Blanca Fernández: “Después de cualquier crisis, quienes más sufren son las mujeres”
Blanca Fernández (Ciudad Real, 1972) se estrenó en el cargo de portavoz y consejera de Igualdad con el camino ya allanado por su predecesora y así lo reconoce. “Quiero romper una lanza y mostrar mi admiración más absoluta al trabajo desarrollado por Araceli Martínez durante la pasada legislatura. En cuatro años consiguió dar un vuelco a las políticas del Instituto de la Mujer”, recuerda en relación a la antigua directora del organismo. La creación de una consejería destinada exclusivamente a impulsar una Castilla-La Mancha más igualitaria no estaba, eso sí, exenta de retos, aunque muy atrás quedaban los recortes del PP que dejaron también debilitados los recursos de protección para las mujeres.
Entre otros, destaca que Martínez mejoró los recursos de acogida, puso en marcha nuevos servicios de atención psicológica para víctimas de violencia sexual e impulsó una Ley para una sociedad libre de violencia de género que adecúa la legislación regional al Convenio de Estambul. “Me encontré el campo bastante arado y hay que celebrarlo”, recalca. Pero los retos seguían ahí: en primer lugar la ejecución de los fondos del Pacto de Estado contra la violencia de género y la aprobación de la Ley LGTBI en Castilla-La Mancha, una “asignatura pendiente y una deuda histórica” con el colectivo. “Trabajamos intensamente para que la Ley responda a los retos, a la vez que intentamos conseguir el consenso de todas las fuerzas políticas”.
Igualdad y pandemia
Hubo un reto, eso sí, que no estaba previsto para nadie: la pandemia. “Las que más sufren las crisis son las mujeres. La brecha de género es una consecuencia de uno de los principales problemas de este país”, explica la consejera. “Las mujeres somos mayoritariamente responsables de los cuidados, así se nos ha educado, de nuestros hijos e hijas, pero también de las personas con dependencia y todo lo que tenga que ver con tareas de cuidados. Mientras esto no se resuelva, el problema seguirá existiendo para las mujeres”, recalca. En este sentido, explica que la “verdadera tarea pendiente” es la corresponsabilidad. “Cuando tengamos metido en nuestro ADN que todos somos igual de responsables de la crianza o de las personas dependientes, en ese momento las mujeres daremos un salto de gigante”, asegura.
Fernández niega que se haya frenado la lucha institucional contra las distintas violencias que sufren las mujeres. “Lo que se ha frenado, quizás, ha sido la visibilidad. El foco, lógicamente, ha ido donde nos preocupaba a cualquier ciudadano. Pero, al menos en Castilla-La Mancha, no hemos dejado de trabajar ni un minuto. Al contrario, hemos tenido que reforzar servicios, hemos tenido que abrir servicios nuevos, hemos tenido que hacer campañas, poner en marcha un programa especial para las mujeres en situación de prostitución… Estamos constantemente respondiendo con nuestras fuerzas a las situaciones que se van planteando. No se nos ha olvidado para nada”, recalca recordando que ya se está realizando “una ley contra el despoblamiento en plena pandemia incorporando la perspectiva de género”.
En esta línea, el silencio también ha llegado hasta la lucha feminista, asegura. Ha perdido, a lo mejor, visibilidad, pero “no importancia ni intensidad”.
Mientras el foco informativo sigue puesto en “los esfuerzos para minimizar los contagios y las muertes” Fernández afirma que las medidas tomadas por el ejecutivo regional “para salir de la crisis” no se olvidarán de las mujeres. “La transversalidad de género tiene que estar implicada en todas las decisiones”. Entre ellas, destaca la planificación del proyecto ‘Corresponsables’, junto al Ministerio de Igualdad, que estará conformado por “un servicio de apoyo a las familias, una campaña de sensibilización hacia la corresponsabilidad y una investigación de la situación de las mujeres en el medio rural”.
25 de noviembre, mucho más que una fecha en el calendario
“No podemos renunciar a la reivindicación de este día”, asevera Fernández. Y es que, en lo que va de año y mientras escribimos el presente artículo a 24 de noviembre, 41 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas, 1.074 asesinatos machistas desde 2003. “Hay que darle visibilidad para no olvidarnos de que hay pandemia pero también hay problemas estructurales, como es la violencia de género, que no hay que olvidar.”
¿Qué mensaje enviaría Blanca Fernández a las mujeres que en este momento, mientras leen estas líneas, son objeto de violencia de género?
Toda mujer sobre la que un hombre ejerce violencia se merece otra vida libre de esas violencias, responde. “Si denuncia o sin denunciar, si recurre a uno de nuestros recursos de acogida la vamos a proteger”, recuerda la consejera de Igualdad.
Y es que, la labor de las instituciones públicas es precisamente esa: acompañar a las mujeres en ese camino hacia una vida nueva. “No va a ser fácil, pero no es imposible. La inmensa mayoría de las mujeres que han pasado por recursos de acogida al final encuentran salida. Por tanto, que se den una oportunidad a sí mismas… Desde luego no van a estar solas”.
Ninguna víctima, independientemente de su edad, profesión o situación, será señalada en los recursos de acogida de la Junta de Comunidades ya que todas las violencias machistas ejercidas “son preocupantes”.
Los maltratadores “se encargan de dinamitarlas psicológicamente primero para luego machacarlas físicamente”
“Cuando analizas los asesinatos y ves que el 85% de las mujeres asesinadas no han denunciado realmente la preocupación se vuelca en cómo le damos seguridad a las mujeres para que puedan denunciar”, plantea Fernández quien recuerda que las mujeres que no denuncian “posiblemente es porque no ve la luz al final del túnel, ya sea por miedo, por amenazas o porque no se encuentra segura. Ellos se encargan de dinamitarlas psicológicamente primero para luego machacarlas físicamente”.
La consejera de Igualdad explica la importancia de acabar con formas de violencia machista tan conocidas como las agresiones sexuales, pero también con otras más invisibilizadas. “Me preocupa cómo los niños pequeños entran muy pronto en contacto con la pornografía; cómo se reproducen determinadas conductas; o cómo algunas modas o tipo de músicas siguen abundando en los estereotipos de género y en la cultura de la violación”.
Ante este contexto, la tarea más importante de las instituciones, según Fernández, es “hacer una buena labor de prevención y sensibilización que pasa por las escuelas, los centros educativos y por la comunidad educativa en su conjunto, pero que no acaba ahí, tiene que tocar muchísimos más palos”. Para ello, el ejecutivo regional ya prepara una estrategia de Prevención y Sensibilización de la Violencia Machista a todos los niveles y con vista a desarrollarse durante los próximos cinco años. “Va a tocar centros educativos y universidades, eventos culturales, políticas de juventud, políticas de mujeres mayores o medio rural”.
Y es que, a pesar de que la realización y difusión de campañas no es lo que más preocupa al equipo liderado por Fernández, “es lo más importante para acabar con la violencia de género, no hoy ni mañana, pero sí en unos años”.
A las mujeres prostituidas “se les trata peor que al ganado”
“No tiene sentido que haya una crisis sanitaria, en la que el contacto estrecho es el que provoca el contagio, y que los prostíbulos siguieran abiertos”, razona Fernández, quien considera que con pandemia o sin ella, “no es razonable que sigan abiertos tan impunemente negocios que son lucrativos porque existe una mafia que delinque y trata con personas, con mujeres y con niñas en más de un 90% de los casos”.
En España, tal y como admite la consejera de Igualdad, la prostitución “es una tarea pendiente del Gobierno de España, de todos los gobiernos de España”, ya que es la muestra más palpable de que todavía no vivimos en una sociedad libre de violencias machistas en la que hombres y mujeres son plenamente iguales.
“A veces somos cínicos a la hora de plantear determinados debates. El Estado se tiene que rearmar y dotarse de leyes, instrumentos, recursos y valentía” para poner fin a las mafias, a los delitos, a la extorsión, a las amenazas o a las palizas que sufren “miles y miles de mujeres”. “Son tratadas peor que el ganado. ¿A qué ganadero se le ha visto dejar a sus vacas morir de hambre durante la pandemia? A ninguno. Y los proxenetas si las han dejado sin comida, sin luz, sin agua”.
Sin embargo, como en otros muchos frentes de la lucha feminista, no parece ser el momento de poner fin a una práctica con la que los hombres de nuestra región compran los cuerpos de las mujeres. “Yo entiendo que ahora la crisis es la que es. Pero una vez que pase la crisis sanitaria esto ya no se puede quedar en el olvido por más tiempo” porque hablamos de vidas humanas y de una práctica que “estruja” a las mujeres “hasta que no les queda nada y luego pueden acabar en cualquier cuneta. Esa es la realidad de la prostitución en nuestro país”.
Más educación para ellos y más seguridad para ellas
Desde que la agenda política de la región incluyera la lucha contra las violencias machistas han sido muchas las campañas para sensibilizar, para poner el foco en los agresores, para identificar qué es violencia, dónde y cómo denunciar. Pero, ¿cómo se puede abordar el papel de los hombres? ¿Es una cuestión generacional? ¿De educación? En realidad hay muchos frentes“, explica Fernández. Se trata, señala, de elaborar campañas de sensibilización pero también del propio trabajo de los hombres.
También, recalca, no se puede olvidar que ya existe una evolución en las actitudes masculinas. “Yo, que tengo casi 50, recuerdo que cuando tenía 20 años era muy difícil ver un hombre empujando un carrito. Hoy no le extraña a nadie”. Y aunque se ha producido un cambio, no es definitivo, recalca. “Hay que pasar de la concepción de ‘yo ayudo en casa’ a que es mi responsabilidad, igual que de la mujer”, reflexiona. Por eso, destaca que la educación en igualdad en las escuelas es “esencial”. “Si educamos generaciones de personas que sean conscientes de que chicos y chicas son iguales, que tienen las mismas capacidades, si realmente podemos educar una generación así, el salto estará garantizado”.
La consejería de Igualdad, a través del Instituto de la Mujer, ha impulsado diversos estudios para conocer cómo es la percepción de los jóvenes en cuanto al machismo, la igualdad y la violencia de género. Al conocer estos resultados, Blanca Fernández resalta que le “preocupa” que no se haya producido un salto “más importante” en los últimos 30 años. “Me preocupan elementos a los que chicos y chicas están sometidos, la influencia de modas de mujeres hiperfeminizadas y hombres que deben seguir el rol típico del macho alfa, o canciones que fomentan la cultura de la agresión y la violación”, asevera.
Sin embargo, también puntualiza que la juventud es “poliédrica” y que actualmente se plantean conceptos que antes “jamás” se llegaban a considerar, como los diferentes roles de género. “Nuestra juventud no es monolítica, y es bueno que así sea. Yo tengo mucha esperanza, aunque veo con preocupación algunos retos a los que se enfrentan y que hay influencias muy difíciles. Al mismo tiempo veo avances muy notables en buena parte de la juventud, que creo que nos dicen que podríamos tener esperanza”.
Un gobierno en busca de igualdad transversal
“Todos estamos vigilantes y pendientes”, señala en nombre de todo el Gobierno regional. Y como prueba, explica que las convocatorias de la consejería de Economía, Empresas y Empleo siempre tienen “acciones positivas” hacia las mujeres. “Si hablamos de estímulos de la contratación, la de las mujeres siempre mejora un poquito. Porque lógicamente, las mujeres partimos de mucho más abajo. Por eso queremos impulsar, con medidas positivas, la incorporación de las mujeres”, asegura. De este modo, destaca que los objetivos de igualdad de la Junta están “bastante adelantados”, porque ya desde la pasada legislatura se decidió que era una “tarea de todas” introducir la transversalidad de género en el Ejecutivo.
“Todo el Gobierno es cómplice en la tarea, y nos ha venido muy bien la constitución de las Unidades de Género, asesoradas por Trave, la asistencia técnica contratada para la formación y asesoramiento de las mujeres que conforman estas unidades, que tienen vocación de permanencia. Deberán estar siempre vigilantes ante las políticas y decisiones de cada consejería. Esto ocurre cuando hay convicción política y, en este caso, la hay y estoy contenta”, concluye.
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