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Rocío del Mar Castellano, alcaldesa de Almonte: “Están engañando a los agricultores diciendo que se le va a regularizar una tierra que no van a poder regar”

Rocío del Mar Castellano preside el Ayuntamiento de Almonte con un partido independiente, Mesa de Convergencia.

Fermín Cabanillas

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La Proposición No de Ley presentada en el Parlamento andaluz por PP, Ciudadanos y Vox para reformar el Plan Forestal de la Corona Norte de Doñana, que hará que se conviertan en legales tierras regadas de forma ilegal históricamente, tiene divididos a los vecinos de Almonte, el pueblo de Huelva que presume de ser el corazón del mayor humedal de Europa.

La alcaldesa, Rocío del Mar Castellano, asegura a elDiario.es Andalucía que no aprecia en el pueblo esa división, pero tras más de dos horas en la calle, ningún vecino ha querido pronunciarse sobre el tema. “Tengo un negocio que depende de que me entre gente, y algunos son agricultores” o “no me quiero meter en problemas” son algunas de las frases que se escuchan entre los almonteños.

La alcaldesa defiende que se está engañando a los agricultores, que se les va a legalizar una serie de tierras para las que no habrá agua disponible, y entiende que Doñana no es un ente ajeno al ser humano, que se puede interactuar con el parque, pero siempre con el matiz de no perjudicarlo ni un ápice, para dejarlo a las futuras generaciones en mejor estado del que se lo encontraron las actuales.

Por encima de la batalla política ¿por qué hay, históricamente, 1.460 hectáreas regadas ilegalmente en Doñana?

Históricamente, la cuestión de los regadíos han planteado un problema desde siempre. Por eso ya el POTAD (Plan de Ordenación del Territorio del Ámbito de Doñana en 2004) establece que hay que regularizar de alguna manera los regadíos en el entorno de Doñana, y ya en 2014 se aprueba. 

Ya digo que es muy importante el consenso de todos los sectores implicados. Se aprueba el Plan de Ordenación de la Corona Norte durante ese tiempo. Como siempre pasa, el problema es que intervienen varias administraciones: la administración local, la administración autonómica, el gobierno central.… Y uno por otro, la casa sin barrer. Hasta que llega un momento en que desde Europa, desde los movimientos ecologistas, dan una señal: señores, cuidado, que el acuífero de Doñana puede declararse sobreexplotado, que de hecho ya se ha declarado sobreexplotado. 

Como equipo de Gobierno estamos al lado de nuestros agricultores, que se han salido de la plataforma porque han entendido que la plataforma de regantes ahora mismo está defendiendo solo el interés de unos determinados agricultores

Ahora, lo que no entendemos es que con la situación en la que estamos, donde ya se había llegado a una regularización de 9.000 hectáreas de las que Almonte tiene 6.000 y pico, se pretenda regularizar 1.400 hectáreas más porque se dice en la Proposición de Ley; por lo menos los actores que la han planteado, Ciudadanos y el Partido Popular. Han dicho que no se trata de agua, se trata de tierra, pero eso no es cierto. Una tierra regable sin agua no sirve para nada, y no hay agua, por lo tanto nos están engañando. Están engañando a los agricultores diciéndoles que se le va a regularizar una tierra que no van a poder regar. 

El agua es un recurso escaso y finito, pero es que además estamos en Doñana. Doñana tiene unos reconocimientos que pueden estar en peligro. Ya la UNESCO ha advertido de que puede perder el Diploma de Patrimonio de la Humanidad. Nosotros, desde Almonte, que somos el Corazón de Doñana, no podemos permitir eso. Y por eso, como equipo de Gobierno estamos al lado de nuestros agricultores, que se han salido de la plataforma porque han entendido que la plataforma de regantes ahora mismo está defendiendo solo el interés de unos determinados agricultores.

Abogamos por el futuro de nuestra agricultura, pero un futuro que tiene que ir obligatoriamente de manera equilibrada con él.

¿Almonte está dividido por este asunto, entre los que piensan que sí hay posibilidades de regar más tierras y los que no?

Yo, por lo menos, cuando salgo a la calle, no noto esa división. Es cierto que hay pequeños agricultores a los que se les podría dar una solución, pero realmente no lo sabemos, porque no saben ni dónde están las hectáreas que se van a regularizar. Nosotros tenemos en litigio unas 134 que creemos que se van a ganar porque no se recogieron en el plan de 2014 (no sé si sabéis que en ese plan se estableció como criterio regularizar todas las tierras que estuvieran en regadío en 2004). 

Esas 134 has son de Almonte, y en el momento en que se hicieron las fotos estaban en barbecho y se consideró que no estaban en regadío, pero eran tierras que sí lo estaban y pensamos que se van a ganar. Por eso te digo que sí hay agricultores pequeños, muy poquita cosa, que sí se encuentran un poco fuera y que se agarran a esta propuesta como una posibilidad de que se le regularice. Nosotros nos hemos reunido y hemos intentado explicarles que esta propuesta no se va a aprobar y no va a llegar a ningún sitio, porque no hay agua. 

¿Se puede dar el caso de que se legalicen las hectáreas, se diga a los agricultores que pueden regar, pero que no haya agua? 

Claro, es que ellos plantean ahora mismo que lo que han pedido es que se considere el suelo agrícola regable, que no están pidiendo el agua, que ya el agua se pedirá más adelante. Eso es vender humo. ¿Para qué quieres que legalicen un suelo agrícola de regadío si no tienes agua para regarla? Y todo mientras no se haga la infraestructura del trasvase, que esa es otra. La ley del trasvase se aprueba especialmente para que el agua superficial llegue al corazón de Doñana, y el corazón de Doñana es Almonte. 

Pero el presidente de la Junta cree que a Doñana hay que darle cierto uso útil para, de ahí la frase que cita de que el Parque no puede ser un muro de hormigón.

Doñana ha cambiado, afortunadamente. Al principio se cerró en un afán conservacionista, incluso se cerró a los que aquí vivían. Eso, con el tiempo, se ha demostrado que no era bueno, porque tú no puedes amar ni defender lo que no conoces. Ahora as políticas son distintas. De tal manera que en Doñana la gente de Almonte, la gente del entorno, puede seguir trabajando. De hecho, en Doñana se recolecta piña, o están las yeguas que viven allí, con las que se trabaja. La mano del hombre, del ser humano, está en Doñana.

Si defendemos a Doñana nos estamos defendiendo nosotros. Si Doñana muere, morimos todos nosotros

Ha sido así desde sus inicios. Doñana no es algo que se nos ha dado hecho y vamos a seguir interviniendo. Tiene que ser así. Doñana no puede cerrarse, pero evidentemente hay que protegerla, fundamentalmente porque estamos obligados a dejársela en buen estado a los que vienen detrás. 

En segundo lugar, y no menos importante, es que Doñana somos nosotros. Quiero decir, si defendemos a Doñana nos estamos defendiendo nosotros. Si Doñana muere, morimos todos nosotros.

Todo este asunto afecta a cinco pueblos del entorno: Almonte, Bonares, Lucena del Puerto, Moguer y Rociana del Condado, pero todo el protagonismo se está yendo a su pueblo.

Almonte protagoniza todo esto, primero, porque estamos en el corazón de Doñana. Segundo, porque tiene al 65 por ciento de los agricultores en la plataforma, y nuestras son, de las 9.000 hectáreas que se regularización en 2014, unas 6.400.

Entendemos que las empresas no son ONG, quieren beneficios empresariales, pero por supuesto están invirtiendo en la conservación de Doñana, porque ellos saben que Doñana es un recurso, no es algo que nos frene, al contrario; eso la gente tiene que tenerlo ya claro de una vez.

Las empresas reciben llamadas continuas de alemanes, de holandeses, que es gente preocupada por el medio ambiente, que preguntan qué pasa con los cultivos en Almonte o en Doñana

Doñana tiene que ser nuestra, es nuestra imagen de calidad fuera. Y ahora mismo está esta polémica que está perjudicando a la agricultura y a los frutos rojos en Europa, porque en Europa cuando se habla de fresa o de frambuesa o de mora de Doñana. No se sabe si es de Almonte, Lepe, Cartaya, de Isla Cristina, de Rociana o de Bonares.

Tenemos que insistir en que la fruta que sale de Almonte está toda dentro de la legalidad. Nos está perjudicando, las empresas reciben llamadas continuas de alemanes, de holandeses, que es gente preocupada por el medio ambiente, que preguntan qué pasa con los cultivos en Almonte o en Doñana.

¿Qué dicen el resto de pueblos de la comarca?

Lo que sé es lo que hemos hablado en las reuniones que hemos mantenido, pero no puedo ni debo hacer una declaración sobre lo que piensen otros. El papel de los alcaldes y alcaldesas es complicado, porque tienes que estar al lado de las empresas. En otros pueblos, se han llevado mociones de apoyo a la proposición de la Junta pero en Almonte no. Aquí, a propuesta del equipo de Gobierno, se ha aprobado una moción en contra.

¿Ser una alcaldesa de un partido independiente le da una óptica distinta en este tema?

Sí, pero en el equipo de Gobierno está el PSOE, que, independientemente de lo que hayan hecho en Moguer, Rociana, la Diputación de Huelva o en la Junta de Andalucía, en Almonte ha hecho lo que tenía que hacer: estar al lado de los agricultores y por la conservación de Doñana.

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