El Ayuntamiento de Santander quiere endeudarse este año por valor de 21,4 millones de euros

El Ayuntamiento de Santander tiene intención de endeudarse en 21,4 millones de euros para financiar el presupuesto de 2023, cuyo borrador presentado a los grupos municipales totaliza ingresos y gastos por valor de 223,6 millones de euros.

El presupuesto tiene pocas posibilidades de salir adelante y lo más probable es que la negociación naufrague como ocurriera en 2022 si Vox u otra formación no prestan su apoyo a un equipo de gobierno PP-Cs en situación de mayoría minoritaria (les falta un concejal para la mayoría absoluta). De no ser así, el presupuesto de 2023 será el prorrogado de 2021, que fue de 201 millones de euros.

El recurso a la deuda es habitual en el Ayuntamiento de Santander. Así, en 2018, el presupuesto de 197 millones de euros contemplaba 10 millones de crédito bancario; en 2019 el préstamo solicitado fue de 12 millones, cifra que se repitió en 2020, para financiar en parte presupuestos que apenas rondaban los 200 millones de euros.

El mecanismo de la deuda siguió utilizándose en 2021 y 2022, con 16,4 y 22,7 millones en préstamos solicitados, respectivamente. Para este año 2023, el Ayuntamiento de Santander prevé endeudarse en 21,4 millones de euros, según queda recogido en el reumen de ingresos del borrador presentado a los grupos municipales. Otra cosa es que pueda llevarlo a cabo.

El presupuesto que ha confeccionado el equipo de gobierno para este año es muy similar a grandes rasgos al de 2022, en todo caso 22 millones de euros más que el vigente de 2021, que es el que muy probablemente acabe siendo prorrogado por segunda vez. Pese al recurso habitual a la deuda, el Ayuntamiento de Santander paga intereses y amortiza regularmente, lo que hace que su nivel de endeudamiento sea asumible y un buen ejemplo en el contexto de las haciendas locales, lejos de los tiempos en que el Consistorio estuvo fiscalizado por el Ministerio de Hacienda al disponer de una deuda que se situaba sobre el umbral del 110% de los ingresos corrientes.

A finales de 2021, la deuda neta de Santander era de 52, 24 millones de euros y este lunes la alcaldesa Gema Igual la cifró en 45 millones. A lo largo de esta legislatura se han amortizado 62 millones de euros procedentes de préstamos.

La financiación

La estructura financiera del proyecto presentado para 2023 por PP y Cs hace que el Consistorio se nutra principalmente de los impuestos directos (80 millones de euros, sobre todo el procedente del IBI). Con las tasas e impuestos al consumo financia otros 49 millones de euros y con las transferencias que recibe de otras administraciones cerca de 68 millones más (60,8 por transferencias corrientes y 7,5 millones por subvenciones y transferencias de capital). En este marco, entra en juego el capítulo de la deuda que, junto con otros ingresos menores, hace que cuadre el proyecto presupuestario de los 223,6 millones antes aludidos.

Independientemente de la suerte que corra este borrador, Santander espera recibir financiación por otras fuentes: concretamente de fondos europeos, con 18 millones de euros en proyectos pendientes de aprobación que se suman a los 19,1 millones de euros ya comprometidos por Bruselas, así como el importe de los remanentes (financiación de 2022 no ejecutada), cuyo importe exacto se conocerá en los próximos meses.

Cuando el remanente de tesorería es positivo, con carácter general debe destinarse a reducir la deuda acumulada. También puede utilizarse para realizar inversiones financieramente sostenibles o gastos del ejercicio siguiente.

Gastos

En el capítulo de gastos, entre personal y gastos corrientes se consumirían 168 de los 223 millones presupuestados. Para inversiones hay una previsión de destinar 25,6 millones de euros.