Operación Salvador, discreta y ruidosa

La operación Salvador Illa ha sido discreta y a la vez ruidosa. Discreta porque, además del presidente, Pedro Sánchez, y del propio afectado, solo otros dos de los 23 miembros del Gobierno –la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, y este en su condición de secretario de Organización del PSOE– la conocían antes de que se anunciara el pasado 30 de diciembre. Ruidosa porque Moncloa había dejado una pista clamorosa muchos días antes en un organismo oficial y a la vista de todo el mundo. El Barómetro del CIS de diciembre, que se publicó el lunes 21 de ese mes, era un estudio muy especial. Añadía a las casi 3.000 entrevistas habituales unas 1.000 más en Cataluña para investigar las tendencias electorales de cara a las autonómicas catalanas previstas para el próximo 14 de febrero. Entre las preguntas en esta submuestra catalana, había una sobre valoración de líderes políticos ciertamente muy llamativa, porque a los Oriol Junqueras, Carles Puigdemont, Quim Torra, Pere Aragonés, Carlos Carrizosa, Marta Rovira o Miquel Iceta –éste, el líder orgánico del PSC, la marca de los socialistas catalanes– se les añadía el nombre de Salvador Illa. Otra pregunta indagaba incluso sobre a quién de los mencionados –incluido Illa– prefería el encuestado como president de la Generalitat. 

El trabajo de campo de ese estudio del CIS se hizo del 1 al 9 de diciembre. El cuestionario se elaboró en noviembre. El CIS es un organismo dependiente del Ministerio de Presidencia, cuya titular es Carmen Calvo. Luego Moncloa pensaba y barajaba la candidatura de Illa a la Generalitat desde hace bastante más de un mes. No se ha improvisado. Sánchez y el propio Iceta hablaron de esa opción también en noviembre.

La discreción dentro del Gobierno sobre la Operación Salvador tenía otro motivo. Se quería evitar que el movimiento generara nuevas tensiones que se sumaran a las muchas de las últimas semanas en el Gobierno de coalición –el rey, el SMI, las pensiones...– y también que el líder del partido minoritario de la coalición, Pablo Iglesias, quisiera aprovechar la circunstancia para hacer algún retoque o remodelación en su zona de influencia o para revisar algunos detalles del acuerdo entre los dos coaligados. En lo primero, cambiar a Manuel Castells en el Ministerio de Universidades, por ejemplo. En lo segundo, reivindicar para el Ministerio de Igualdad de Irene Montero, también por ejemplo, alguna competencia que ahora está en carteras en manos de ministros de la cuota PSOE... 

Al ruido previo del CIS sobre la Operación Salvador se le ha sumado sobre la marcha otro ruido: pocas horas después de hacerse pública su candidatura a la Generalitat se filtraba que en Sanidad lo sustituiría la hasta ahora titular de Política Territorial y Administraciones Públicas, Carolina Darias, y a esta en su actual departamento Miquel Iceta, el desplazado por Illa en Cataluña. Y que la remodelación de Gobierno acabaría ahí, no incluiría más cambios; ni en la cuota PSOE ni en la cuota Unidas Podemos. Casi una semana después, esa sigue siendo la hipótesis más plausible. Pero hay que recordar que las remodelaciones de Gobierno –y más si es de coalición– se sabe cómo empiezan, pero no siempre cómo acaban, y que hasta que los nombres salen en el BOE nada es seguro ni definitivo. La intención inicial era mantener a Illa en Sanidad hasta bien entrada la segunda quincena de enero, quizás para darle tiempo a que las vacunaciones de la COVID–19 se desplegaran por completo. Pero es probable que el relevo se adelante a mediados de mes. Cuantos menos días con la remodelación de Gobierno pendiente, menos especulaciones sobre el mapa final.

Discreción y ruidos aparte, en la parte socialista del Gobierno esperan que la Operación Salvador salga bien. Con Iceta de candidato, el PSC tenía una expectativa de lograr hasta 25 escaños en el Parlament catalán, en el que ahora tiene 17 y es la cuarta fuerza. Con Illa –que salía como el segundo político mejor valorado en el estudio del CIS antes referido, solo superado por Junqueras– consideran que pueden beneficiarse aún más del previsible hundimiento de Ciudadanos y acercarse a los 30 escaños, y que pueden ser el segundo partido en votos, solo superados por ERC y por delante de JxCat. ¿Para formar un Govern tripartito con ERC y En Comú Podem, si la suma lo permite? A ya menos de seis semanas de las urnas catalanas, se desmiente tal hipótesis en las filas socialistas –y en las de ERC también–. Pero también se negaba hace apenas una semana que Salvador Illa fuera a ser el candidato socialista a presidir la Generalitat...