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La política como acción social para gente decente

El politólogo Juan Carlos Monedero durante su charla en el Centro Social Rey Heredia.

Carmen Reina

“La perplejidad igual que el miedo nos paraliza. Y no basta

decir que hay unos sinvergüenzas que tienen toda la responsabilidad y que

nosotros somos inocentes. La única posibilidad de superar este infierno de

incertidumbre es atrevernos a tomar las riendas de esas metas colectivas. Y eso

se llama política“.

Es la síntesis que el politólogo Juan Carlos Monedero

explica para llamar a la acción de los ciudadanos en la sociedad actual, ante

la situación de crisis que todo lo inunda. La acción desde la política, para recobrar

su buen nombre en estos tiempos en que el descrédito de quien la ejerce se

cotiza al alza. La política como acción ciudadana, como herramienta del

colectivo ante la situación de crisis que lo ahoga.

Este profesor de Ciencias Políticas en la Universidad

Complutense de Madrid ofrece su punto de vista sobre la política como la

herramienta de cambio necesaria que la ciudadanía demanda. Y lo hace en

Córdoba, en el colegio cerrado y ahora recuperado como Centro Social Rey

Heredia, un ejemplo de esa acción colectiva, ante un auditorio lleno de

ciudadanos ávidos de salidas a la situación actual.

“Nos están diciendo constantemente que no busquemos

alternativas porque las alternativas son algo peor; que no toquemos nada porque

lo vamos a estropear, que no escarbemos buscando otras soluciones… Y todo eso

compone una suerte de hechizo que nos deja sin voluntad. Necesitamos romper ese

hechizo“, alerta Monedero. Y sintetiza su propuesta: ”Necesitamos un curso

urgente de política que rompa esa invitación a la parálisis“.

¿Cómo llevarlo a cabo? Monedero señala el camino de la ley

para hacerlo. Pero advierte: “Las leyes, la Constitución, sólo van a cobrar un

nuevo sentido cuando haya gente reclamando ese nuevo sentido“. Y llama a la

ciudadanía a situarse en una posición donde las herramientas que existen, esas

leyes y esa Constitución, se usen porque “son nuestras, porque se ganaron”.

“El sentido común es conservador. Hay que cambiarlo”

“El sentido común es conservador. Hay que cambiarlo”

Este politólogo cree que el cambio posible debe venir directamente

de la ciudadanía como ser político. “No se va a cambiar nada en tanto en cuanto

la gente no esté dispuesta a hacer algo para cambiar las cosas“. Y llegados a

este punto, habla de “cambiar el sentido común. El sentido común, en general es

conservador“.

En su opinión, en las últimas décadas la sociedad ha ido “convirtiendo

el individualismo y la competitividad en una suerte de sentido común, reforzado

además porque nos han convencido de que no hay alternativa“. El papel de la

política cobra entonces importancia desde ese punto de vista del ciudadano: “La

gente ha interiorizado ese comportamiento como el único posible y no se da

cuenta de que tiene herramientas muy poderosas para cambiarlo. Pero no sabe que

la política es autoayuda colectiva“.

En ese camino, se cruza la desafección por la política y los

políticos que en los últimos tiempos ha cuajado entre la mayoría de la

población. “La desafección es como la última batalla ganada por Franco después

de muerto. Es la continuación de aquello que decía él: ´Haga usted como yo, no

se meta en política´“, recuerda Monedero. Y esa desafección se traduce en un ”desencanto“

que sólo genera personas resignadas: “Una persona resignada es una persona que

ha dejado de luchar y ya pertenece al bando de los vencedores siendo un

derrotado“.

Salir de esa derrota es vital para las salidas que busca la

ciudadanía y que Monedero plantea a través del ejercicio de la política. “Es muy

importante devolver esperanza. Situarnos en una hipótesis de victoria. Como

decía el 15M, situarnos en una hipótesis de pesimistas esperanzados“.

Recobrar el buen nombre de la política

Recobrar el buen nombre de la política

Una hipótesis que pasa por recobrar el buen nombre de la

política, perdido en la mente de la población entre la inacción y la

corrupción. “Todo lo que delegamos termina pudriéndose. Delegamos la

trascendencia y el sentido de la vida a la Iglesia y lo convirtieron en una

excusa para someternos; delegamos la economía en los economistas y la han

convertido en un terreno devastado; entregamos la política a los políticos y la

han convertido en un negocio con puerta giratoria para salir del gobierno y

entrar en las empresas a las cuales han beneficiado“, sintetiza Monedero.

Por tanto, ese curso urgente de política debería recobrar para la ciudadanía todas

esas cosas hasta “entender que participar es trabajar de más. Se trata de salir

de esta parsimonia, de este sueño complaciente“. Y advierte que no se saldrá de

esa situación hasta que no se resuelvan tres problemas: la falta de liderazgos,

el programa alternativo a lo que existe y la alternativa a los partidos

existentes.

Para Monedero, “faltando esos tres elementos, es normal que

la gente ande perpleja y los canallas anden envalentonados“. Y añade: ”Nada

cambiará si los poderosos viven en la impunidad porque no nos tengan miedo. Ahora

el miedo lo tiene la ciudadanía. Pero el miedo tiene que cambiar de bando“.

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