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Historias del centro del salud: cuatro relatos de retrasos, protocolos cruzados, y esperas interminables de diagnóstico

Los centros de salud de Granada tienen problemas para atender incluso las citas telefónicas

Álvaro López

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Que el coronavirus ha trastocado la atención sanitaria en Andalucía es un hecho. Como muestra, el caso de Granada. La provincia acumula retrasos, citas inexistentes, consultas telefónicas con retraso y mala praxis en algunos casos que denuncian los usuarios que dicen estar hartos de la situación. La Atención Primaria en muchos centros de salud granadinos está tan colapsada que los propios profesionales lo reconocen, mientras que la Junta de Andalucía niega la mayor.

En este artículo recopilamos la experiencia de cuatro pacientes que han pasado por diversas circunstancias en las últimas semanas. Además de ellos, este medio ha podido recabar las quejas comunes de decenas de ciudadanos que protestan porque apenas hay citas disponibles en varios días o que la atención recibida es tan deficitaria que si intentan contactar con los centros de salud por teléfono nadie les atiende al otro lado, pese a que insistan en muchas ocasiones.

“He recibido un trato fatal”

El primer testimonio resulta ilustrativo. Rosa, la protagonista de la historia, ha podido vivir en primera persona tanto los problemas para conseguir una cita, como el trato recibido en pleno centro de salud debido al colapso. “El día 21 de agosto después de ir a trabajar llamé a Salud Responde para explicar que tenía mucha tos y muchos mocos. Aunque no tenía fiebre, podía ser compatible con Covid. Me respondieron indicándome que me quedara en casa y que en 24 ó 48 horas se pondrían en contacto conmigo”, relata.

No recibió la llamada y como siguió empeorando, a los pocos días se acercó al centro de salud de Bola de Oro, en Granada capital, y tras tomarle datos y explicar su situación, la doctora que le vio le dijo que no tenía que haber estado allí esperando y la mandó a una sala aislada, con los baños cerrados y a la que había que acceder por la calle. “Todas las puertas estaban cerradas. Estaba completamente aislada”.

Después, llegó una enfermera para tomarle las muestras para la prueba de la Covid-19 y Rosa le explicó que “estaba muy mal y que necesitaba ir al servicio”. A lo que la facultativa le respondió que “los baños están limpios y no los podemos contaminar”. Finalmente, tras conversar con la enfermera, esta le indicó que ya le llamarían para indicarle si había dado positivo en coronavirus o no. Algo que, como en el caso de la cita telefónica, aún no ha sucedido. “El trato que he recibido ha sido fatal, porque le pedí que si me podía mirar la garganta porque me dolía mucho y me dijo que no era posible hasta que no se supiera si tenía Covid-19 o no”, asegura la paciente.

Como a los pocos días su cuadro clínico empeoró -porque la mandaron a casa sin recetarle ninguna medicación- acudió al Hospital Clínico del Parque Tecnológico de la Salud (PTS) de Granada. Allí, tras repetir el proceso, se vio obligada a esperar en la sala donde están las personas contagiadas de Covid-19. Pero tras explorarla le dijeron que no era coronavirus y que no tenía por qué haber estado allí esperando. Finalmente, le mandaron un tratamiento que no le sirvió y que le ha obligado a llamar a Salud Reponde sin que nadie le respondiera. Rosa asegura estar desesperada, porque su centro de salud no le ayuda y no le dan cita. A día de hoy, “la única opción viable es ir al hospital, porque si tienes que esperar al centro de salud, te mueres”. De momento Rosa sigue sin recibir la primera llamada de contacto ni el resultado de la prueba.

Sin diagnósticos

Helena también sabe lo que es sufrir las consecuencias del colapso de la sanidad granadina. Su madre, que tiene un tumor, lleva semanas esperando a que en su centro de salud de Gran Capitán, en Granada, alguien le pueda atender para hacer un seguimiento de su enfermedad. “Nadie contesta el teléfono o sale ocupado directamente”, explica Helena a este medio. Asegura que estuvo esperando semana y media para que le dieran una cita telefónica que parecía no llegar nunca. Aunque acabó lográndola, después tuvo que esperar otros cinco días para que le atendieran de forma presencial. Y, esta vez sí, “la derivaron rápido al especialista”.

Pero la situación está tan enquistada en la mayoría de los hospitales y centros de salud que ni siquiera está funcionando en algunos casos el diagnóstico de contagios por Covid-19. Alberto, un estudiante granadino, sabe bien lo que eso significa. Tras haber estado en contacto con un caso positivo de coronavirus, tuvo la precaución de acercarse al Hospital Virgen de las Nieves de Granada capital para que le hicieran una PCR y descartar un posible positivo. “Allí en admisión intentaron que no me hiciera la prueba diciéndome que estaba colapsando la sanidad pública”, explica.

Tras hora y cuarto de espera, finalmente sí pudo hacerse la prueba y se marchó a su casa a guardar una cuarentena preventiva y a esperar a que le llamaran para obtener los resultados. “Me llamó una rastreadora (él ya se había hecho la prueba) que me dijo que contactara con el centro de salud para saber si era positivo o no”, asegura Alberto que llamó al centro de salud de Jun sin que nadie le pudiera dar información al respecto. Asustado por no saber si estaba contagiado o no, solo pudo enterarse de que no tenía Covid-19 gracias a que tenía un contacto en el hospital que le informó. Por su parte, el servicio de salud no le informó hasta cinco días después de que había dado negativo.

Otro caso que evidencia que el sistema no acaba de funcionar bien es el de Alicia. Esta joven lleva más de dos meses esperando a ser atendida telefónicamente. “En junio empecé a tener un problema en la piel que no sabía qué podía ser y por eso pedí una cita con mi doctora de cabecera”, explica. Su centro de salud es el de Zaidín Este, en Granada capital, y desde allí no ha logrado que le den ninguna solución. “Mi primera sorpresa fue ver que apenas había citas y que para las pocas que había faltaba mucho tiempo”. Sin embargo, Alicia pidió una consulta telefónica para consultar con su médico y de paso renovar una medicación que tiene prescrita. Pero no le llamaron. “Intenté ponerme en contacto con ellos muchos días y a muchas horas pero no cogían ninguno de los teléfonos”, lamenta.

Ante la ausencia de respuestas por parte del centro hospitalario, la joven decidió acudir a mediados de julio al centro de salud para consultar qué estaba pasando. “Allí me enteré que cuando se solicita una cita para una renovación de medicamentos no te llaman, directamente te renuevan lo que tengas en la tarjeta sanitaria. El problema es que yo también quería hablar con mi doctora”. Como ya había pedido una cita en vista de que no le habían atendido en aquella primera ocasión, aprovechó y volvió a solicitar otra para agosto como una consulta normal por vía telefónica. En este caso tampoco hubo fortuna. En todo este tiempo, nadie desde el centro de salud le ha llamado y se ha visto obligada a recurrir a un médico privado para solucionar sus problemas cutáneos.

Poco personal y presionado

Los profesionales que trabajan en la atención primaria reconocen que están saturados y que no pueden cumplir su función como les gustaría. Fayna Gómez, secretaria provincial de SATSE en Granada, centra su análisis en que falta personal, sobre todo enfermeras porque con una plantilla deficitaria, si no se refuerza la atención primaria no se puede atender a los niños en los colegios, hacer seguimiento Covid y atender a la población en el resto de sus necesidades de salud“. La sindicalista sentencia que ”la Consejería de Salud debe contratar enfermeras exclusivas para los colegios“.

En el mismo sentido se pronuncia el homólogo de Fayna Gómez en el Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE), Fernando Morales. Denuncia que “la presión que están sufriendo tanto los usuarios como los profesionales, radica en la falta de personal”. Morales recuerda que “al haber menos gente que atienda en primaria, se sobrecargan las urgencias de los hospitales”. Además, desde SAE asumen que los problemas los están sufriendo “mayoritariamente médicos y enfermeros que son los que están en atención directa al usuario”. Por su parte, la secretaria de Sanidad de la Federación de Empleados de los Servicios Públicos (FeSP) de la UGT Granada, Isabel López cree que, para potenciar la Atención Primaria, “hay que mejorar el modelo organizativo”. López sostiene que “hace falta una mejor atención al usuario que sea mucho más directa”. Al mismo tiempo que defiende que es necesario incrementar las contrataciones de personal.

Mucho más tajante se muestra Félix Alonso Gil, responsable de Salud de CCOO, quien lamenta que este caos se ha vivido durante todo el verano: “Se ha pensado que no iba a haber rebrotes y no se ha contratado”. Según sus datos, las sustituciones del personal apenas ha rondado el 10% de las plantillas de médicos y enfermeros. “Los hospitales no están tensionados, pero los centros de salud sí”, explica Alonso Gil. El sindicalista lamenta además que la sociedad haya pasado “de los aplausos a las ocho a cargar contra los médicos cuando están agotados y acaban por las tardes con la sensación de no haber podido hacer bien su trabajo”. Censura la gestión de la Consejería de Salud con respecto a la Atención Primaria calificándola de “desastre, andan como pollos sin cabeza”. Y lanza un aviso en cuanto a la detección del Covid-19 durante el periodo estival: “No tenía constancia de que se hubiesen contratado rastreadores antes de agosto”.

La Junta pide disculpas

Fuentes de la Delegación de Salud de la Junta de Andalucía en Granada piden disculpas por “los casos puntuales de saturación de líneas u otros problemas concretos en algunos centros de salud”. Dadas las circunstancias, desde la administración sanitaria recuerdan que el Covid-19 ha obligado a hacer cambios: “Ha habido que reorganizarse durante el periodo estival para garantizar la atención sanitaria a la ciudadanía con el mayor nivel de seguridad para ella misma y los profesionales como consecuencia de la pandemia que sufrimos. Se trata de evitar convertir los centros de primaria en focos de contagio”.

Entre las medidas que destacan desde Salud de la Junta de Andalucía apuntan a “la potenciación de las consultas telefónicas, telemáticas y la atención domiciliaria para evitar desplazamientos innecesarios de la población a los centros asistenciales”. Al tiempo que hacen suyas las palabras del consejero de Salud, Jesús Aguirre, alabando “el ingente trabajo de sus profesionales durante la aplicación de un Plan de Verano con unos condicionantes muy distintos a los de años anteriores”.

Según Aguirre, dentro del llamado Plan Verano, se han producido “más de 20.000 contratos (un 14,28% más que el año pasado) y 120 millones presupuestados (18,13% más que el año pasado)”. En agosto “hemos llegado a la cifra récord de plantilla del Sistema Sanitario Público de Andalucía, con 118.179 trabajadores”, aclara el consejero cuyas palabras no convencen a los usuarios que siguen sufriendo desconcierto y falta de atención.

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