Yacimiento 'Los Bañales': 700 universitarios internacionales y más de 70.000 visitas en sus 18 años de investigación arqueológica

Con solo un 2% de su superficie total excavada, Los Bañales es el enclave romano de estas características más visitado de Aragón. Cada año, desde que se retomaran las labores de prospección en 2008, y las de excavación a partir de 2009, el yacimiento ha recibido una media de 4.000 visitas anuales: “Muchos de ellos proceden de diferentes puntos de España, y las visitas se han intensificado especialmente desde la campaña de 2012”, apunta Javier Andreu Pintado, Catedrático de Historia Antigua en la Universidad de Navarra y director científico del Plan de Investigación de Los Bañales.

Entre los futuros profesionales de la arqueología, este yacimiento también es de los más demandados a la hora de conseguir una beca para trabajar en él. “En estos 18 años se han concedido alrededor de 700 becas, de las que han disfrutado estudiantes de algunas de las universidades más prestigiosas del mundo”, explica Javier Andreu. Por el yacimiento han pasado universitarios de Japón, China, Países Bajos, Polonia, Estados Unidos, y de prácticamente todos los países de América Latina.

El 80% del presupuesto con el que cuenta cada año el yacimiento, procedente de diferentes fuentes de financiación: Gobierno de Aragón, Comarca de Cinco Villas y los ayuntamientos de los municipios colindantes a Los Bañales, se invierte en becas, porque “creemos que es fundamental ayudar a crear esa comunidad universitaria que no solo trabaja en el terreno, también aporta valor, conocimiento y se convierte después en prescriptora del yacimiento fuera de nuestras fronteras”, asegura el historiador.

Entre las variables que hacen de Los Bañales un lugar atractivo para los universitarios está su apuesta por la formación integral. A diferencia de lo que sucede en otros yacimientos, en el cincovillés no solo se excava, también se participa en labores de restauración, se hace trabajo de laboratorio y participan en los estudios de investigación, además de conocer el patrimonio y la cultura de la zona fuera de horario lectivo: “Hemos intentado que esta sea una experiencia completa para quien nos visita, que cada estudiante se sienta parte del proyecto y haga suyo el yacimiento”.

Inversiones desiguales y terrenos privados

La investigación arqueológica del yacimiento se retomó en el año 2008, y desde entonces se han puesto al descubierto diferentes espacios que, en su día, integraron el urbanismo de la ciudad cuyo nombre todavía no está claro. Así mismo, se han ido encontrando objetos que formaron parte del día a día de los habitantes de este enclave en el siglo I. Principalmente son piezas cerámicas, algunas de ellas intactas, ya que se trata de una zona que se despobló de manera natural y no sufrió desperfectos más allá de los originados por el paso del tiempo y los expolios que se sucedieron hasta bien entrado el primer cuarto de siglo pasado.

La Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Aragón ha impulsado las diferentes campañas de trabajo que se han llevado a cabo, principalmente, en época estival. Otras entidades, como la Comarca de las Cinco Villas los Ayuntamientos de Uncastillo, Sádaba, Layana y Biota, están también detrás de las diferentes acciones que se han llevado a cabo en estos años con el fin de financiar el plan de investigación, así como de visibilizar el yacimiento.

“Hay interés, pero la inversión es muy desigual cada año”, lamentan los profesionales que forman parte del equipo que dirige el Plan por el que se rige la investigación que se está llevando a cabo en el yacimiento. La inversión máxima con la que han contado en un ejercicio anual ha sido de 36.500 euros, y la más baja: “La de este año, con 8.000 euros”, apunta Javier Andreu.

Aun así, con 520 participantes, la cifra de visitantes a la Jornada de puertas abiertas celebrada el domingo 27 de julio, que cerró la campaña de trabajo de este verano, ha vuelto a aumentar este año: “Lo que significa que la gente tiene interés en conocer lo que se está haciendo aquí”. También las becas se han intentado mantener, “pero hemos tenido que pasar de las 30 que se concedían en campañas anteriores a únicamente 10 en este año, y con mucho esfuerzo”, lamenta el catedrático.

Se calcula que la ciudad sin nombre, a la que hoy nos referimos como yacimiento de Los Bañales, ocupó una superficie aproximada de 20 hectáreas. Sin embargo, solo se ha excavado una hectárea porque el yacimiento se encuentra sobre terrenos de propiedad privada. “Vivimos de la autorización para excavar que cada año nos firma, en este caso, Miguel Oloriz, propietario de la zona en la que hemos excavado y que yo he llegado a ver cultivada”, apunta Javier Andreu que, subraya la importancia de “avanzar en la compra de los terrenos por parte de la administración”.

Si bien el equipo de profesionales que trabaja en Los Bañales reconoce que “no es necesario excavarlo todo”, sí que consideran interesante seguir haciendo prospecciones geomagnéticas y sondeos para tener conocimiento de lo hay bajo tierra, así como trabajar de manera unificada en puntos concretos como el barrio artesanal donde se localizarían los comerciantes y artesanos. Estos enclaves podrían aportar información de valor sobre cómo vivían sus habitantes y sobre la organización de la propia ciudad: la conexión entre sí de los espacios y los edificios de la zona pública como el foro, las termas y estos barrios comerciales, entre otros.

Una ciudad que se descubre bajo el polvo

Las 20 hectáreas enmarcadas entre la ladera sur del cerro de El Pueyo y el montículo de El Huso y La Rueca, en el término municipal de Uncastillo, componen un territorio amplio en el que, de manera diseminada, se han ido encontrando diferentes infraestructuras directamente relacionadas con la que fuera una ciudad romana de tamaño mediano, pero “muy monumental”, quizás para que sirviera como espejo en esta zona del esplendor del que gozaba la Roma de origen.

Más allá de las termas, el foro, las viviendas de El Pueyo o la reconocible calle porticada, zonas excavadas en distintas fases a lo largo de la historia de este yacimiento, Los Bañales conservan otras infraestructuras de interés que han ayudado a los investigadores a recomponer el mapa urbano, social y político de este enclave.

Algunos pilares han sobrevivido como testigos de un acueducto con el que se solventaría parte del sistema de suministro de agua a la planicie, entre las cuencas de los ríos Arba de Luesia y Riguel. Salvaba un desnivel de 350 metros y se conservan 32 de los más de 70 pilares que se supone que debió tener. Una obra referente debido a su sistema de construcción, además de ser uno de los más antiguos acueductos romanos que tenemos en Hispania, fechado entre el 9 y el 3 a. C.

A poco más de dos kilómetros del yacimiento, en el término municipal de Biota, se encuentra la presa, que con un muro de 53 metros de largo y aproximadamente tres metros de altura pudo contener unos 30.000 m³ de agua. La procedencia del caudal todavía no se ha podido confirmar, aunque la tradición oral apunta que llegaba desde la Fuente del Diablo de Malpica de Arba.

Aunque todavía no se ha excavado en la zona, la ciudad romana tuvo una necrópolis. Lo certifican algunas estelas encontradas, además de otros monumentos funerarios propios de aquella época como las 'cupae'. Dos monumentos funerarios destacan fuera de la necrópolis: el Mausoleo de los Atilios y el Mausoleo de la Sinagoga de Sádaba, ambos vinculados a posibles villas ubicadas fuera de la ciudad y pertenecientes a la élite de aquella época.

Los Bañales, donde las nuevas tecnologías se alían con Roma

Gracias a los datos y la información que se ha ido recogiendo en las diferentes fases de excavación en el yacimiento, se han puesto en marcha distintas iniciativas encaminadas a visibilizarlo entre la ciudadanía. Un ejemplo es el centro de interpretación sobre el paisaje rural romano llamado De Agri Cultura. Inaugurado en 2013 y ubicado en el torreón medieval del siglo XI que preside el caserío del municipio de Layana, este museo es un espacio domotizado que permite al visitante hacerse una idea de los sistemas productivos, de la vida económica y de la sociedad campesina de la época romana en el entorno de Los Bañales.

Además, desde 2015, cuenta con un Museo Virtual alojado en la plataforma Sketchfab que recoge los trabajos de digitalización en 3D de todo tipo de material arqueológico, desde estructuras hasta objetos de la cultura material, no solo procedente de Los Bañales sino también de otros enclaves arqueológicos de la comarca de las Cinco Villas.

El yacimiento de Los Bañales fue el primero de Aragón que, en 2018, puso a disposición del público una aplicación para móviles y tabletas Android que permite a quién se acerque hasta él conocerlo apoyándose en materiales multimedia como audioguías, recreaciones virtuales o videos en 3D. Esta iniciativa, al igual que el Museo Virtual se encuentran en constante actualización, ya que se van sumando los nuevos hallazgos de las campañas, así como partes del yacimiento en posteriores ampliaciones.

El equipo de dirección del Plan de Los Bañales está liderado por el historiador Javier Andreu Pintado, la directora técnica es la arqueóloga María García-Barberena que sustituya a Juan José Bienes, y un equipo de restauración compuesto en este momento por Sonia Lafuente, Alba Pérez y Julia Vivet. Los alumnos de doctorado Javier Larequi, Javier Martínez Sarasate, Luka García, así como otros anteriormente, han realizado una labor fundamental para el proyecto, ya que con sus becas de investigación pueden aportar información, además de que colaboran, dinamizan y difunden los trabajos liderando parte de la labor formativa que se desarrolla en el yacimiento durante las campañas estivales.