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La Asamblea Moza d'Asturies consolida su Escuela Feminista de Xixón como un referente nacional

Vista general de público el sábado en el Muséu del Pueblu d’Asturies

Elena Plaza

18 de julio de 2023 08:30 h

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Xixón es un hervidero, en especial durante el verano. Se acumulan las opciones, algunas con una larga trayectoria, otras con no tanta, pero que se han hecho hueco en la agenda. Tan variadas que no hablamos sólo de ocio, también de creación de conciencia crítica, o política.

Dicho así puede sonar extraño para tenerlo en cuenta como un planazo, pero es la realidad que atraviesa a la Escuela Feminista de AMA Asturies (Asamblea Moza d'Asturies): cuatro ediciones y cada año se superan. A pesar de haber arrancado en versión online en 2020, el nivel de sus mesas y ponentes, la han convertido en un referente en los espacios feministas en el marco estatal, e incluso más allá.

Sara Combarros forma parte de AMA, “un colectivo de gente joven que nació de un grupo humano que nos conocimos en la Universidad y que formamos parte de las asambleas de estudiantes. Cuando salimos de la Universidad nos dimos de bruces con la realidad asturiana, que no es especialmente agradable con la gente joven. Decidimos organizarnos para repensar nuestra situación, para dar respuesta y para juntarnos, que es bastante importante en una tierra en la que cada vez emigran más los jóvenes”.

Con este panorama surge la Escuela Feminista, que es otro entre los muchos proyectos en los que AMA participa de manera muy activa, como en la organización de las huelgas feministas y del 8M.

Existe en la villa gijonesa otra escuela feminista de larga trayectoria, la Escuela Feminista Rosario Acuña, que este 2023 ha celebrado su vigésima edición. Pero Combarros afirma “que no encajaba con lo que habíamos vivido en las huelgas feministas, las movilizaciones masivas, con lo que el feminismo estaba proponiendo”, y por eso AMA ve la necesidad de moverse.

Es entonces cuando abren un nuevo espacio feminista que articulara todas esas cuestiones y que “defendiera el feminismo que abrió esas movilizaciones y huelgas que nosotras habíamos vivido en primera persona”. Y así surge en 2020 la primera edición en versión online por la situación sanitaria.

Lo transformador de las movilizaciones es la capacidad que tuvo el feminismo de articular alianzas, de hablar no sólo de temas de mujeres, sino de proponer una alternativa en general, de hablar de pensiones, de trabajo, de la ley de extranjería, …

Sara Combarros Miembro de AMA

En este 2023 la Escuela se ha desarrollado en dos espacios, el bar-restaurante cultural Les Cigarreres y el espacio abierto del Muséu del Pueblu d'Asturies, en el que se celebró el grueso del programa. Las de AMA incluyen en su agenda temas candentes, más o menos coyunturales, dando voz también a las silenciadas y canceladas.

“Para nosotras lo transformador de las huelgas y las movilizaciones es la capacidad que tuvo el feminismo de articular alianzas, de hablar no sólo de temas de mujeres, sino de proponer una alternativa en general, de hablar de pensiones, de trabajo, de la ley de extranjería, hablar de movimientos migratorios… y eso es una propuesta colectiva en la que participen los sujetos políticos, pero también todas las personas, por supuesto los hombres”, dice Combarros.

Porque la Escuela de AMA más que un espacio mixto es, como señalaba bell hooks, “un feminismo para todo el mundo”, del que se hace eco Combarros y el resto del colectivo.

Con la ola reaccionaria en el radar

La edición de este año ha tenido muy presente la ola reaccionaria y este periodo entre campañas electorales, donde se juega “el futuro de España”. Una ola reaccionaria que, para las organizadoras, no sólo viene desde la extrema derecha sino también desde algunos sectores de los feminismos, “algunos auto proclamados abolicionistas, que darían para otro debate para mí entregado a la agenda de la extrema derecha”, afirma Virginia Hernández, ponente en la mesa sobre ruralidades, ex alcaldesa de San Pelayo (Valladolid) y activista LGTBI.

La vallisoletana habla de la importancia de poner cara y crear referentes frente a la “deshumanización de Vox: que te pongan cara, historia y familia”.

Reconoce que cada vez hay más personas en los entornos cercanos que se manifiestan, si no abiertamente de extrema derecha, que va a votar por esta opción. “Creo que hay que situarse y decir ‘Hola, estás votando contra mí’. Creo que ésa es la manera de quebrar ese pensamiento porque no es lo mismo pensar que votas por el futuro de España en esos términos tan abstractos de los que hablan, que decirle a alguien ‘No, lo que tú votas como futuro es votar contra mis derechos’. Y que digan, ‘Ostras, a lo mejor me quedo en casa o decido votar a la derecha menos extrema”, explica.

Afirmaba en la mesa ‘¿Caducó la feminización de la política?’ la ex profesora, ex diputada, activista feminista y coautora de ‘Alianzas rebeldes. Un feminismo más allá de la identidad’ , Paloma Uría, que “no se trata de recuperar un movimiento como el del principio (el feminismo de los años 70), sino de ver cómo la sociedad civil puede incorporarse a una actividad crítica y vigilante de los gobiernos. De ahí que resulten tan interesantes espacios como los creados por AMA para crear conciencia social. Somos nosotras las que tenemos que empujar por los derechos de las mujeres y de la sociedad, para que avance hacia adelante”.

Por eso existe la necesidad de poner encima de la mesa determinados temas, dar voz a los sujetos políticos y “de pensar más en la coyuntura, como la de ahora, sobre cómo podemos hacer frente a la extrema derecha, que nos parecen más importantes y tenemos que tener hueco para pensarlos. Son más de qué proyecto y feminismo queremos defender a medio y largo plazo”, apunta Combarros.

Así en esta edición se presentó el libro ‘Las degeneradas trans acaban con la familia’, un ensayo de Iria Hybris; se trató el sindicalismo en la mesa ‘La llucha por una vida digna: sindicalismu feminista’; se habló de ‘Ruralidades en un mundo en llamas’ y las diferentes realidades que le atraviesan, o de ‘¿Cómo impulsar un ciclu nuevu frente a la fola reaicionaria?, con la participación de la activista y ex política Clara Serra, la asesora política María Corrales o el doctor en Psicología Social y del Trabajo y ex diputado regional, Dani Ripa.

Ovación a Georgina Orellano

Nombres como la histórica sindicalista Ana Carpintero, la agroecóloga Yayo Herrero, la escritora Silvia Federici en una conferencia en línea, la sexóloga y activista trans Aitzole Araneta, son una mínima parte de una larga lista de expertas y protagonistas que se completó con la mesa de mayor asistencia e impacto, como fue ‘Del estigma puta a la llucha coleutiva por derechos’, una sesión que arrancó aplausos que culminaron con la ovación en pie a la última de las intervinientes, Georgina Orellano, trabajadora sexual y feminista, secretaria general de AMMAR (sindicato de trabajadoras sexuales de Argentina) y a la que la propia Virginia Hernández calificó como “una barbaridad”.

“Me ha parecido de una sinceridad y de una honestidad desgarradora, creo que muchas veces este tipo de encuentros pecan un poco de inercia donde la gente va, cuenta su historia, un poco aburrida ya de escuchar lo mismo en distintos entornos y como en un perfil más bajo. Está claro que en esta mesa la gente estaba con los cinco sentidos y cuando aplaudieron eran sinceras y entregadas”, cuenta.

Lamentablemente el movimiento de trabajadoras sexuales se enfrenta y tiene el desafío permanente de dar esta batalla a nivel internacional contra la censura, la cancelación

Georgina Orellano Trabajadora sexual y feminista, secretaria general de AMMAR

Para Hernández es muy importante “ver este discurso en primera persona, si es fundamental hablar del medio rural desde el medio rural, las putas están hasta el coño, nunca mejor dicho, de que todo el mundo hable de ellas sin que ellas puedan tener voz propia. Me ha parecido increíble e impecable”.

Orellano señala que “lamentablemente el movimiento de trabajadoras sexuales se enfrenta y tiene el desafío permanente de dar esta batalla a nivel internacional contra la censura, la cancelación” y recuerda que no son pocas las ocasiones en las que se acercan a espacios a las que fueron invitadas y reciben violencia por pronunciarse públicamente a favor de los derechos de las trabajadoras sexuales. “Para nosotras es una nueva forma de violencia que tiene que ver con aleccionar a otros espacios: a cualquiera que escuche al colectivo de trabajadoras sexuales se le quita el apoyo económico y se le aísla”, dice.

Añade Orellana que “a nosotras nos han trabajado mucho la culpa y la vergüenza en algunos espacios feministas con los que nos hemos topado y hemos tenido la mala experiencia de transitar el abolicionismo punitivista. Pero también nos encontramos con otras aliadas que estaban en la misma con nosotras, buscando espacios, generando la posibilidad de articulación de un frente de lucha en común que contenga, que acompañe, respete y que apoye las demandas de nuestro colectivo. Y fueron esas alianzas y articulaciones que nos hicieron replantearnos nuestras estrategias, que también nos aportaron conciencia de género. Pero también ciertos sectores feministas tienen que reconocer que la incorporación de las putas al movimiento le ha aportado conciencia de clase”.

“Ese componente de la Escuela, el de crear conciencias críticas, es esencial para nosotras”, asevera Combarros. “Siempre lo decimos, que es un espacio de encuentro que necesitamos encontrar en esta realidad ultra acelerada, que es más necesario que nunca generar espacios para pensar tranquilamente, para encontrarnos, para poder dar debates que igual no son pura coyuntura, pero que son importantes a medio plazo. En ese sentido la Escuela tiene ese posicionamiento que creo que es político y muy importante”.

Afirma Clara Serra que la Escuela ya es una institución. Apunta Sara Combarros que se han superado todas las expectativas de aforo, duplicando la asistencia esperada: “en un fin de semana que hay cincuentamil planes paralelos, tenemos un público que ya sabe que la Escuela de AMA existe todos los veranos y quiere venir a escuchar, a reunirse con otras personas, a debatir. Se está generando algo que ya se dio el año pasado, pero éste más, y es que nos escribe mucha gente de fuera, sobre todo por las redes sociales. Tenemos un grupo de Canarias, de Cantabria, otro muy numeroso de Zaragoza, de Madrid… Sí que parece que la Escuela se está posicionando como una Escuela Feminista a nivel de país”.

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