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El día que Terele Pávez se hizo andaluza

La actriz, durante el homenaje que recibió el festival onubense.

Fermín Cabanillas

El 19 de junio de 2014, una mujer vasca de voz ronca y corazón suave se hizo andaluza. Ese día, Terele Pávez recibió el homenaje del Festival Islantilla Cinefórum, el festival más largo en días de celebración que tiene lugar en España.

Terele acababa de recibir un Goya, la paraban por la calle, llegaba con dificultad al escenario sorteando los cazadores de autógrafos y selfies, pero su fama, en la distancia corta, no le restaba un ápice de naturalidad a una mujer que tuvo que doblar el mapa para recibir un homenaje, en una tierra onubense en la que dejó sólo amigos los días que estuvo presente en su modesto pero consagrado festival.

No es de extrañar que el director del Festival, Esteban Magaz, recuerde la figura de la actriz bilbaína con una frase lapidaria:; Nosotros la homenajeamos, pero ella nos dio el corazón“.

Terele Pávez pasó unos días de descanso/trabajo en Islantilla, alternando su paso con el salón de actos de la Universidad de Huelva, donde recibió el premio “Francisco Elías”, un galardón honorífico instaurado precisamente ese año, para reconocer la dilatada trayectoria profesional de una de las grandes actrices del cine español.

El nombre del premio es un tributo al productor y director de cine onubense nacido en 1890 y autor de la primera película sonora del cine español: “El misterio de la Puerta del Sol” (1929).

Había llegado a la cita con cinco nominaciones a los Premios Goya durante toda su carrera, que se materializaron en una estatuilla por su interpretación en Las brujas de Zugarramurdi, de Alex de la Iglesia.

“Tras la actriz, había una mujer extraordinaria”

Esteban Magaz recuerda que, hace tres años, toda la gente que se encarga de la organización de este festival vivió “unos días inolvidables con Terele en Islantilla, en los que descubrimos que detrás de la grandísima actriz había una mujer extraordinaria”.

“Al poco tiempo de conocernos ya nos habíamos entregado el corazón”, ha enfatizado Esteban Magaz, que recuerda que “hablamos muchísimo de cine, pero sobre todo de la vida”.

Magaz ha concluido recordando que, aquel verano de 2014, “nos abrazó y la abrazamos”, con una frase que define lo que recuerda de ella: “Terele era muy grande”.

Y era grande también en sus planteamientos, porque la primera conversación que tuvo con los periodistas fue para defender la importancia de las artes escénicas y el trabajo que estaba realizando para salir de la crisis, para asegurar que la gente del cine no va a permitir “que se pierda la cultura”.

Así, sostenía que, en medio de la crisis, veía “una fuerza impresionante y un apoyo enorme al cine de gente joven, que se está moviendo como nunca”, de modo que entendía que era muy importante que los actores consagrados apoyasen a los jóvenes cineastas cuando les llamen.

En ese punto, defendía que estaba “todo el mundo intentando hacer cosas, intentando que no se vaya la ilusión ni las ganas”, lamentando especialmente que “en los teatros está todo muy mal, aunque se está intentando hacer de otra manera, ya que por lo menos hay energía y ganas, y si no se puede cobrar más, se hace medio gratis, medio porque hay que comer, pero hay muchas ganas e ilusión entre la gente por salir de esta”.

“Ya que no podemos cambiar las cosas desde arriba, que ni siquiera quiero hablar de ello porque no me compete a mí, como persona y ciudadana estamos intentando que no nos hundamos”, sentenciaba la actriz.

Con 75 años de edad en esos momentos, su ilusión por sus nuevos proyectos era el una actriz nobel que acude a un casting. Llevaba en el bolso los primeros bocetos de 'El Bar', la película que poco después comenzó a rodar dirigida por Álex de la Iglesia.

Hablaba del proyecto con la prudencia de los grandes actores, que nunca dan nada por seguro hasta que suena la claqueta: “Álex tiene varios proyectos ahora mismo, y no sé cual comenzará”. Y lo comenzó, y triunfó, volvió a triunfar, y nunca se olvidó de aquel homenaje que un día de verano le hicieron en Andalucía.

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