El poeta Javier Manzano presenta 'Maleza', un libro que habla del amor y de la vida “como una lucha en sí misma”
El poeta Javier Manzano (Madrid, 1975) presenta su nuevo poemario 'Maleza' (Huerga y Fierro, 2024) en Toledo, la ciudad en la que ha vivido gran parte de su vida. El trabajo parte de una reflexión: “Llevaba mucho tiempo pensando que nuestros errores como humanidad acaban felizmente devorados por la maleza”, explica.
Como ejemplo, el de Chernobyl. Pero también muchos otros. Manzano presentará su libro este miércoles 15 de mayo, a partir de las 19 horas, en la librería Taiga de la capital toledana, junto al también poeta Federico de Arce.
La maleza, explica el autor, puede ser un lugar “donde al final nos acabamos guareciendo”. “Puede servir para hacer un borrón y cuenta nueva, y por eso siempre ha sido un lugar atractivo para mí. Porque es incontrolable y nos sirve como lugar en el que resguardarnos”, reflexiona.
Pero, además, el concepto de maleza le ha servido a Manzano para crear una “red” entre todos los poemas del libro. “Es el lugar en el que se engloban todos; es una manera de ofrecer una malla entre los poemas y que todos formen un algo. Una maleza”, resalta.
Finalmente, señala, el libro es “una maleza en sí mismo”. El autor ha plasmado poemas sobre el amor, pero también con los que tienen que ver con la “cara B del progreso”. “Este es uno de los grandes temas, no solo del libro, sino también de la poesía. Hablar sobre la lucha por el tiempo y la vida como una lucha en sí misma, en la que estamos constante y paradójicamente buscando siempre tiempo para vivir”, explica.
La poesía sirve para eso. Para ver el mundo “con calma y determinación”. 'Maleza' sirve también para eso, para “pararse y pensar más allá de las miserias de lo concreto”.
Este es uno de los poemas que ofrece 'Maleza':
Poema sin título
Impotentes las rosas lúcidas
se dejan morir en el patio,
como no existe ningún final para ellas
optan por la calma como pretexto,
aliento o muro
casi nadie recuerda
que en este mismo lugar hubo antes una cuadra,
en el suelo aparte del ganado
dormían los hombres y mujeres
que trabajaban de sol a sol.
Intuyo sus cuerpos
y el problema para mi voz
es que no quisiera parecer injusto
ante la anestesia de la pureza,
lejos del azar sin concesiones
que acaba
convertido en abuso.
¿Qué nos pasa?
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