Compromís denuncia el “fracaso” de las políticas de movilidad de Catalá en València: un 130% más de tráfico en Colón y un 7% en Xàtiva
La alcaldesa de València, María José Catalá, presentó a inicios de legislatura diferentes medidas en materia de movilidad, entre ellas la remodelación de líneas de EMT por la que se volvía a llenar de autobuses el tramo final de la calle de la Paz, la calle de San Vicente y plaza del Ayuntamiento con cinco líneas por donde antes solo pasaban una. Además, se eliminaron las restricciones de tráfico en la calle de Colón y se priorizó el tráfico privado, ganando un carril de circulación en detrimento de uno de los dos carriles bus que se implementó el anterior equipo de Gobierno dirigido por Joan Ribó.
Dos años después, a la vista de los datos oficiales ofrecidos por el propio Ayuntamiento, el concejal de Compromís su concejal Giuseppe Grezzi ha considerado esta primera gran actuación del ejecutivo de Catalá como un “rotundo fracaso”.
Según los mapas de intensidades de tráfico del pasado mes de mayo en comparación el de mayo de 2023, mientras el tráfico en las calles de la Paz y de Poeta Querol, que eran las que el PP aseguraba que pretendía liberar, han registrado leves descensos del 6,4% y del 5% respectivamente, el aumento en su entorno pasa “de lo preocupante a lo disparatado”, en palabras de Grezzi.
En Colón, el epicentro de la reforma y una de las vías con más presencia peatonal de la ciudad, el aumento de tráfico que sufren vecinos y viandantes supera el 130% (de 4.690 a 10.818) en el primer tramo, y casi un 29% en el segundo (de 11.152 a 14.374). Pero no es el único punto que padece el aumento de tráfico: el eje Xàtiva – Guillem de Castro registra también incrementos del 6’9% y del 10’7% respectivamente; y otros, como el frontal de las Torres de Serranos, que Compromís aspiraba a liberar significativamente de tráfico, pasa en cambio de 41.865 a 47.930 vehículos (un 14’5% más). En Marqués de Sotelo el tráfico sube 11% y en el tramo de la calle Lauria más cercano a la plaza del Ayuntamiento se incrementa un 45%. Llama la atención que en el mapa del pasado mes de mayo no hay datos de la calle del Pintor Sorolla.
De los datos se desprende que parte del tráfico que antes se redirigía a las Grandes Vías ha vuelto a desviarse a la calle de Colón que vuelve a ser utilizada por miles de conductores como un atajo, puesto que en Marqués del Turia el tráfico baja de 60.467 a 57.761 vehículos (un 4,5%) en la zona de Cánovas y de 63.054 a 61.760 (un 2%) a la altura de la calle Hernán Cortés.
Para Grezzi, que ya advirtió antes de que fuera puesto en marcha que el rediseño de líneas de Carbonell tendría estas consecuencias, “estos datos no hacen más que confirmar que aquella actuación obedeció más a un deseo revanchista de Catalá y a su concepción 'cochista', anticuada y ‘coenta’ de la ciudad, que a un verdadero estudio y criterio técnico, del que obviamente carecía”. De hecho, insiste, “ese mensaje político de Catalá, tanto verbal, animando a circular en coche en la ciudad; como tácito, permitiendo todo tipo de infracciones al volante pero especialmente el estacionamiento indebido en calles y espacios peatonales; ha tenido un efecto nefasto en toda la ciudad que los datos también recogen”.
Y es que, según Grezzi, como certifican las cifras registradas en las principales avenidas de la ciudad, el incremento de vehículos que entran y salen en la ciudad ha aumentado generalizadamente y en algunos puntos, como la avenida de Cataluña (con más 15.000 vehículos más al día) o la del Cid (más de 6.000) se ha disparado: “Una tan simbólica como Pérez Galdós, que iba a ser renaturalizada esta legislatura si no hubiera habido cambio de gobierno, también refuerza su carácter de carretera interna con incrementos de entre 2.000 y 5.000 vehículos más al día según el tramo”.
Para Grezzi “es una tendencia contraria a la que están desarrollando desde hace décadas las principales capitales europeas, y a la que se incorporó València en 2015, cuando a los pocos meses de empezar nuestra gestión, empezó a descender el tráfico de manera continuada e ininterrumpida hasta la llegada de Catalá. Ella, en cambio, ha hecho un efecto llamada al tráfico, y el tráfico en València, como si fuéramos una ciudad tercermundista, no ha parado de aumentar”, describe: “¿Cuánto va a tardar en rectificar? A estas altura será ya difícil que Catalá no pase a la posteridad como la alcaldesa 'cochista' que trató de estropear València, pero al menos el reconocimiento de su error serviría para que creyéramos que no fue voluntario”, concluye Grezzi.
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