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La población inmigrante sufre una pobreza cada vez más crónica

Casal de verano de la Cruz Roja Mataró /

Caralp Mariné

“La población migrada atendida por Cruz Roja es más pobre si la comparamos con la población autóctona atendida por la entidad y sufren una pobreza más crónica con una tendencia a ser aún más crónica”. Así de contundente se expresa Pilar Millán, responsable del Observatorio de Vulnerabilidad de Cruz Roja el día en que se presentó el 9º Observatorio dedicado esta vez a la inmigración en situación vulnerable.

Los datos del IDESCAT constatan esta afirmación, según estos el riesgo de padecer pobreza en Catalunya es de un 20% entre la población autóctona pero de un 56% entre la población inmigrada. En 2009 este dato era del 40% con respecto a la población inmigrante, con lo cual ha aumentado 16 puntos.

Según ha podido constatar la Cruz Roja a través de una encuesta realizada a 899 inmigrantes atendidos por la organización la situación socioeconómica de este colectivo ha empeorado en los últimos cinco años. El 77% de los encuestados aseguran que su situación se ha deteriorado en los últimos cinco años. Este empeoramiento responde a dos razones, o bien porque han perdido el trabajo (28,8%) o bien porque han empeorado sus condiciones laborales (48,4%).

Según este monográfico un 57% de las personas inmigradas atendidas por Cruz Roja no tiene trabajo. Del 30,8% de las personas que trabajan un 13,6% lo hace sin contrato y alrededor de la mitad de los encuestados tiene ingresos inferiores a 600 euros mensuales.

Con todo, Millán explica a Catalunya Plural que la mayoría de ellos llegaron de forma regular en Catalunya, con un contrato de trabajo. “Es población inmigrante económica que llega aquí con un contrato, que viene a buscarse la vida”, explica. “Se han quedado excluidos del trabajo que ahora está ocupado por personas autóctonas”, añade la responsable del Observatorio. Y explica que la mayoría de ellos lo que pide es precisamente hacerse un lugar en el mercado de laboral. “Todo el mundo nos pide trabajo porque saben que sin trabajo no saldrán de su situación por muchas ayudas que reciban”, dice.

Este es el contexto con el que se encuentra Mohammed El Abbasy, uno de los testigos de este monográfico. Mohammed es originario de Marruecos y hace 27 años que vive en Catalunya. En 2014 perdió su trabajo de vigilante que realizaba en unos aparcamientos de Girona. Y aunque habla un catalán perfecto y que vive con su mujer y sus hijos de uno y 3 años, de momento no trabaja. “Mi sueño es trabajar algún día de traductor o incluso de mediador cultural”, pide él.

La vivienda, el principal gasto

“Son más pobres también porque tienen cargas mucho más altas”, explica Millán. La población inmigrante atendida por Cruz Roja tiene unos gastos de vivienda muy altos en comparación a su nivel de ingresos. Un 72% vive en un piso de alquiler y un 65% de ellos paga entre 300 y 800 euros al mes por este alquiler. A pesar de ello sin embargo, el 53% de ellos tiene unos ingresos que oscilan entre los 300 y los 700 euros mensuales y el 17% no recibe ningún ingreso, con lo cual es muy difícil poder afrontar este gasto. Con esta situación, la mitad de los encuestados tiene alguna mensualidad del alquiler pendiente por pagar.

A pesar de la fragilidad de su situación, sólo un 36% de los inmigrantes atendidos recibe prestaciones sociales, un porcentaje que ascendía hasta el 50% en el año 2013. Millán, además, recuerda que los inmigrantes, al contrario de lo que se suele defender muchas veces, no reciben más prestaciones que la población autóctona. Así recuerda un estudio que realizaron en 2013 en el que un 67% de los autóctonos encuestados por la entidad afirmó que recibía prestaciones, en contra del 50% de los inmigrantes encuestados.

“Tenemos que romper con estos tópicos de que el inmigrante viene aquí a quitarnos el trabajo o las ayudas sociales, porque esto no es así”, reivindica la responsable del Observatorio.

Alimentación y salud, más dificultades

“La mayoría de los que llegan a Cruz Roja lo que piden son kits de apoyo social”, explica Millán. Estos kits constan de alimentación básica o de productos de higiene personal, por tanto, de productos de primera necesidad.

Según revela este monográfico, un 51,7% de los inmigrantes atendidos por la entidad depende de ayudas para garantizar la alimentación en el hogar, teniendo en cuenta que la mayoría de las familias tienen dos hijos. Y un 66% tienen dificultades para garantizar una buena alimentación durante el período de vacaciones. Por el contrario, un 56% de estas familias inmigradas en situación vulnerable recibe becas comedor pero no para todos los hijos o no del 100%.

Otro de los aspectos que también destaca el Observatorio es el estado de la salud de la población inmigrante que atienden. Un 45,5% de los encuestados afirma tener un estado de salud regular y un 40% problemas emocionales.

La encuesta de Cruz Roja se ha hecho a una población de entre 30 y 39 años, procedentes de distintos países. Un 45% de los encuestados son originarios del Magreb, un 27% de América y un 15% del resto de África.

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