Álvaro Queipo, presidente del PP en Asturias: “El cambio de ciclo en España está claro, pero Sánchez lo bloquea”
Si tuviera que elegir un adjetivo que lo defina, Álvaro Queipo (Castropol, 1988) elegiría el de moderado. Dice que “los nuevos punkies, la nueva rebeldía es ser moderado” y que él siempre lo ha sido. Ingeniero de formación, afiliado al Partido Popular desde los 18 años y candidato “seguro” a las próximas elecciones autonómicas como cabeza de lista de los populares en Asturias, presiente que los vientos soplan a favor del cambio y considera que los resultados de las elecciones en Extremadura avalan esa percepción.
Falante, asturiano con raíces familiares en Cangas del Narcea y Cangas de Onís, pasó por la política municipal como concejal durante años y siempre tuvo claro que quería dedicarse a ella, algo que defiende como un acto de servicio público. Queipo responde a elDiario.es Asturias y analiza el proyecto de futuro que el PP plantea para la comunidad, al tiempo que apela a la necesidad de una regeneración en el poder incluso “por higiene democrática”.
Podría hacer la entrevista en fala —su lengua materna, la que utiliza cuando regresa a casa en el poco tiempo libre que tiene—, pero en su vocación por entenderse y hacerse entender opta por el castellano. Aspira a gobernar en solitario, sin ataduras con Vox, un partido con el que no acaba de sentirse cómodo y con él quiere marcar distancias.
Después de los resultados en Extremadura, ¿cree que son un síntoma de cambio de ciclo en clave nacional?
Yo creo que el cambio de ciclo en la política nacional está asegurado desde hace muchos meses. No solamente por el hecho de que María Guardiola tuviese un resultado excepcionalmente bueno en Extremadura. Yo creo que ya hace mucho tiempo que lo que todos percibimos, y lo que las encuestas nos van diciendo también, que es importante, es que en España hay unas ganas crecientes de cambio y que la gente quiere votar, que es lo que nosotros llevamos diciendo hace ya mucho tiempo. La mayoría parlamentaria que sostenía Pedro Sánchez ya no existe, y la prueba de ello es que es incapaz de sacar adelante unos Presupuestos Generales del Estado; de hecho, no ha sacado ninguno en esta legislatura. Que hay un cambio de ciclo en España hace mucho tiempo que está claro, pero hay una persona que está robándonos la oportunidad de que eso sea así, y esa persona es Pedro Sánchez.
Entiendo que lo dice porque cree que Pedro Sánchez tendría que convocar elecciones.
Creo que sí, creo debería convocar elecciones desde el mismo momento en que se comprobó que esa mayoría parlamentaria de la que presumía ha desaparecido y desde el momento en que este gobierno es incapaz de sacar adelante ningún tipo de propuesta legislativa y, más importante todavía, unos Presupuestos Generales del Estado; creo que en ese mismo momento debería haber convocado elecciones.
Yo aspiro a gobernar en solitario; no lo oculto ni lo he ocultado nunca. También es un riesgo decir esto en estos momentos que estamos viviendo
Los resultados de Extremadura y lo que apuntan las encuestas respecto a lo que puede ocurrir en Aragón y Castilla y León es que las mayorías se van a tener que conformar entre PP y Vox. ¿Eso puede suceder en Asturias? ¿Cómo lo valora?
Yo no quisiera adelantar ningún resultado. En Asturias hay una clarísima tendencia de cambio, de que la gente quiere que haya un cambio en Asturias. Incluso esa persona que ha votado al Partido Socialista en alguna ocasión sabe que, por higiene democrática, es bueno que haya una alternancia en el gobierno después de casi 40 años ininterrumpidos. Nosotros lo que tenemos que hacer es presentar esa alternativa para que la gente sepa que hay otra Asturias posible y otro futuro para Asturias que se puede construir. Yo aspiro a gobernar en solitario; no lo oculto ni lo he ocultado nunca. También es un riesgo decir esto en estos momentos que estamos viviendo, pero creo que se puede construir un gobierno en Asturias del Partido Popular y, evidentemente, será con la fuerza que la gente quiere que tenga, si es una mayoría absoluta o es una mayoría a secas. En cualquier caso, también es cierto que el sistema que nos brinda el Estatuto de Autonomía aquí en Asturias permite que pueda haber gobiernos en minoría con más facilidad. Todas las alternativas están abiertas. Lo que tenemos que hacer es centrarnos en presentar esa alternativa a Asturias, porque lo necesita. Creo que los asturianos necesitamos tener esa alternativa y saber que, cuando llegue el momento, se puede construir un gobierno distinto.
Podemos escribir un futuro alternativo. Cuando llegue el momento, negociaremos con todo el mundo; yo no voy a excluir a nadie en ninguna negociación, pero claro, no puedo adelantar nada porque no sé cómo va a quedar el tablero
¿ Pero el Partido Popular de Asturias tiene líneas rojas si tuviera que pactar con Vox?
Yo lo que tengo claro es que no voy a pactar con el Partido Socialista en absolutamente nada. A esta comunidad autónoma le vendría muy bien ese soplo de aire fresco, esa posibilidad de cambiar el sentido de las políticas, de cuarenta años en esta inercia que parece no terminar, esa sensación de que el futuro está escrito y de que no hay forma de salir de él. Podemos escribir un futuro alternativo. Cuando llegue el momento, negociaremos con todo el mundo; yo no voy a excluir a nadie en ninguna negociación, pero claro, no puedo adelantar nada porque no sé cómo va a quedar el tablero.
En el caso de Foro Asturias, ¿incluye de alguna manera absorber, vía coalición o vía pacto preelectoral, el voto de Foro Asturias para consolidar a la derecha?
El caso de Foro Asturias es particular, porque Foro Asturias es claramente un partido que surgió por una escisión del Partido Popular en el año 2010-2011. A raíz de aquello, Foro Asturias, con su propia coalición, generó un espacio propio político que todavía hoy está muy presente en Asturias, especialmente en algunos lugares como Gijón. Estamos hablando de un partido que es un partido hermano, que coincide en el 98 por ciento con los posicionamientos, tanto ideológicos como programáticos, con el Partido Popular. Creo que sería muy interesante que pudiéramos explorar cualquier vía de colaboración, como ya estamos haciendo. En esta legislatura hemos firmado un acuerdo de colaboración parlamentaria que está dando frutos y que creo que es muy interesante, porque nos permite intercambiar información y trabajar conjuntamente con un partido con el que, además, estamos cogobernando, por ejemplo, en la ciudad de Gijón. Me parece que es así como se construye política útil, que es aunando posturas, poniendo en común puntos de vista y luego aportando soluciones y posicionamientos políticos para todos los asturianos.
Vox tiene unos fundamentos bastante cambiantes y es cierto que a mí me sorprende que, en algunas ocasiones, cuando estamos hablando de fiscalizar a un gobierno, que es un gobierno del PSOE e IU en Asturias, yo a veces me sorprendo escuchando a representantes de Vox porque centran sus ataques y sus críticas sobre el PP, cosa que no puedo entender
¿Dice que hay un porcentaje del 98 por ciento que comparten con Foro Asturias, se atreve a decir qué porcentaje comparten con Vox en Asturias?
Pues es difícil, y lo digo con sinceridad, porque Vox tiene unos fundamentos bastante cambiantes y es cierto que a mí me sorprende que, en algunas ocasiones, cuando estamos hablando de fiscalizar a un gobierno, que es un gobierno del PSOE e IU en Asturias, me sorprendo escuchando a representantes de Vox porque centran sus ataques y sus críticas sobre el PP, cosa que no puedo entender. Creo que deberíamos tener todos claro cuál el adversario político y cuál es nuestra labor parlamentaria, que es fiscalizar a quien gobierna. Eso tendrán que explicarlo las personas que se dedican a hacer de portavoces de Vox. Desconozco cuál es el porcentaje. Lo que sí puedo decir es que creo que todos deberíamos hacer un esfuerzo por poner posturas en común, y hablo de todo el arco parlamentario, para poner sobre la mesa soluciones que interesen a Asturias y a los asturianos. Y, si hay voluntad de acuerdo, de diálogo, si de verdad podemos volver a cierto espíritu de la Transición, pues los porcentajes que tenemos en común unos y otros se agrandarán.
Ese espíritu de la Transición que ensalzó el rey en su discurso de Nochebuena. ¿Lo vio? ¿Qué conclusiones sacó?
Estoy totalmente de acuerdo con su discurso. Lo vi en mi casa, con mis abuelos en Cangas de Onís, justo antes de empezar a cenar; siempre lo vemos
Tenemos que abandonar la política de la confrontación y volver a una política del diálogo y de la puesta en común para trabajar en conjunto por la sociedad española. ¿Quién está rompiendo eso? Yo particularmente creo que el primero que lo incumple es Pedro Sánchez
¿Y qué partido o partidos cree que incumplen ese espíritu del entendimiento al que aludió Felipe Vl?
Con el discurso del rey no me gusta jugar a hacer lecturas más allá de lo que el propio Felipe VI ha dicho. El discurso llega hasta donde él quiere exactamente que llegue, y después cada uno tendrá que interpretar para sí qué parte le toca. Yo no voy a decir a quién creo que se señalaba con esas palabras, lo que sí sé es qué se decía con ellas. Y lo que se decía es que tenemos que abandonar la política de la confrontación y volver a una política del diálogo y de la puesta en común para trabajar en conjunto por la sociedad española. ¿Quién está rompiendo eso? Yo particularmente creo que el primero que lo incumple es Pedro Sánchez y el Partido Socialista que está en torno a Pedro Sánchez, que es quien ha dicho de forma expresa que quería construir muros entre españoles.
¿Ha felicitado la Navidad a Fejióo?
Pues sí.
¿Y a Ayuso?
También.
¿Y a Barbón?
No, no tuve la ocasión de verle.
¿Va a ser Álvaro Queipo el candidato del PP en las próximas elecciones regionales en Asturias? Siempre pulula la duda sobre usted.
Para desgracia del PSOE, sí.
No nos queda ninguna duda, ¿no?
Ninguna. Yo creo que a Adrián Barbón le gustaría que el Partido Popular, de alguna manera, llegase a las elecciones lo más débil posible, lo más roto o fracturado. Yo lo entiendo, me parece muy bien como planteamiento político desde el Partido Socialista; lo puedo incluso entender, pero eso no va a pasar. Hemos hecho un esfuerzo desde que yo soy presidente del partido, porque el partido estuviese no solo preparado para hacer una buena campaña electoral —que no se trata solo de eso—, se trata de estar preparados para ser la alternativa en Asturias, y eso pasa por fortalecer el partido y porque todos tengamos claro una filosofía: la de que estamos aquí para trabajar por los vecinos de cada municipio y del conjunto de los asturianos. Esa filosofía está más que asumida en el Partido Popular; fruto de ello es que yo haya sido ratificado como candidato, y vamos a ganar.
En los anteriores comicios cuando se optó por presentar a Diego Canga, no se qué análisis hace usted, pero los resultados no fueron los esperados. ¿No se repetirá esa estrategia con usted?
Somos perfiles muy distintos, evidentemente. Yo me afilié con 18 años al Partido Popular. Creo que la política es vocacional y, por tanto, yo, en cuanto empecé a estudiar la carrera de ingeniero, en paralelo me afilié al partido y colaboré de forma altruista durante muchos años, tanto como afiliado como también como concejal nueve años en Castropol, mi pueblo.
Tengo un bagaje y una experiencia dentro del Partido Popular que creo que puedo decir con mucho orgullo que conozco bien el Partido Popular de Asturias y que sé perfectamente qué teclas hay que tocar para que toda esta maquinaria esté a disposición de los asturianos y funcione bien
Quiero recalcar también que lo hice de forma altruista, porque es importante que se sepa que la gran mayoría de las personas que se dedican a la política lo hacen sin cobrar ni un solo euro. Y lo hacen porque creen en lo que defienden y creen en lo que hacen. Yo tengo decenas, centenares de compañeros por toda Asturias que están dedicando su tiempo libre, su esfuerzo y también su sacrificio —también sujetos a críticas, que eso no hay que olvidarlo— y lo hacen independientemente, sin recibir nada económico a cambio.
Me gusta recalcarlo porque muchas veces se hace una lectura de la política muy errónea, muy injusta también. Y, efectivamente, tengo un bagaje y una experiencia dentro del Partido Popular que creo que puedo decir con mucho orgullo que conozco bien el PP de Asturias y que sé perfectamente qué teclas hay que tocar para que toda esta maquinaria esté a disposición de los asturianos y funcione bien.
Si mañana ganase el PP en Asturias, ¿cuál sería la primera medida que pondría sobre la mesa?
Serían varias cosas las que habría que tocar de forma urgente. La primera sería una reducción del tamaño del gobierno, para hacerlo más eficiente, para ahorrar en gastos a los asturianos y para que trabajase mejor. La segunda sería una reducción de la administración pública en cuanto a los entes públicos del Principado de Asturias; es decir, empresas públicas, entes que controla el Principado de Asturias en las que estamos invirtiendo o dedicando más de 700 millones de euros y que tienen una fiscalidad más que —vamos a decirlo— complicada. Creo que ahí hay que hacer un esfuerzo grande y lo vamos a hacer, porque Asturias necesita poder tener el máximo número de recursos disponibles para hacer lo que hay que hacer, y necesitamos que la administración pierda el peso que tiene que perder.
Y, por último, hay que hacer una reforma fiscal en profundidad. Nosotros tenemos una reforma fiscal para aplicar en cuatro años, que tocaría cinco impuestos, y lo hacemos pensando, sobre todo, en igualarnos a los territorios vecinos. Asturias tiene un problema que es especialmente grave en cuanto a competitividad, que es que los territorios vecinos, gobernados por el Partido Popular, han ido haciendo sus deberes y, por tanto, han ido preparando su escenario, su ecosistema fiscal, para que sus comunidades sean más dinámicas. Y Asturias no lo ha hecho; somos una isla fiscal. Nosotros nos estamos quedando atrás y llevamos así cuarenta años. Necesitamos una reforma fiscal que sea valiente, que genere riqueza y empleo, que dinamice la sociedad y que no por ello ponga en riesgo, en absoluto, ninguno de los servicios básicos —y estamos todos pensando en sanidad, educación y servicios sociales; eso para mí es sagrado e intocable—, pero se pueden hacer muchas reformas para que, exprimiendo menos a los asturianos, Asturias recaude más.
Tendremos unas arcas públicas saneadas con capacidad para tener unos presupuestos que respalden las necesidades de los servicios públicos, pero no estaremos exprimiendo a los de siempre
¿Qué impuestos concretos tocaría?
Nosotros tocaríamos el IRPF sin lugar a dudas, como ya hemos planteado, y por eso estamos en contra de lo que ha hecho el Gobierno este año. Haríamos una rebaja en los primeros tramos del IRPF y, además, haríamos una compensación directa sobre el efecto de la inflación; es decir, lo que aumenta el coste de la vida para la gente y que, además, está haciendo que se les cobren más impuestos injustamente, sin que tengan más capacidad económica. Sobre el IRPF, actuaríamos seguro.
También haríamos una reforma sobre sucesiones y donaciones para purificarlo al máximo posible en cuanto a padres y abuelos, y para otros grupos, entre tíos y sobrinos, por ejemplo. Podríamos tocar también transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados. Queremos aligerar la carga fiscal sobre la compra de vivienda habitual, especialmente pensando en jóvenes, familias numerosas, mujeres víctimas de violencia de género y en municipios con riesgo de despoblación. Además, habría que revisar el impuesto de patrimonio para incentivar el ahorro, y hay un impuesto —el impuesto de actividades económicas— que actualmente recauda poco en Asturias, pero que es una especie de vestigio del pasado, y ahí se podría hacer un esfuerzo que sería muy beneficioso para el empresario asturiano.
Todo esto se aplicaría a lo largo de una legislatura de manera progresiva y quirúrgica, para aliviar la carga fiscal sin perder capacidad presupuestaria. Andalucía lleva varias rebajas de impuestos y no por ello ha perdido ni un ápice de su capacidad inversora en servicios públicos; o en Cantabria, donde se aplicaron rebajas fiscales y en este mismo ejercicio fueron capaces de recaudar más que el año anterior. La gente lo entiende muy bien: si la economía va mejor, si hay economía sumergida que aflora y comienza a estar sujeta a impuestos, si tenemos más dinamismo en la economía sin que cada uno tenga que pagar más, tendremos unas arcas públicas saneadas con capacidad para tener unos presupuestos que respalden las necesidades de los servicios públicos, pero no estaremos exprimiendo a los de siempre: a la clase media, a los autónomos, a los trabajadores, al emprendedor, como está pasando en Asturias de forma injusta
Habla de favorecer el acceso a la vivienda reduciendo impuestos patrimoniales. ¿Qué hacemos con la gente que no puede acceder a un hogar ya sea en propiedad o en alquiler?
La mejor propuesta es que haya vivienda. No se puede hacer una política de vivienda en la que la vivienda sea un bien escaso, porque eso encarece los precios. Y no sirve de nada tasar el precio del alquiler. Eso es un error, porque cuando tú quieres tasar el alquiler en un municipio de forma forzada, lo que estás consiguiendo es que en municipios cercanos aumente el precio y volvamos a la misma situación. No se puede someter al mercado de esa manera, porque no funciona; es un error y, además, desincentiva que el propietario ponga en alquiler un bien que es suyo.
¿La solución más efectiva y la que nosotros pondríamos en marcha? Es más vivienda. Hay que construir más vivienda, poner suelo a disposición y hacerlo de manera que los incentivos fiscales hagan que la compra sea interesante y no suponga un coste extra en impuestos. Por ejemplo, los jóvenes que compren su vivienda habitual hasta 150.000 euros pagarían cero euros de impuestos; ahora mismo pagarían más de 4.000 euros, y no todo el mundo tiene esa capacidad de ahorro. Vamos a poner facilidades. La vivienda no la construyen los poderes públicos, la construye el sector privado; el Principado ni es una constructora ni una promotora, esto tiene que hacerlo quien sabe, y lo que hay que incentivar es que, con todos los controles medioambientales y urbanísticos, haya más vivienda en el mercado; es la única manera de que sea más barata.
Yo creo que a la gente no hay que obligarla a hacer nada, y aquí es donde estoy en absoluto desacuerdo con la política de vivienda de Izquierda Unida, que pretende teledirigir lo que la gente tiene que hacer con sus propiedades. Ya no hablemos de las expropiaciones, que alguna vez han acariciado la idea de hacer expropiaciones de segundas o terceras viviendas
¿Eso no puede llevar a un riesgo de burbuja como pasó en la crisis de 2007-2008?
No. La burbuja de 2007-2008 fue bancaria, de créditos y de hipotecas. No hay riesgo ninguno en que el mercado de la vivienda aumente. Lo que hay es una carencia tan evidente que provoca la subida de precios exponencialmente.La mejor manera no es forzar al mercado con grilletes como quiere hacer Izquierda Unida, que pretende someter a todo el mercado económico y pervertir la oferta y la demanda. La única manera es que la vivienda deje de ser un bien exclusivo para ser un bien habitual y a disposición y que recupere un precio razonable. Además, así fomentariamos la vivienda en propiedad, que es algo que hay que fomentar y que es algo de lo que el PSOE e IU no quieren hablar.
¿No cree que en ese aumento desmesurado del precio del alquiler ha tenido mucho que ver la proliferación de los alquileres turísticos?
Claro, todo repercute en el precio de la vivienda. Pero es que la gente tiene derecho a hacer con sus bienes lo que estime oportuno; eso es la base de este debate. Yo creo que a la gente no hay que obligarla a hacer nada, y aquí es donde estoy en absoluto desacuerdo con la política de vivienda de Izquierda Unida, que pretende teledirigir lo que la gente tiene que hacer con sus propiedades. Ya no hablemos de las expropiaciones, que alguna vez han acariciado la idea de hacer expropiaciones de segundas o terceras viviendas. Lo que tenemos que hacer es que haya más inmuebles para tener acceso a ellos a un precio razonable.
Las viviendas turísticas también tienen un aspecto positivo: muchos edificios históricos, que tienen un precio inabordable para una vivienda habitual, se han rehabilitado y mejora el aspecto de las ciudades. Lo importante es el equilibrio.
Yo no estoy diciendo con esto que tenga que venir la ley de la selva: el mercado necesita una regulación, y lo digo con toda la responsabilidad. Lo que no se puede hacer es intentar doblegar al propietario para que tenga que hacer con su propiedad lo que el gobierno quiera; cada uno que haga lo que le permita la ley
La propuesta de un futuro gobierno del PP sería, entonces, una desregulación a lo aprobado por el gobierno actual del PSOE e IU...
No necesariamente; nosotros lo que planteamos es que no haya una sobreregulación. Yo no estoy diciendo con esto que tenga que venir la ley de la selva: el mercado necesita una regulación, y lo digo con toda la responsabilidad. Lo que no se puede hacer es intentar doblegar al propietario para que tenga que hacer con su propiedad lo que el gobierno quiera; cada uno que haga lo que le permita la ley. Pero lo que no vamos a hacer es tasar el precio del alquiler o decilre al propietario que no ponga su casa como de uso turístico.
Ahora bien, medidas correctivas como las aplicadas en Gijón, donde ante un boom de viviendas de uso turístico se hizo una moratoria para estudiar el asunto y que no siguiese creciendo el problema, me parecen razonables. Es el equilibrio es lo que hay que buscar.
No dificultemos la labor del ganadero y favorezcamos que, incluso en el pueblo más recóndito de Asturias, haya explotaciones que sean punteras desde el punto de vista tecnológico
Usted es de un municipio en grave riesgo de despoblación y ha manifestado en muchas ocasiones su preocupación por el vaciamiento de los pueblos. ¿Qué propone para combatirlo?
La gente vive donde hay trabajo; eso es lo único que funciona de forma real. Lo que tengo claro es que no basta una política única para frenar el despoblamiento. La gente se asienta y construye su proyecto de vida allí donde hay trabajo.
¿Qué es lo que tenemos que hacer? Facilitar que haya más puestos de trabajo y, sobre todo, no perjudicar a los que ya están desarrollando su labor en esas zonas. Pienso en autónomos, todo tipo de servicios, y estoy pensando en la ganadería, que es la que, de forma sustancial, atrae y retiene población en los pueblos más pequeños de Asturias. No dificultemos la labor del ganadero y favorezcamos que, incluso en el pueblo más recóndito de Asturias, haya explotaciones que sean punteras desde el punto de vista tecnológico. Y para eso necesitamos que la administración acompañe al ganadero en esas políticas, por ejemplo con planes de mejora que llevan paralizados durante años; hay decenas de millones de euros para modernización de explotaciones que no se han invertido.
Además, hay que abordar el problema del lobo en ganadería extensiva, clave para mantener población en zonas alejadas de las ciudades. No pongamos palos en las ruedas; facilitemos la labor. Se pueden complementar estas políticas con medidas fiscales, como liberar impuestos para la compra de vivienda habitual en zonas de despoblación, pues sería muy interesante.
Dice Xosé Riaño, presidente de la Academia de la Llingua que le consta que usted tiene una gran sensibilidad hacia el asturiano y el gallego asturiano (lengua que habla en su Castropol natal), ¿estaría dispuesto a apoyar una oficialidad?
Con Riaño tengo conversaciones muy a menudo y le tengo un enorme aprecio. Creo que es una persona que le viene muy bien al asturianismo y al movimiento por la oficialidad, que evidentemente yo respeto y que tienen todo el derecho del mundo a hacer el planteamiento que hacen. Riaño es una persona que es capaz de dialogar con unos y con otros, nunca me he sentido vetado ni juzgado por mis opiniones o mis planteamientos políticos. Yo tengo un posicionamiento, él tiene otro y buscamos puntos en común en beneficio del conjunto de la sociedad. Yo creo que con las lenguas asturianas no se puede frivolizar, son un patrimonio inmaterial que pertenecen a todos los asturianos, incluso aunque no sean falantes.
Cuando hubo un parlamento en el que había supuestamente una mayoría para llevar a cabo una oficialidad, no se hizo el planteamiento parlamentario, pero en esta legislatura que no existe esa mayoría se trae la oficialidad a votación lo que se quiere hacer con eso es dividir, enfangar y eso es lo más criticable de la política de Adrián Barbón. Yo es no lo voy a hacer
En este asunto la postura de Vox es completamente antagónica a la suya, ellos niegan que existan estas lenguas, dicen que son inventadas.
Claro, es muy diferente sí, y me alegro de que haga el apunte porque la postura es sustancialmente distinta. Me explico: al final lo que no se puede perder bajo ningún concepto es la convivencia y por eso critico a Adrián Barbón y al PSOE porque lo que han hecho con las lenguas asturianas es utilizarlas como arma arrojadiza para dividir. Cuando hubo un parlamento en el que había supuestamente una mayoría para llevar a cabo una oficialidad, no se hizo el planteamiento parlamentario, pero en esta legislatura que no existe esa mayoría se trae la oficialidad a votación lo que se quiere hacer con eso es dividir, enfangar y eso es lo más criticable de la política de Adrián Barbón. Utilizan un patrimonio inmaterial de todos los asturianos sin excepción, sean falantes o no, defensores de la oficialidad o no, para dividirnos entre nosotros. Yo eso no lo voy a hacer.
Todas las personas con las que he hablado —tanto defensores como críticos de la oficialidad, incluyendo expertos jurídicos— coinciden en que implicaría que el asturiano se convierta en lengua vehicular en la educación, algo con lo que no estoy de acuerdo y lo digo con toda claridad
¿Y la oficialidad?, ¿Qué hacemos?
No soy partidario de la oficialidad porque implica obligaciones que, a día de hoy, nadie ha conseguido demostrarme lo contrario. Todas las personas con las que he hablado —tanto defensores como críticos de la oficialidad, incluyendo expertos jurídicos— coinciden en que implicaría que el asturiano se convierta en lengua vehicular en la educación, algo con lo que no estoy de acuerdo y lo digo con toda claridad. ¿Con qué estoy de acuerdo yo? Sabiendo que las lenguas asturianas son patrimonio de todos los asturianos, que hay que defenderlas, promocionarlas y que hay que conservarlas a toda costa, yo estoy de acuerdo con las políticas de promoción, para que dentro de la libertad de cada uno de forma absolutamente voluntaria se puedan aprender, y todo esto es posible gracias a una ley del Partido Popular, promovida por Sergio Marqués en 1998, que regula el uso y la promoción del asturiano (por cierto la única ley que se aprobado en este sentido y hemos tenido muchos gobiernos del PSOE), que posibilita que el asturiano pueda seguir hoy vivo y que sea una lengua que pueda aprender quien quiera. Es una ley perfecta, equilibradísima.
Bonificaré el 100 por ciento del peaje en cuanto lleguemos al gobierno. Me muestro satisfecho y totalmente confiado en que así será. Lo que está claro es que este gobierno no lo va a hacer.
Si gobierna el PP en Asturias si es usted el próximo presidente de Asturias, ¿se compromete a tumbar el peaje de la autopista del Huerna?
El peaje del Huerna depende exclusivamente del Ministerio de Transportes. Yo tengo la satisfacción de haberlo hablado con Alberto Núñez Freijóo, próximo presidente del Gobierno de España, sobre esta materia, y él tiene el compromiso de bonificar el 100 por ciento del peaje en cuanto lleguemos al gobierno. Me muestro satisfecho y totalmente confiado en que así será. Lo que está claro es que este gobierno no lo va a hacer. Aprovecho para expresar mi más rotunda queja ante el comportamiento totalmente “matonil” y de desprecio que tuvo el ministro Oscar Puente con Asturias. Creo que, más allá de que pueda o no, quiera o no, todo se puede dialogar y las formas son importantes. No puedo entender sus palabras más siendo Adrián Barbón de su mismo partido, es que aunque sea por una cuestión de estrategia de partido. Hay que tratar a Asturias con respeto y la actidud del gobierno de España es de maltrato sistemático a Asturias. Esto es un insulto al gobierno de Adrián Barbón y a toda la comunidad asturiana. Es inaceptable.
¿Una bonificación al cien por cien independientemete de la extinción de la concesión del propio peaje?
Nosotros defendemos la bonificación del peaje y que al final el usuario no pague por pasar a la meseta o de la meseta a Asturias, eso es lo esencial y lo urgente, y a lo que nosotros nos comprometemos. Después el tema del rescate de la propia empresa es mucho más complejo y al final lo que haríamos es enredarnos todos y retrasar lo importante.
A mí me parece muy extraño, por no decir muy improbable, que el gobierno de Asturias no supiese lo que estaba ocurriendo en la mina de Degaña
Este año ha sido aciago en Asturias por los accidentes mineros. ¿Cree que el gobierno asturiano desconocía las irregularidades que ocurrían en la mina de Degaña donde murieron cinco trabajadores por una explosión de grisú?
Yo creo que hay que esperar a ver qué es lo que dice el dictamen de la comisión. Una comisión que, por cierto, tengo que recordar que el Partido Socialista primero despreció y después intentó que no se constituyese. Las razones del por qué quisieron desprestigiarla primero y después que no se constituyese las tendrá que explicar el Partido Socialista. Lo digo porque además se hizo todo en los mismos días en los que Adrián Barbón decía que iba a llegar hasta el final y se comprometía de forma personal a que esto fuese así. Creo que hay una incongruencia grave y es bastante hipócrita decir por un lado que quieres que todo se conozca y que vas a llegar hasta el final, pero por otro querer impedir la constitución de una comisión de investigación en el Parlamento que es la casa de todos los asturianos. Lo que está claro es que a mí me parece muy extraño, por no decir muy improbable, que el gobierno de Asturias no supiese lo que estaba ocurriendo allí.
0