La Universidad constata que inculcar la participación ciudadana en niños mejora la cultura democrática
La cultura ciudadana y democrática se trabaja desde temprana edad. Es una frase recurrente en tiempos de desafección política pero también la constatación por parte de expertos de las universidades de Huelva y Málaga. A esa conclusión llegan tras evaluar un proyecto enfocado al fomento de la democracia participativa en alumnas y alumnos de Primaria de distintos municipios de Andalucía.
Los resultados obtenidos en la evaluación de Ágora Infantil, un programa andaluz de participación que pone políticas públicas en manos de niños de 10 y 11 años, son “muy satisfactorios”. Según un primer avance de evaluación basado en datos de Trigueros (Huelva) y Puente Genil (Córdoba), que son los primeros que se han tabulado y analizado, los chicos participantes en el programa se sienten más escuchados por parte de las autoridades locales y tienen la sensación de que su opinión tiene efecto en las decisiones que se toman a nivel político.
La gestión de la evaluación del proyecto, que corre a cargo de las alumnas y profesoras del máster de intervención social y comunitaria de la Universidad de Málaga, en coordinación con el departamento de Educación Social de la Universidad de Huelva, muestran que se han alcanzado los objetivos perseguidos: “mejorar el sentido de autoeficacia política en los menores, incrementar sus conocimientos sobre política local, y favorecer el que se sientan escuchados y tenidos en cuenta por parte de los adultos referentes que tienen a su alrededor (profesorado y personal del ayuntamiento)”.
“La previsión es que los datos globales arrojen resultados similares”, explica a eldiario.es/andalucia Andrés Falck, director de Consortium Local-Global (CLG), asociación encargada de dinamizar el proyecto, que el pasado mes de junio comenzaba su fase de evaluación después concluir las sesiones prácticas en doce grupos escolares de siete municipios.
Los resultados provisionales de la evaluación de Ágora Infantil subrayan que los cambios reflejados en los participantes son “en algunos casos muy relevantes” y que producen tras una experiencia piloto de pocos meses de duración (cinco o seis sesiones con cada grupo). Esta circunstancia les hace imaginar “el potencial de incidencia en la cultura ciudadana y democrática en el caso de una intervención sostenida en el tiempo”.
En ese aspecto incide el director de CLG, en “el impacto cultural que puede suponer en la cultura democrática” si el programa va creciendo, tanto en más municipios como en el tiempo de ejecución. El programa piloto se prevé poner en marcha el próximo curso escolar en más municipios y se hará extensible, además de a colegios, a institutos de enseñanza secundaria con jóvenes de 1º y 2º de ESO. “Hay muchos ayuntamientos que nos están llamando interesados en el proyecto”, comenta satisfecho el responsable de CLG.
Mayores conocimientos de política local
La muestra para la evaluación del proyecto estaba compuesta por 104 niños y niñas de 10 y 11 años (58 a los que se les aplicó el proyecto y 46 a los que no), ambos grupos de características similares (de los mismos colegios, de los mismos pueblos). Las variables para hacer la medición se hicieron antes y después de participar en el Ágora Infantil. Los resultados, ya comentados, corroboran la hipótesis planteada por los desarrolladores del programa. También se midió en los niños la satisfacción con el proyecto, siendo las puntuaciones muy altas al estar, en general, muy contentos con la experiencia, valorando muy positivamente al personal dinamizador y al personal del ayuntamiento que ha participado.
Según los técnicos de las universidades de Huelva y Málaga, “las niñas y los niños que han participado en el Ágora Infantil, una vez que éste ha finalizado, en comparación con aquellos que no han participado, se sienten más escuchados y/o tenidos en cuenta por parte de las autoridades locales, tienen la sensación de que su opinión tiene efecto en las decisiones que se toman a nivel político (autoeficacia política), y tienen mayores conocimientos de política local”.
“La presunción de la política como espacio delincuencial ha tenido que ver con la deriva de las últimas décadas”, reflexiona Andrés Falck, que relata la secuencia de el progresivo distanciamiento de relación gestión-ciudadanía. “Si las personas se desentienden de la política, hay vía libre para la corrupción, pero si se toma como algo propio, hay control, seguimiento y vigilancia”, apunta.
Los proyectos que se realizaron en distintos colegios de Andalucía estaban compuestos de cinco sesiones en las que se abrieron espacios de diálogo y trabajo en equipo a través de procesos de participación en el aula de clase. Las alumnas y alumnos diseñaron políticas públicas sobre temáticas específicas que generen una mejora en su localidad abracando desde el diseño de una programación de actividades hasta el contenido que tendrá la reforma de un edificio o un parque. Paralelamente, tuvieron un acercamiento a la administración pública en la que visitaron el ayuntamiento y conversaron con el equipo de gobierno.
En la última sesión, los proyectos concluyeron con la celebración de un pleno Infantil en la sala de plenos de los respectivos ayuntamientos, donde el alumnado de Primaria se reunió con el alcalde o alcaldesa y las concejalías de Participación Ciudadana y Educación. En el pleno infantil se hizo una exposición y aprobación pública de las propuestas, a las que se les concedió un presupuesto determinado desde el ayuntamiento para su puesta en marcha.
El equipo de la Universidad de Málaga está coordinado por la profesora Patricia García Leiva y el equipo de la Universidad de Huelva coordinado por la profesora Marisol Palacios Gálvez.
