Cómics para el empoderamiento juvenil frente a casos de abusos
El cómic tiene la capacidad de contar historias complicadas de una manera simple y muy atractiva para los jóvenes. Consciente de su enorme potencial como recurso educativo, Manuel J. Maldonado Lozano, profesor de la Facultad de Trabajo Social de Cuenca, comenzó a utilizar viñetas en el aula hace un par de años y ahora está desarrollando el taller de cómics Empoderamiento juvenil frente a los abusos en el ámbito familiar: El cuento de una rata mala.
Maldonado es un gran aficionado a la lectura de cómic y se dio cuenta de que este género puede ser una herramienta muy potente tanto para formar a futuros trabajadores sociales como para intervenir con adolescentes afectados por problemas sociales.
Como ejemplo de las enormes posibilidades del cómic, el docente detalla que se utiliza en otros ámbitos como el sanitario, en la conocida como medicina gráfica, para mejorar las habilidades comunicativas del personal a la hora de dar noticias a pacientes y familiares.
Abusos sexuales
Para trabajar en el taller, que comenzó en noviembre dentro de las actividades programadas por la facultad dentro de la Semana de los Derechos Humanos, el profesor se decantó por el clásico El cuento de una rata mala, de Bryan Talbot, porque este aborda el tema de los abusos sexuales en la familia.
El taller, en el que participan una veintena de alumnos, consta de tres sesiones, de las cuales dos se han desarrollado ya. La primera de ellas, más genérica, se centró en el lenguaje del cómic para ver los conocimientos que tenían los estudiantes en este género y en la segunda, han desgranado en concreto la historia y personajes de esta obra de Talbot.
En la tercera sesión, que se celebrará después de Navidades, abordarán las posibles aplicaciones del cómic en las intervenciones con adolescentes víctimas de abusos sexuales en el ámbito de la familia.
Antes de este taller -del cual el docente destaca la buena acogida que está teniendo-, este profesor ya llevaba un par de cursos explorando en sus clases las posibilidades de los cómics en el ámbito social. Así, ha trabajado este género con las estudiantes -la mayoría son chicas- en la asignatura de Trabajo Social de Caso y Familia, durante los cursos de segundo a cuarto.
“Tengo la sensación de que enseñamos a los alumnos tantas leyes y protocolos que al final acabamos perdiendo la sensibilidad y deshumanizamos la propia intervención”, reflexiona Maldonado, que cree que el cómic es un buen mecanismo para centrarse en lo verdaderamente importante: “Las personas, que son algo más que los problemas, aunque sea lo único que vemos”.
Aunque todavía tiene que examinar los resultados, el docente también ha hecho un pequeño estudio para determinar los efectos del uso de este género en el aula: un grupo de alumnos ha leído un texto sobre maltrato a un joven mientras que otro ha abordado esta misma temática a través de viñetas. “Tengo que analizarlo en profundidad pero parece que se meten más en la historia con el cómic”, apunta.
El reto final que se plantea es utilizar este género para trabajar con jóvenes que están en acogimiento residencial. De hecho, el docente abordó, durante su intervención en noviembre en el Congreso Internacional Sociedad y Cultura Letrada celebrado en Cuenca, la lectura de cómics para fortalecer el bienestar de estos adolescentes, que suelen presentar problemas adaptativos debido a las experiencias complicadas y traumáticas que han vivido.
Para Maldonado, es importante que estos chavales puedan llegar a entender sus historias vitales para dar un sentido a esos traumas ya que “no se puede construir una vida teniendo como cimientos el odio”.
Y los cómics pueden ayudarles. Porque no faltan obras cuya temática puede ser útil para intervenir con jóvenes. Entre la selección de títulos que propone Maldonado están: Stitches (aborda el maltrato); Cuéntalo (violación); El fantasma de Anya (xenofobia y gordofobia); Lo que más me gustan son los monstruos (identidad sexual) y Skim (suicidio), entre otras historias que pueden ayudarles a salir adelante.