reapertura de Aznalcóllar, el problema ha sido que Negro ha sido llamado a declarar como asesor de la policía judicial y ha insistido en que “nadie puede garantizar que no vaya a haber otro desastre” y que “siempre existirá riesgo de vertido al Guadiamar”. Desde el CSIC le recriminan que, supuestamente, se haya alzado como portavoz de la entidad, a pesar de no ser experto en minas. Los investigadores del CSIC consultados ven que “ha coincidido en el mismo mes” el cese y sus declaraciones contra la mina, de la que Ferrer es “asesor científico”, tal y como recalcan los ecologistas.

En este sentido, la organización verde insiste en que el coordinador andaluz “asesora, -afirman- en clara incompatibilidad con el alto cargo público que ostenta en el CSIC, a la Autoridad Portuaria de Sevilla en su intento de dragado del Guadalquivir, y a las empresas mineras con intereses en la zona”.

¿Qué hay detrás de todo esto? Desde el punto de vista de los ecologistas y fuentes cercanas a la Estación aseguran que se trata de una lucha por el control de la Estación Biológica de Doñana, ya que lo que defiende la EBD en el consejo de participación de Doñana se asume como criterio científico.

Una decisión “autoritaria”

Los ecologistas han criticado al CSIC por haber tomado una decisión “autoritaria” y ajena a “mecanismos de elección participativa”. La Estación Biológica cuenta ya con un nuevo director en funciones, Xim Cerdá, biólogo especializado en hormigas y ecología, “que pondrá en marcha de forma inmediata el proceso de consultas para el nombramiento de un nuevo director”. Ecologistas en Acción cree que Ferrer ha intentado “colocar al frente de la EBD a alguien ”dócil“, que no se posicione tan claramente frente a sus intereses”.

Juan José Carmona, responsable de WWF en Andalucía, asegura que a su asociación le “preocupa bastante que no se mantengan los posicionamientos que hasta ahora ha tenido la EBD y la defensa que han hecho de Doñana sus directores. La voz oficial sobre el dragado del Guadalquivir es la de la Estación Biológica y lo que vale es el informe Losada, hecho por especialistas del CSIC. El Tribunal Supremo se refiere a él como dictamen, por lo tanto en este asunto no hay más discusión”.

Por último, desde SEO/Birdlife no ocultan su sorpresa y su responsable en Doñana, Carlos Dávila, elogia “el rigor científico y la implicación con la conservación del espacio de Doñana” que ha mantenido Juan José Negro hasta su cese.

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