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El PSOE gana en una Andalucía donde Vox impone su hegemonía en la derecha frente a PP y Ciudadanos

Susana Díaz, líder del PSOE andaluz, vota en un colegio de Triana, en Sevilla.

Daniel Cela

En este 10N, la cuarta cita electoral en 11 meses, Andalucía se ha derechizado por tres vías: ha votado menos gente, ha votado menos gente a la izquierda y ha votado mucha más gente a la extrema derecha. En esta comunidad, la primera donde cristalizó la alianza PP-Ciudadanos-Vox, ha ganado las elecciones un partido de izquierdas, aunque globalmente se contabilizan más votantes del centro derecha. Y muchos más votantes de la extrema derecha. Con una participación levemente inferior, el bloque de fuerzas progresistas [PSOE-Unidas Podemos] retrocede cuatro puntos respecto a las generales de abril, se queda con el 46,4% del escrutinio, frente al avance del bloque de derechas, que sube del 48 al 49%.

Pedro Sánchez ha fracasado en su objetivo de lograr una mayoría más holgada para gobernar España en solitario pero, esta vez, la frustración no es computable al resultado electoral en Andalucía. Los socialistas han perdido escaños en el conjunto del país, pero han ganado un diputado más en la región que estrenó el primer Gobierno de PP y Ciudadanos sustentado por Vox. El PSOE tiene 148.000 votos menos en Andalucía, pero en el reparto de escaños le ha beneficiado mantenerse como primera fuerza en las ocho provincias. Con el 99% del escrutinio, el PSOE gana las elecciones en Andalucía con 1,4 millones de votos y pasa de 24 a 25 diputados, diez más que su inmediato competidor: el PP. 

Precisamente el terremoto político se ha producido en ese segundo nivel, al saltar por los aires el equilibrio de poder entre las tres derechas que gobiernan Andalucía. El PP, que ostenta la presidencia de la Junta y ha sido líder de la oposición al PSOE durante 37 años, ha mantenido a duras penas la segunda posición, amenazada por el incremento sin precedentes de Vox. La diferencia es de apenas 6.761 votos, menor de lo que vislumbra el reparto de escaños. Los populares logran 86.700 papeletas más que en las generales de abril y pasan de 11 a 15 escaños. Hace seis meses cayeron a su suelo electoral histórico y su recuperación es agridulce: en abril sufrió el sorpasso en votos de Ciudadanos, y ahora ha estado a punto de sufrirlo con Vox.

La extrema derecha en Andalucía ha logrado uno de sus mejores resultados en España: 254.000 votos más que en abril, un 20,39%, cinco puntos por encima del resultado nacional. Rebasa a los naranjas y a Unidas Podemos, rebasa al PP como segunda fuerza en cuatro de las ocho provincias -Sevilla, Cádiz, Almería y Huelva- pasa de quinta a tercera posición, y logra representación en todas las provincias, equiparándose al PSOE y al PP. Los socialistas han ganado las elecciones en Andalucía, pero los de Santiago Abascal han conquistado la hegemonía del voto de derechas en esta comunidad.

Las implicaciones de este resultado para la estabilidad del Gobierno andaluz son imprevisibles. Vox sustenta a un Ejecutivo de PP y Ciudadanos, pero ahora es la formación más sólida y con más respaldo ciudadano de los tres. Su victoria en las generales puede traducirse en un plus de exigencia para los socios de la Junta de Andalucía, pero también puede que esa fricción interna empuje al más débil de los tres -Ciudadanos- a reconsiderar su posición política.

Vox ha duplicado escaños, de seis a 12, a costa de frenar el crecimiento del PP andaluz, pero sobre gracias al derrumbe de la formación naranja. El partido que ostenta la vicepresidencia de la Junta, virtual ganador de las generales en abril, se ha hundido en tan solo seis meses (medio millón de votos menos y una caída de diez puntos). Ni siquiera su participación en el Gobierno andaluz le ha servido a los naranjas para amortiguar el desgaste de la marca de Albert Rivera en el conjunto del país. Han perdido la mitad de votos, se quedan con más de 336.000 apoyos y pasan de 11 a tres diputados: en Sevilla, en Málaga y en Cádiz.

Dos de los miembros de la ejecutiva nacional, el secretario general, José Manuel Villegas, y el secretario de Organización, Fran Hervias, se han quedado sin escaño en Almería y Granada respectivamente. ¿Qué ha pasado en estos seis meses? Fuentes de la dirección andaluza admiten que verse asociados “con las políticas y el discurso radical de Vox nos ha hecho irreconocibles para el votante de centro, que es el que nos hizo crecer tanto”. Los pasos de Ciudadanos en el futuro serán determinantes. Los de Juan Marín cogobiernan hoy con el PP, apoyados en Vox, pero hasta ayer respaldaban a un Ejecutivo del PSOE. Es arriesgado predecir un viraje brusco de su estrategia de alianzas, pero el nuevo equilibrio de poder con las derechas también le hacen un socio más inestable.

Pasada la medianoche, el primer mensaje de la ex presidenta de la Junta, Susana Díaz, fue directo a Ciudadanos, a quien le pidió que reconsiderara su alianza con PP y Vox. Díaz subrayó que los andaluces “premiaron” a la formación naranja en las urnas cuando venían de una legislatura en la que respaldaron a la fuerza más votada para gobernar [PSOE], sin embargo, “les han castigado ahora cuando se ha unido al pP para blanquear a la ultraderecha”. “Con claridad han dicho que ese modelo que han validado en Andalucía no lo quieren, por eso les han castigado”, ha dicho Díaz.

Unidas Podemos también retrocede respecto a abril (99.100 votos menos), pasando de nueve a seis escaños, y perdiendo a diputadas de la dirección regional, como Eva García Sempere, en Málaga. El líder regional de IU, Alberto Garzón, sí mantiene su escaño. La formación de Íñigo Errejón, Más País, no ha obtenido representación en Andalucía pese a sumar 57.800 votos. La ex senadora de Adelante Andalucía, Esperanza Gómez, no ha logrado el escaño por Sevilla, donde ha recabado 21.000 votos. Tampoco la número uno de Más País por Málaga, ex diputada de Podemos Andalucía, Carmen Lizarraga. El partido de Errejón presentó listas en Sevilla, Granada, Málaga y Cádiz. En las dos últimas provincias, Unidas Podemos ha perdido un diputado en favor de Vox, debido en parte a la división del voto de la izquierda. El resultado de Errejón ha sido muy similar en votos al del partido animalista Pacma, con 47.100 papeletas.

Andalucía ha votado mayoritariamente a la derecha en la cuarta cita electoral en 11 meses, con una participación muy inferior a la de abril: del 73,3% al 65,7%. El reparto de escaños en bloques está más equilibrado que hace seis meses. PSOE y Unidas Podemos suman 31 diputados juntos, mientras que PP, Ciudadanos y Vox logran los otros 30. En abril, el porcentaje del bloque de izquierdas era del 50,1% y el de derechas del 48,1%. La diferencia era de 11.759 votos. Ahora, PP, Ciudadanos y Vox aventajan a las izquierdas en más de 108.000 papeletas.

En las andaluzas del 2 de diciembre, hace casi un año, los partidos progresistas sumaron el 44% del escrutinio frente al 50% del centro derecha, que arrebató el Gobierno a los socialistas por primera vez en 37 años.  

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